sábado, 30 de noviembre de 2019

2019. AÑO NAZARENO. Ensayando. Acompañamieno musial.

 
 
 
 
En los últimos cuarenta y cinco años, la vida de la cofradía se ha visto modificada por la aparición de la sección musical. Primero solo tambores, posteriormente se unió una sección de viento para, en los últimos años, estar solo compuesto por tambores, cajas, bombos y timbales el acompañamiento de los pasos titulares nazarenos.
Las secciones musicales de las cofradías, en un primer momento tuvieron un carácter infantil; con el discurrir del tiempo y la incorporación de hermanos adultos que deseaban y desean vivir su identidad cofrade en dichas agrupaciones, logran mejorar en la calidad y cantidad de marchas con que amenizan o anuncian la llegada de la figura procesional, parte fundamental y principal en el culto público cofrade en los tiempos semanasanteros.
Logroño, se ha caracterizado por disponer de bandas cofrades centradas en el tambor, ya que se tomó el ejemplo de Zaragoza y el Bajo Aragón, donde esta cultura está más implantada. Es el instrumento esencial en torno al que gira la música pasional logroñesa. Recientemente se están asomando otro tipo de bandas, más sevillanas, debido a la aparición, como en casi toda España, del modo de llevar el paso a costal, entendiendo como tal, el hacerlo por la parte interior de las andas no portándolo sobre el hombro por parte del cofrade.
A día de hoy, los ensayos se alargan desde octubre hasta las fechas pasionales. Son muchas horas las que se dedican a ese menester y, habitualmente, el resultado, suele ser acorde con el trabajo realizado. Se crean marchas, se adaptan las ya existentes y se busca variedad de toques para acompañar a los pasos titulares.
La aparición de los certámenes y exaltaciones cuaresmales, el alargamiento de la temporada con apariciones de determinadas bandas en celebraciones no pasionales, lleva, muchas veces a errores a la hora de programar las marchas que se tocan en las salidas procesionales y no es raro escuchar, por ejemplo, en la procesión del Santo Entierro logroñés, marchas de exaltación, con formaciones en círculo más propias de otros lugares y celebraciones que de una procesión del Cristo muerto, tal y como indica el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia. En determinadas ocasiones pareciera que algunos cofrades estuvieran bajo el efecto Dunning-Krugger.  

sábado, 23 de noviembre de 2019

2019. AÑO NAZARENO. De la mano de Él

 
Ser cristiano es, a día de hoy, “poner en el centro de la propia vida a Cristo, reconocer que todo nace de su fuente y que todo tiende a él como a su fin”; de este modo podemos decir que “como la procesión empieza y termina en el templo, nuestra vida es el desfile de Cristo en medio de la humanidad: todo comienza y termina en él”, tal y como nos lo dice Manuel Amézcua.
Que mejor compañía en la vida del cofrade que la de Cristo en cualquiera de sus advocaciones. Y qué mejor compañía que caminar de la mano de él, tal y como muestra la fotografía. La mano izquierda del Nazareno logroñés siempre ha destacado, llamando la atención de las personas que lo ven y ha sido, es y será uno de sus elementos distintivos.
 Mano de obrero, carpintero, trabajador, mano que cuelga inerte, sin fuerza, como consecuencia del castigo recibido por Cristo antes de cargar el madero, tal y como ha comentado numerosas veces el autor de la imagen; mano que, en palabras de algún pastor diocesano de Calahorra y La Calzada- Logroño, se tiende, se ofrece a todo  aquel que quiere sumarse al proyecto universal de vida del Nazareno.
La figura de Narvaiza se puede considerar una continuación del modelo de la mano tendida que se pone de moda en el barroco; las figuras nazarenas intentan escapar del marco desde donde procesionan, para, con una mayor expresividad, entrar en contacto con el público que presencia la procesión. Pedro de la Cuadra para Valladolid, Francisco del Rincón en Medina del Campo o Nava del Rey o el mismo Gregorio Fernández con su obra Camino del Calvario de Valladolid, son ejemplos de lo anteriormente expuesto.
La interpretación de Alejandro Narvaiza consigue, con su mano caída y la mirada perdida realizada impregnado directamente pintura de carrocero en el rostro de Cristo, entrar en contacto  con el espectador y que éste, desde lo más profundo de su interior, se sume a una nueva manera de entender la vida que puede acabar, si se le sigue realmente, al igual que nuestro maestro y ejemplo, colgando de un madero.

