lunes, 17 de octubre de 2016

LA SEVILLANIZACIÓN DE LA SEMANA SANTA.

 


Desde hace unos cuantos años se ha podido observar el avance del “sevillanismo” en las celebraciones pasionales; este movimiento no se circunscribe solamente a Andalucía, sino que es extensivo a otras partes de la península ibérica, Logroño incluida, aunque cada lugar lo hace a su modo y manera, no siendo los mismo, por ejemplo la acepción en Úbeda que en León, Cádiz o Zaragoza. Además, deberemos tener en cuenta para entenderlo, que este proceso, como todo desarrollo histórico, social y humano, no se produce de la noche a la mañana; es largo y abarcaría una amplia gama de comportamientos y adquisiciones que son las que están modificando, poco a poco y paso a paso, externamente, las formas y normas pasionales.
La pregunta es: ¿Qué aporta el sevillanismo al movimiento pasional fuera del ámbito de la capital hispalense? Se puede asegurar que nunca encontraremos una repuesta uniforme ni igual; todo dependerá del sentir y gusto de cada persona, siendo una cuestión más afectiva que racional, esencia misma, esta afectividad, del movimiento cofrade.
Razones? Causas? Aquí se adelantan algunas pero el camino es grande y circunscribirlo a determinados puntos se quedaría corto. Finalmente, se mostrarán unos casos concretos como ejemplo de lo expuesto.
Podemos resaltar el importante papel de la televisión y de las redes sociales, donde prima, por encima de todo, el mundo de internet con You Tube a la cabeza; dicha aplicación ha permitido el acercamiento temporal cuando no instantáneo a cualquier actividad realizada por el hombre, sea donde sea el lugar donde se celebre. La aparición de los canales propios permite  la transmisión cuasi en directo, por poner un ejemplo, de desfiles procesionales.
Para el caso de Andalucía y buena parte de España, se puede decir que la sociedad joven actual “se ha educado semanasanteramente de la mano de las retransmisiones de Canal Sur”[1]. No era raro hace unos años ver en Jueves Santo por la noche a cofrades de cualquier ciudad, decir aquello de “me voy a ver la madrugá en Canal Sur”. Esto ha dado lugar a encontrar en la geografía española auténticos especialistas en procesiones (o estaciones de penitencia) sevillanas, sabiendo días, pasos, horarios, recorridos y aspectos muy particulares de la propia idiosincrasia de la capital andaluza por excelencia.
Incidiendo en este artículo anteriormente citado se apuntan ideas que pueden aportar algo de luz a lo que, habitualmente, se hace en Semana Santa por las calles de las más variadas ciudades de España, cuyos ojos parecen vueltos al centro neurálgico de Sevilla. Señala el lúcido autor la obligación que se ha extendido por el mundo cofrade de tener que entretener al público cada vez que sacan sus titulares a la calle. “La Semana Santa no sería ya una cuestión de punzadas que llegan al corazón porque se han mamado desde la primera sangre, sino una cuestión de gusto, de diversión, un entretenimiento músico/festivo para las tardes y noches de la primavera”. Evidentemente, el concepto de “pervivencia del pasado, repetición de estampas y sentimientos, ritos que se renuevan cada primavera”  desaparece ya que “la sociedad del ocio, del consumo y de la satisfacción personal también parecen haber inundado, vía ondas televisivas, nuestra Semana Santa en el caso andaluz, vía redes sociales el resto de España.
Como consecuencia, deberemos comprender que el hecho de asumir como propios los planteamientos sevillanos, lleva a una uniformidad, donde da igual que procesión se vea. Son todas iguales. “La diversidad se ha resentido fuertemente y se avanza hacia una homogeneización de la mayor parte de la Semana Santa”, me atrevería a añadir que perdiendo parte del acerbo cultural, cultual y tradicional del modo de celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en muchas ciudades españolas.  Dentro de poco dará igual ver un desfile pasional en Sevilla, Ferrol, Oviedo, Linares que Barcelona. Serán todos iguales.
Se presentan unos ejemplos, a continuación, de las consecuencias de la uniformidad, donde el sevillanismo va introduciéndose poco a poco, lentamente, en los desfiles pasionales. 
UNIFORMIDAD I: CÁDIZ.
 
