domingo, 20 de septiembre de 2020

APROXIMACIÓN A LA SEMANA SANTA DE SEVILLA

 

Atado a la Columna
Jalón de Cameros. Sebastián de Rivero- Fernando de Ezpeleta

Desde aquel ya lejano mes de septiembre de 2016 en que comenzaba su andadura este blogg, este momento iba a llegar. Cuatro años después de su inicio, el que escribe estas líneas se enfrenta, por primera vez, a la que según algunos, es la Semana Santa más importante y más famosa de toda España y, me atrevería a decir, del mundo entero. Cualquier católico de cualquier parte del mundo conoce, aunque solo sea de manera indirecta, el modo y la manera en que celebra la capital hispalense la Semana más importante del año para los seguidores de Jesús. Bien es cierto que la segunda entrada ya versó sobre la sevillanización de la Semana Santa del resto de España, curiosa realidad que sería necesario estudiar desde varios puntos de vista, en un intento de entender sus razones, su desarrollo y sus consecuencias, tanto positivas como negativas.

Entendiendo que acercarse a este tema es complicado, he intentado no caer en lo que Pedro Bordalo y varios de sus colegas han denominado como enfoque de la percepción social, anteriormente conocida como la almendra de la verdad; vienen a decir que los estereotipos (todos los españoles son toreros, por ejemplo) parten de hechos reales pero que, en determinado momento, pueden ser exagerados e incluso llegar a presentar como cosas muy diferentes e incluso opuestas a cuestiones nimias o carentes de una real importancia.  Esto lo vemos en el hecho de que la Semana Santa celebra lo mismo en todos los sitios, y en uno de los dos espacios celebrativos, el templo, es exactamente igual en todo el mundo cristiano; por esa razón debiéramos dar el mismo valor al atado a la columna venerado en la localidad riojana de Jalón de Cameros, obra del dúo Sebastián del Ribero- Fernando de Ezpeleta, que al que procesiona por Valladolid salido de la gubia del maestro Gregorio Fernández o la imagen realizada a mediados de los 70 para la Hermandad de las Cigarreras sevillanas por el carmonense Francisco Buiza; lo cual no es real, ya que hay grandes diferencias entre las tres imágenes, pero representan lo mismo. El único cambio es el modo de celebrar en la calle; eso sí es diferente en cada lugar. Sobra decir que no es lo mismo la Semana Santa en la calle en Sevilla, que en Málaga, Logroño, Laguna de Cameros, Cornago, Lorca o la Estación Linares-Baeza. Otro aspecto importante a la hora de acercarnos a las diferentes Semana Santas es la experiencia de la lucha templo-calle a la hora de la vivencia de la Pasión de Cristo en las diversas ciudades y pueblos de España. Muchos aspectos que, por supuesto, se escapan casi siempre y quedan solo para las personas que las viven en cada lugar.

Atado a la Columna, Valladolid
Gregorio Fernández- Foto: Domus Pucelae

Desde estas líneas se ha acercado a dos de las cinco grandes; se ha hablado de Valladolid y Zamora. Quedan aproximaciones a las otras tres grandes, Cuenca, Málaga y Sevilla. Las norteñas, quizá por proximidad geográfica, se hacen más cercanas y fáciles de comprender que las más alejadas del sur de España. Cierto es que el ombliguismo cofrade nos hace no ver más allá de nuestras narices y, en muchos casos, ser incapaces de apreciar lo de bueno que se hace en otros sitios y, a la vez, las cosas que realizamos mal en nuestros propios lugares.

Atado a la Columna. Francisco Buiza
Hermandad de las Cigarreras. Sevilla

Desde la próxima entrada, con excepción de las extraordinarias, cada domingo nos acercaremos a todas o casi todas las imágenes que, en la citada capital andaluza, procesionan representando a Jesús con la cruz a cuestas camino del Calvario intentando mantener el orden de salida de cada Hermandad en su Estación de Penitencia.

lunes, 14 de septiembre de 2020

FESTIVIDAD DE LA SANTA CRUZ


Paso de Jesús Nazareno
Alejandro Narvaiza Rubio, Logroño. 


