domingo, 26 de mayo de 2019

2019. AÑO NAZARENO. Calle Mayor. Fotograma

En el año 1956, Logroño se vio sacudida por la llegada de un equipo para rodar una película. “Calle Mayor”, dirigida por Juan Antonio Bardem. Logroño, junto a Palencia y Cuenca, compartieron el rodaje de esta dura película. El impacto en la ciudad y en su vida diaria fue grande.
La historia de la película se centra en como los  habitantes de una pequeña ciudad provinciana viven atrapados en sus rancias tradiciones y costumbres. En ese opresivo ambiente, Isabel, una mujer soltera de 35 años, se siente fracasada por no haberse casado. Juan y su grupo de amigos, que combaten el aburrimiento imaginando bromas pesadas, hacen creer a Isabel que Juan está enamorado de ella y que le va a pedir que se case con él. Al final, acaban destapando la verdad e Isabel decide quedarse en su ciudad, con un plano final de la calle Portales de Logroño bajo la lluvia, desde detrás de los cristales, donde Isabel observa la calle.
En un momento dado de la película, sale una procesión en pantalla y el paso elegido fue la Dolorosa de Santiago, actualmente procesionada por la cofradía de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores. Se supone que es Viernes de Dolor y se celebra la procesión correspondiente a ese día. Indudablemente se modificó el recorrido. Se puede decir que es el primer paso logroñés que se asoma a una pantalla de cine.

domingo, 19 de mayo de 2019

2019. AÑO NAZARENO. Alfombra Corpus Christi 1989



La cofradía de Jesús Nazareno y  Nuestra Señora de los Dolores, ha participado siempre que se le ha solicitado y ha creído conveniente, en otros actos propios de la religiosidad popular. Uno de ellos, ha sido la confección de alfombras para la procesión de Corpus Christi, fiesta eucarística por excelencia de la religión católica.
Fiesta y celebración de origen belga nacida a finales del siglo XIII, pronto se extendió poco a poco por todo occidente; será Urbano IV en 1264 quién, a través de una bula, fija su fecha haciéndola extensible a toda la cristiandad. Encargará a Tomás de Aquino la confección de un oficio litúrgico propio del día y los salmos que, a día de hoy, todavía perduran.
La cofradía del Nazareno realizó su primera alfombra para la solemne procesión del año 1989. Se realizó en la calle Mayor logroñesa, justo en la unión con la calle Santiago. Serrín blanco de fondo, el escudo y nombre de la cofradía y dos cruces del Santo Sepulcro, entonces escudo de la Hermandad de la Pasión y el Santo Entierro, a los pies. Todo para honrar como se merece al Santísimo Sacramento. A ese año corresponde la foto, de no muy buena calidad, pero si emotiva para los cofrades que participaron confeccionándola. Decir que la alfombra se hizo la noche anterior, teniendo luego que establecer turnos  de vigilancia para preservarla hasta el momento de la procesión.
Posteriormente se retomó la costumbre, pero haciéndolo solo en la calle Portales, ya que la procesión abandonó el antiguo recorrido, coincidente con la Magna Procesión del Santo Entierro de Viernes Santo por la tarde, para acercarse al Espolón logroñés, abandonando esa parte de la ciudad y, como se hizo en el desarrollo urbano logroñés, dando la espalda al río Ebro, volcándose en el lado sur urbano, espacio de extensión de Logroño


domingo, 12 de mayo de 2019

2019. AÑO NAZARENO. El Encuentro.

Impresionante foto de Roberto Zaldívar del año 2007 de uno de los momentos más emotivos de la Semana Santa logroñesa en la calle. Vista cenital del Encuentro de Jesús, con la cruz a cuestas, con  su madre en la calle de la Amargura, camino del Calvario. Dicha foto se ha podido ver en la exposición organizada por la Cofradía de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores con motivo de las bodas de oro de su paso titular.
Las figuras aparecen custodiadas, en primer lugar por sus portadores; las dos bandas musicales a un lado y, se supone, los cofrades acompañantes al otro. A su alrededor, el público, que no es otro, en este caso, que el pueblo logroñés que, año tras año, sale a acompañar al Hijo y a la Madre en ese trance tan dramático que creó la religiosidad popular y que se ha mantenido y aumentado la devoción a él con el paso de los años.
Mientras los Evangelios solo mencionan el encuentro con las mujeres de Jerusalén, serán los Evangelios apócrifos quienes añadan personajes a este caminar de Jesús con la cruz a cuestas; hacen aparecer a Juan, el discípulo amado, acompañando a María en todo momento. En el siglo XV, los Autos de Misterio hacen aparecer el pasaje de la Verónica que, con un paño, enjuaga el rostro de Cristo, quedando este impreso en él mismo. Un gran ejemplo de esta advocación lo tenemos en la concatedral de Santo Domingo de La Calzada, con una impresionante figura anónima en madera policromada, confeccionada en el siglo XV.
 