 Los propios gaditanos van acercándose al modo sevillano. Se puede afirmar sin ningún rubor, como llegan incluso a abandonar sus desfiles pasionales propios para acercarse a la vecina capital hispalense. Inciden también en la pérdida  de determinadas tradiciones que se mantenían allí. Por poner dos ejemplos, los tronos de los pasos gaditanos se alargan asimilando el modo sevillano, abandonando su primera forma de mesa cuadrada. Los pasos marianos abandonan los templetes bajo los que procesionaban las Vírgenes, para asumir los palios.
UNIFORMIDAD II: PUENTE GENIL.
La localidad cordobesa ha sido presa del sevillanismo a la hora de portar los pasos y los cambios que ello conlleva, desde el punto de vista musical, del desarrollo del espacio procesional y del comportamiento de los cofrades que participan en los desfiles, tanto dentro de él, como de los “cofrades de acera” que observan su desarrollo. Algún cofrade llega a hablar de la existencia de dos semanas santas; hasta el Martes Santo, plena de sevillanismo, y del Miércoles Santo hasta el Domingo de Resurrección, donde los pasos se portan a la manera tradicional. [2
UNIFORMIDAD III: ZARAGOZA.
 
El Domingo de Ramos por la tarde, la cofradía zaragozana conocida popularmente como la Humildad realiza, no su procesión, sino su estación de penitencia, portando sus dos pasos titulares (de misterio y de palio) a costal.
Acercarse ese día a las seis de la tarde por el convento de las MM. Agustinas de Santa Mónica de Zaragoza puede llevar a confusiones acerca de la localización geográfica donde uno se encuentra.
 
Paso de la Humildad por las calles de Zaragoza
 
Como ellos mismos dicen “somos una Cofradía muy joven, con evidente esencia andaluza, llena de ilusión por conseguir nuestros objetivos”. La cofradía fue “fundada en 1981 por un grupo de jóvenes amantes de la Semana Santa y atraídos especialmente por la estética cofrade andaluza…” Tras un período donde prácticamente desapareció, la cofradía se refunda en 1993  con que “la nueva etapa conllevó el cambio de emblema, basado en el de la Hermandad sevillana de La Candelaria, que concedió muy amablemente el permiso para su uso”. Finalmente, se consideran “un referente ineludible de la Semana Santa de Zaragoza”.[3] Ni que decir tiene que los tronos y toda la orfebrería de esa Hermandad ha sido realizada en Sevilla.
UNIFORMIDAD IV: LOGROÑO.
Octubre de 2016 pasará a la historia de la Semana Santa logroñesa, como aquel en que la Cofradía de la Flagelación de Jesús, como punto culminante de las celebraciones de sus bodas de oro, saldrá a la calle en procesión extraordinaria con su paso titular portado a molía, sobre unas andas nuevas (“trono” en el nuevo lenguaje); fueron realizadas por Gonzalo Merencio, nacido en Algodonales (Cádiz) cuyo taller se sitúa en Mairena del Aljarafe, área metropolitana de Sevilla; dichas andas fueron estrenadas en el Vía Crucis procesional del Martes Santo del mismo 2016. [4]
 
Paso titular de la Cofradía de la Flagelación
de Jesús de Logroño el Martes Santo de 2016
 
El pasado 2015 la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén procedió a bendecir e inaugurar las “parihuelas”[5] sobre las que procesiona desde entonces el Cautivo cada Lunes Santo por las calles logroñesas.
La Semana Santa logroñesa, como buena parte de las semanas santas inventadas[6] tras la Guerra Civil del pasado siglo, se ha caracterizado por la suma de influencias de las celebraciones pasionales más cercanas. Sin duda, la influencia más importante será Zaragoza y el valle medio del Ebro. Un ejemplo lo tenemos en la fundación en 1964 de la cofradía de las Siete Palabras, hoy añadido el adjetivo del Silencio en el título, copia exacta de la homónima cofradía escolapia de Zaragoza de la que toma hasta el mismo diseño del hábito de penitencia alterado tan solo en la elección del color, en el caso de la cofradía logroñesa el verde mientras la zaragozana se decantó por el azul marino.
 