Hoy es la festividad de la Santa Cruz en todo el orbe cristiano. Celebramos y volvemos nuestra mirada a la Cruz, instrumento romano de tortura donde murió Cristo. Para celebrarlo, recojo el texto escrito en pastoralsj.org  por Álvaro Zapata, sj, en mayo de 2018 a consecuencia de la decisión del gobierno de Baviera de obligar a poner una cruz delante de todos los edificios públicos de la citada región alemana.

Lo acompaño de una imagen aparecida en la prensa logroñesa en la Cuaresma de 1969, donde se ve al paso del Nazareno  en el taller de su autor, en la antigua alhóndiga municipal logroñesa, sita en la actual calle Belchite. Que mejor imagen para venerar la Cruz que a Jesús portando en su hombro la CRUZ, con mayúsculas.

LA CRUZ NO ES UN ADORNO.

Si el titular es «los obispos alemanes contra la Cruz en los espacios públicos» (como se ha podido leer hace días en algunos diarios), lo normal es que te escandalice. O por lo menos te escame. ¿Cómo puede estar un obispo contra la exposición en los lugares públicos de la cruz? ¿No se supone que tenemos que defender nuestro espacio público, que cada vez parece más reducido?

Todo parte de la decisión del presidente de Baviera de que la Cruz figure en la entrada de todos los espacios públicos de ese territorio alemán. Pero te invito a que vayas más allá del titular. A que, si el tema te preocupa, te lo tomes en serio y busques cuál es la raíz del problema y por qué los obispos alemanes están reticentes.

La decisión del presidente de Baviera se motiva en que «la cruz no es un símbolo religioso, sino el símbolo fundamental de la identidad cultural del carácter cristiano-occidental», según sus propias palabras. Y aquí está el problema para el episcopado alemán. Para ellos la Cruz no sólo nos recuerda nuestra identidad cultural occidental, sino que es un recordatorio esencial de quiénes somos, porque mirando a la Cruz, sabemos quiénes somos. Lo que temen los obispos alemanes, en definitiva, es la apropiación de algo tan sumamente importante para nosotros y su resignificación como símbolo cultural. En palabras de Benedicto XVI, «tomar la cruz significa comprometerse para vencer el pecado que obstaculiza el camino hacia Dios, aceptar diariamente la voluntad del Señor, aumentar la fe sobre todo ante los problemas, las dificultades y el sufrimiento». Ese compromiso es algo serio para nosotros. Mucho. De hecho, sustentamos nuestra vida y nuestros deseos sobre él. La Cruz no es un signo de que pertenecemos a una civilización, si no signo del compromiso por el que hemos optado.

Lo que nos advierten desde el episcopado alemán es que el presidente de Baviera no está asumiendo ese compromiso, porque está buscando la reafirmación identitaria y cultural. Nos recuerdan que la Cruz es algo más serio que un adorno o una seña de identidad para los que somos cristianos. Es el símbolo de la entrega total, generosa y desinteresada al mundo. No es malo que nos lo recuerden alguna vez. Piénsalo así cuando te la colocas al cuello por las mañanas, cuando la ves en algún sitio público, cuando la tienes ante ti. Piensa cuánto de adorno es para ti y cuánto de símbolo de tus opciones profundas para esta vida.

Álvaro Zapata, sj


domingo, 6 de septiembre de 2020

PASO DE LA CAÍDA. MURCIA.

 

Paso de la Caída, obra del maestro Salzillo. 


PASO DE LA CAÍDA. MURCIA.