sábado, 16 de noviembre de 2019

2019. AÑO NAZARENO. Experimento. 1969.



La cofradía es una asociación de fieles que se unen con unos fines; en este caso uno de los fines de la cofradía de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores, que no el único, es el culto público de sus actualmente tres pasos titulares.
Dicho culto alcanza su máxima expresión en la participación de la cofradía en pleno en los desfiles procesionales en que, anualmente y dentro de los fastos de la Semana Santa, participa con cualquiera de sus pasos.
Durante la procesión, es la cofradía en pleno la que procesiona. Procesionar, siguiendo a Manuel Amézcua, “es un modo de caminar juntos, siguiendo a Cristo en su Pasión camino de la muerte y resurrección. Pretendemos tomar conciencia de que la procesión es un símbolo de nuestra propia vida”.  Al acompañar a nuestros pasos, vamos “junto a ellos y tras ellos, siguiendo sus huellas”.
Nunca lo hacemos solos; compartimos espacio y lugar con los otros hermanos cofrades. Somos ayuda y la recibimos de los que participan junto a nosotros. Además, el orden en que se realiza permite que cada cofrade ocupe su lugar, que es único e imprescindible a la vez que permite realizar la función que se le ha asignado.
Desde dentro del templo, pasando por las diferentes calles del casco antiguo logroñés, hasta la vuelta al templo, la cofradía porta sus pasos, los hace presentes en las calles logroñesas. Es Cristo, quién porta la cruz; en este caso, solo, sin la ayuda del Cirineo. Recuerda la obra de Narvaiza, en su prefiguración bíblica, a Isaac cargando en sus espaldas la madera para su sacrificio, a Aarón marcando las puertas judías en Egipto con la Tau o a Jacob al bendecir con las manos entrecruzadas a Efrén y Manasés.
El nazareno logroñés, asumiendo los inciáticos planteamientos en la iconografía nazarena y a imitación de otras muchas representaciones a lo largo de la historia, porta una cruz más emblemática que real, como elemento de tortura que, mediante la acción salvífica de Dios, desembocará en instrumento de salvación y vida. Esta idea aparece en las tres imágenes que el artista aldeano, Miguel Ángel Sainz Jiménez nos legó para las iglesias logroñesas de San José Obrero, a la izquierda del altar; el templo carmelitano donde preside el altar o a la derecha del altar de la logroñesa parroquia de San Pablo.
Sirva esta foto de la primera salida del paso titular como homenaje a todos los cofrades nazarenos logroñeses que, a lo largo de todos estos años, han participado en todas y cada una de las procesiones en las que ha participado la cofradía y sin los cuales, la cofradía a día de hoy no sería como es.