Los ya mencionados tres ríos que conforman una procesión, aparecen aquí claramente definidos. La religiosidad popular alcanza quizá el momento culminante de la semana pasional, tanto en Logroño como en todas las ciudades, pueblos, etc. donde se celebra este tipo de procesión. (Valladolid, Calahorra, etc.) Presenciamos y somos testigos de un drama donde el dolor no es tanto personal como compartido por todos aquellos que, directa o indirectamente, participan en este momento.
Como decía Martín Descalzo, Se miran. Y en la mirada se abrazan sus almas. Y el dolor de los dos disminuye al saberse acompañados. Y el dolor de los dos crece al saber que el otro sufre. Y luego los dos se olvidan de sus dolores para unirse en la aceptación. Es ahí – en la común entrega – donde se sienten verdadera y definitivamente unidos. Lo que en realidad distingue a estos dos corazones de todos cuantos han existido no es la plenitud de su dolor, sino la plenitud de su entrega”.

martes, 7 de mayo de 2019

2019. AÑO NAZARENO. Acta de Dominio sobre el Nazareno Viejo



El siete de mayo del año 1905, la cofradía realiza un acta de dominio sobre la figura recién adquirida ese año y que ese mismo año había participado en la procesión del Santo Entierro. De ese modo, nos dejan constancia de la propiedad de la misma y del lugar que ocupa en la iglesia de Santiago, el Real.
Ya se ha comentado que, al no quedar reflejado en el libro de cuentas ninguna entrada o salida extraordinaria de dinero y seguir pagando los cofrades la misma cantidad como cuota, todo hace suponer que se produjo o una donación de la figura o una donación del dinero suficiente para su adquisición.
Tampoco se sabe dónde se produjo la compra. Hay rumores que sitñuan la compre en Bilbao o Barcelona. Pasa a ser el primer paso que es propiedad de la cofradía. El resto de pasos pertenecía a las parroquias donde se encontraban o a las instituciones que los albergaban. La Columna estaba en Palacio; el Medio Cuerpo en la capilla del Hospital y el Nazareno o Ceomo en la ermita del Humilladero. Posteriormente se llevaban a la Redonda para montarlos y participar en la procesión del Santo Entierro. El precio que se indica para la figura es que “no excede de quinientas pesetas”, por lo cual se paga menos timbre en el papel oficial en el que se hace la declaración. La tradición cofrade ha puesto ese precio a la figura: 500 pesetas de la época. Realizar una paridad a día de hoy es prácticamente imposible, ya que, en aquella época, la moneda funcionaba con el patrón oro, abandonado años después.
Por otro lado, llama la atención que se deje la figura en una urna cerrada. Con eso se preservaba la figura y, además, se evitaban posibles agresiones. La cofradía adquiere patrimonio y decide, a la vez, invertir en la conservación del mismo.
 
 



domingo, 5 de mayo de 2019

2019. AÑO NAZARENO. En la calle, con su gente



Dicen los estudiosos, que la Semana Santa tiene dos espacios físicos de celebración. Uno, es el templo, lugar celebrativo- litúrgico por excelencia donde se desarrolla el Triduo Pascual. Se considera un lugar dominado y gestionado por el clero. Ya se ha comentado el cambio en la dialéctica espacial del templo en los días de la Semana Santa.
El otro lugar de celebración  de la Semana Santa es la calle. Es “territorio cofrade”; lugar donde los cofrades expresan y celebran con sus cinco sentidos la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Es obvio, aunque muchas veces lo olvidemos, que en la Semana Santa se celebra al mismo tiempo en todo el mundo. Lo que cambia de manera sustancial, es el modo de celebrarlo en la calle, no así en el templo, donde la liturgia es la misma en todo el mundo cristiano.
Y es en la calle donde los pasos semansanteros alcanzan su máximo esplendor. Todo ayuda a fijar su mirada en ellos. No es lo mismo la estación de penitencia propia de tierras andaluzas, que la procesión, más propio del norte de España. No es lo mismo la música que se compone especialmente para las imágenes andaluzas, que el predominio de la música de tambor del Bajo Aragón y que se ha exportado a otras partes, sobre todo las cercanas. No es lo mismo la seriedad y la disciplina cartageneras en las calles que la expresión festiva que parece predominar en tierras andaluzas, donde, por poner un ejemplo, las imágenes de María, más que Madre Dolorosa, es mostrada como una mujer joven que casi prefigura la Resurrección. Por el contrario, las Dolorosas castellanas, ataviadas con los trajes de las viudas castellanas de la época barroca, aumentan la sensación de dolor y abandono al presenciar el tormento y la muerte del Hijo.
La calle es el terreno donde el Nazareno logroñés sale al encuentro de todos aquellos que quieren verlo o, simplemente, se encuentran con él. Es ahí donde la simbología del paso, luz, color, flores, portadores, acompañantes, conforman el río morado que, años tras año, Miércoles Santo tras Miércoles Santo y Viernes Santo tras Viernes Santo, se encuentra con su ciudad, tendiéndole esa mano de carpintero, ofreciéndose como fiel acompañante para todo aquel que quiera seguirle.