Como lo prometido es deuda, hoy seis de septiembre, vuelve este pequeño blogg a publicar semanalmente, centrándose en una serie de temas, especialmente relacionados con la religiosidad popular. Se abordarán temas relacionados con la Semana Santa riojana, especialmente la logroñesa, así como aquellos relacionados con la advocación de Jesús con la cruz a cuestas camino del Calvario. También aquellos relacionados con la realidad que nos rodea, no olvidemos que, como cofrades y cristianos, nuestro deber es implicarnos en nuestra sociedad. Comenzamos el nuevo curso con ánimos renovados, todavía inmersos en la pandemia que nos ha lastrado e impedido durante este año la presencia en las calles de las hermandades y cofradías y, a la vez, preocupados ya que la Semana Santa 2021, tal y como va la cosa y ya empieza a oírse y leerse en diversos foros, no pinta bien y puede ser que se parezca más a la del 2020 que a la del 2019. Comenzamos con una obra de arte salida de la mano de uno de los grandes maestros barrocos que alumbró España. 

Figura salida de la mano del artista murciano Francisco Salzillo y que forma parte de la Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno cuya sede canónica es la Iglesia de Nuestro Padre Jesús. Hoy forma parte del Museo Salzillo.

Paso encargado por la cofradía al artista murciano en el año 1752 cuando se decidió construir un paso que plasmara el momento en que Jesús cae a tierra en el camino hacia el Calvario siendo ayudado por el Cirineo a llevar la cruz. Esta escena alcanzó mucha difusión popular y se empezó a representar desde finales de la Edad Media, cuando los franciscanos, ante la imposibilidad de peregrinar a los Santos Lugares, potenciaron el rezo del Vía Crucis. Como ya se dijo anteriormente, será en el siglo XV cuando desde Alemania y gracias a Martin Ketzel, se comenzaran a construir piadosas estatuas de determinadas estaciones, entre ellas esta. Finalmente, los franciscanos consiguieron que se concediera determinadas indulgencias a quienes rezaran completamente y en determinadas iglesias, tan piadosa oración.

 La escena está compuesta por cinco figuras; Cristo caído en el centro, la cruz creando dos diagonales cortando el espacio y creando dos espacios con dos escenas que, además de parecer el séquito que acompaña a Jesús hacia el Gólgota, parecen contrapuestas. Por un lado Jesús caído en el suelo, centro de atención de los sayones los cuáles, vueltos hacia él le quieren obligar a continuar la marcha. En un segundo plano, el Cirineo y el soldado romano parecen ausentes y ajenos al drama que se está desarrollando y del que forman parte; algunos estudiosos indican que la actitud del Cirineo pudiera ser la de mucha gente que, ante la figura de Jesús, adopta esa actitud. Predomina la perspectiva lateral de tal modo que pueda ser visto en el procesionar por las calles de la capital murciana. Además, confronta su rostro, sereno, sufriente, idealizado con los de los sayones, que, como siempre en este tipo de composiciones, perfectamente reflejan el mal, el odio, contrastando la fuerza bruta con la delicadeza del Hijo del Hombre en su caminar hacia el destino de la cruz.

La cofradía nazarena fue fundada en 1600; procesiona los nueve pasos que posee los Viernes Santo por la mañana en la procesión conocida como la de “los Salzillos”. Son aproximadamente tres mil cofrades y es la única en la que los estantes no reparten caramelos a los asistentes a la citada procesión.

Los otros pasos de la cofradía son: la Santa Cena (1761), la Oración en el Huerto (1754), el prendimiento o el Beso de Judas  (1763), Jesús en la Columna o Los Azotes (1777), la Santa Mujer Verónica (1755), Nuestro Padre Jesús Nazareno (1601), San Juan Evangelista (1755) y la Santísima Virgen de los Dolores Coronada (1756), todos ellos del artista murciano autor de la Caída, con la excepción del Nuestro Padre Jesús Nazareno, imagen anónima de principio del XVII y que fue traída de Italia para la fundación de la cofradía.