Paso de la Cofradía escolapia del Prendimiento de Zaragoza.
 
 
Paso de la Cofradía escolapia de Logroño.
Obsérvese como las túnicas solo se diferencian  en el color.
 
El pasado 2014 se celebraron los 75 años de la aparición del tambor en la Semana Santa de la capital pilarista por excelencia. Recordamos el revuelo ocasionado por la presencia de la banda de tambores escolapia de la capital zaragozana en Logroño para participar en la procesión de la Entrada de Jesús en Jerusalén a finales de la década de los setenta del pasado siglo. El devenir de las bandas, los instrumentos, el gusto por los grandes bombos, las formaciones en la calle, las mismas marchas; prácticamente todo recordaba a Zaragoza o al Bajo Aragón, donde la importancia del tambor es superior a los mismos pasos que se procesionan. Posteriormente al tambor se introdujo la sección de viento con trompetas, suponemos, a imitación de las bandas militares que, durante muchos años acompañaron a la procesión del Santo Entierro primero y la del Encuentro después.
A partir de los comienzos de la actual centuria, los ojos cofrades logroñeses se dirigen a las orillas del Nervión. Por citar solo unos ejemplos. La Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén ha ido barroquizando buena parte de sus enseres procesionales: los faroles que abren procesión, junto a la Cruz Guía; lo mismo podemos decir del estandarte, al igual que las andas procesionales de sus pasos; desaparece buena parte de la iluminación eléctrica para dejar paso a faroles de plata que apenas iluminan a las figuras[7] ; los laterales de las andas se adornan con repujados de plata y, finalmente, se hacen con el paso de Jesús Cautivo más propio de la Semana Santa andaluza que de la riojana. Iconografía extraña en esta ciudad y que apenas dice ni aporta nada a la imaginería pasional logroñesa.
 
 
Estandarte y paso titular de la Cofradía de la
Entrada de Jesús en Jerusalén de Logroño.
Otros ejemplos pueden ser la adquisición por parte de la cofradía de la Piedad de las andas en que procesiona su paso titular. Fueron compradas en 2004, según su página web, a la hermandad de Jesús Preso de Cabra (Córdoba).
La  inauguración en 2014 de la Casa de Hermandad de la Cofradía de la Flagelación se suma a ese influjo andaluz cada día más presente en nuestra capital, a la vez que no parece quedar claro cuál puede ser el objetivo real de esa Casa de Hermandad, siempre y cuando lo comparemos con las de Sevilla o de cualquier ciudad andaluza.
Otra cofradía que parece caminar, aunque más lentamente y de manera no tan ostensible, a esta influencia externa a nuestra región es la de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores; en el año 2005 se procedió a restaurar el antiguo paso titular dotándolo de unas nuevas y modernas andas que sustituyeron a las realizadas en 1942 y que era sobre las que procesionaba los últimos años. Dichas andas fueron adornadas en las esquinas con motivos vegetales realizada en plata y en los dos laterales dos medio escudos de la cofradía también en plata; se dota al paso de unos faroles hechos en latón que semejan en su color a la plata. Curiosa decisión cuando el hábito que viste la figura de muñequilla de escuela catalana adquirido en 1905 presenta adornos bordados con oro.
La misma cofradía realizó unas andas nuevas para el actual paso titular tras la Semana Santa del año 2009. Hay un magnífico artículo en la Revista Pasos de Semana Santa nº 10, diciembre 2010, donde se analiza esa reforma. Pues en ese cambio, no tan acertado como puede parecer a primera vista, aparece el uso de la plata en las cuatro esquinas superiores de las andas; en dos de los treinta y cuatro puntas de diamante que recorren la parte superior de las andas, los días en que procesiona, se añaden dos escudos de la cofradía, también en plata, pero, además, colocados erróneamente pues rompen la simetría visual de la imagen.
Un aspecto sociológico que se ve por los ambiente pasionales logroñeses y que ya se ha apuntado para el caso de Cádiz, es como muchos cofrades abandonan la propia Semana grande de la primavera, para tomarse “un año sabático cofrade” y asistir a los desfiles procesionales de Sevilla. Curioso comportamiento que, quizá, fuera necesario estudiarlo desde la sociología religiosa y festiva.
Finalmente, podemos ver como la banda musical de una cofradía logroñesa, en un concierto benéfico que ofreció en 2015 en la capital riojana, interpretó solo obras salidas de los grandes maestros andaluces. “Tras de ti, mi Cautivo”, “Reo de muerte”, “La Pasión”, “Cristo de la Buena Muerte”, “Caridad del Guadalquivir”, “Y al tercer día” o “Bendición”, fueron algunas de las piezas interpretadas. Obras que, además, acompañan en procesión cuando dicha banda sale a la calle o a acompañar a su paso titular o a otros pasos de otras ciudades donde son invitadas, costumbre también importada de las principales agrupaciones musicales sevillanas. Por cierto, obras todas ellas de este siglo XXI con alguna excepción. Obras pensadas y escritas para pasos concretos, en lugares concretos y que procesionan por calles concretas.[8]
Resumiendo, la globalización en el mundo pasional, si la entendemos como diversidad será bienvenida, pues acerca los modos y tradiciones de las celebraciones de cada lugar, permitiendo el conocimiento. Si la entendemos como copia o los intentos de llevar Triana y demás calles sevillanas a otras ciudades, será contraproducente pues, además de no aportar nada nuevo, me atrevo a decir que no logrará mejorar el modelo además de acabar con las tradiciones propias y como principal consecuencia nos lleva a uniformar los desfiles pasionales. [9]



[1]  En  http://cofradesdedaimiel.blogspot.com.es/2014/08/opinion-existe-sevillanizacion-de-la.html
[2] Sobre el origen de los costaleros y las andas procesionales en Sevilla, un muy buen artículo de D. Mariano López Montes y D. David Florido del Corral en “Gran Poder. Anuario 2009”, Sevilla, 2009, págs. 30-35.
[3] En https://humildadzaragoza.wordpress.com/cofradia/
[4] Se incide en estos datos ya que, preguntados varios cofrades sobre esta variación en la manera de portar a su paso titular, siempre han acabado con la coletilla de “innovar” en la Semana Santa logroñesa. Lo cual no deja de ser curioso pues si uno entra en google y pone molía jerezana una primera respuesta es un vídeo donde, textualmente, al explicar la molía dice “lo que piensan quienes tienen la honrosa misión de dar forma a nuestra historia y nuestra tradición”. Un caso a explicar y estudiar será la diferencia de innovar y copiar que, para muchos cofrades de muchas ciudades, parece ser lo mismo. Como ejemplo, la misma cofradía el 2016 puso el acompañamiento musical tras el paso cuando, lo normal siempre, era ir delante y, además, determinados cofrades (Hermano Mayor, encargados del paso) abandonaron el tradicional hábito de penitencia para sustituirlo por el traje.
[5]  Parihuela: Definición que se da en Sevilla a las andas procesionales, formada por una especie de mesa con cuatro patas, unidas por zambranas, en donde en su interior llevan las trabajaderas para ser portadas por los costaleros. En Carrero Rodríguez, Juan: “Diccionario cofrade”, Hermandad Jesús de las penas, Sevilla 1980.
[6] Logroño, Pamplona, Valladolid (esta en los años 20 de la centuria pasada) y Zaragoza en orden alfabético son las principales celebraciones pasionales a las que se hace referencia.
[7] La iluminación de los pasos con cera se ha extendido a figuras como el Stabat Mater procesionado el Martes Santo por la Cofradía de la Santa Cruz o el mismo paso de la Soledad que cierra la procesión del Santo Entierro que, recientemente, volvió a introducir parte de la iluminación en cera.
[8] Para la sevillanización andaluza leer http://sevilla.abc.es/pasionensevilla/actualidad/noticias/andalucia-sevillanizada-80914-1438084258.html
[9] Otro aspecto a estudiar será el de la repetición, ya apuntado en este artículo, de los modelos iconográficos. Por poner un ejemplo, http://www.pasionensalamanca.com/2016/10/opcion-arte-salir-bucle-repetirnos.html