domingo, 10 de noviembre de 2019

2019. AÑO NAZARENO. Nazareno años 70 Siglo XX



Fotografía en blanco y negro de la figura titular de la cofradía en uno de los primeros años de su existencia. El paso está en su destino habitual, la capilla de San Pablo de la parroquia de Santiago, el Real.
Lo importante a señalar es que se encuentra, no en las andas, como se está acostumbrado a verlo a día de hoy, sino en una peana que se colocó en la pared para dejar el paso durante los días que no fuera necesario procesionarlo por las calles logroñesas.
Permaneció de ese modo unos cuantos años, casi hasta el final de los años setenta del pasado siglo. Las andas, que se desmontaban todos los años, permanecían en un almacén particular. El Martes Santo se transportaban a la Iglesia y se procedía a montar el paso completo. Aun así la cofradía nunca pensó en poder usar esa disposición para potenciar el culto a su paso titular.
 Al final y de acuerdo con la parroquia, se decidió dejar las andas tal y como se hace hoy, por varios motivos. En primer lugar, por no tener otro sitio donde dejarlas. El almacén desapareció; las arcas de la cofradía no podían permitirse el lujo de desembolsar un alquiler mensual. En segundo lugar, la propuesta de la Hermandad de la Pasión y el Santo Entierro de hacer una Casa de Pilatos, entendida como un almacén conjunto  donde todas las cofradías de la ciudad pudieran depositar sus enseres procesionales, nunca llegó a buen fin. Cierto es que algunas cofradías, los depositaban en la Plaza de Toros, debajo de algunos tendidos que estaban habilitados como almacenes. La precariedad del acuerdo, la misma suciedad del entorno y la dejadez y abandono en que estaban casi todo el año, hizo que cada cofradía buscara soluciones particulares a ese acuciante problema, por cierto, no resuelto todavía a día de hoy.


domingo, 3 de noviembre de 2019

2019. AÑO NAZARENO. Encuentro 2007. Salida del Nazareno.

 
La participación de la cofradía en la procesión del Encuentro es uno de los momentos más emotivos que no emocionantes que puede vivir un cofrade nazareno. Uno de los momentos importantes es la salida del paso.
Ya se ha comentado anteriormente ese momento y como se vive desde dentro, teniendo en cuenta que cada cofrade lo vive de un modo diferente, único y personal y es eso lo que le hace diferente cada año y cada vez que se realiza.
Los hombros de los cofrades nazarenos se convierten en los pies del Hijo de Dios  y lo portan al encuentro con su Madre, Madre a la vez, de todos y cada uno de nosotros. No hay mayor orgullo para un nazareno logroñés que portar al Señor de Logroño en su deambular por la calle de la Amargura al encuentro con su Madre y, además, en el Santo Entierro del Viernes Santo.
Esta escena no aparece en los Evangelios canónicos. María, siguiendo los evangelios apócrifos, al ver el estado de su Hijo, se desvanece y es sujetada por Juan. Esta escena que se representa cada año en Logroño y en otros lugares de España la conocemos como el Encuentro; además, en Logroño se tiene la suerte de contar con un paso, El Encuentro, obra de la gubia del maestro bilbaíno Quintín de Torre y Berástegui, que, cada año, abandona el garaje o almacén onde reposa a lo largo del año, para, por unas horas, ofrecerse a la contemplación de los ojos de los logroñeses;  en otros sitios se llamará el Espasmo o Pasmo el nombre con el que se conozca. Quizá el más importante sea el de Rafael Sanzio; es en una caída del Salvador camino del Calvario cuando lo contempla su madre, siendo lo más importante el juego de miradas que se puede observar en primer plano, mientras detrás de ellos, Cirineo sujeta la cruz, la soldadesca se detiene y, al fondo se observan las dos cruces en el Gólgota y, justo delante, los dos ladrones que morirán junto al Nazareno, son conducidos al suplicio.

viernes, 1 de noviembre de 2019

2019. AÑO NAZARENO. Fiesta de los Fieles Difuntos.



El segundo día del penúltimo mes del año, la Iglesia dedica su memoria a todas aquellas que, a lo largo de los siglos, casi se podría decir que desde el inicio de los tiempos, han configurado al Pueblo de Dios. Dicha fiesta es complementaria de la del día anterior donde se celebran a Todos los Santos de la Iglesia. Es en noviembre donde las hermandades y cofradías celebran Eucaristías por todos los hermanos que, año tras año se unen y contemplan en todo su esplendor, al titular de su hermandad o cofradía, sea cual sea la advocación que les une.
En el fondo, lo que la Iglesia quiere preguntarnos, además de la celebración y el recuerdo de todos aquellos que nos han precedido, es qué sentido le damos nosotros, cristianos que año tras año nos encargamos de mostrar al resto de la sociedad la Pasión, Muerte y Resurrección del Primer Cofrade de la historia, a la muerte.
Como dice Álvaro Lobo, sj, en Pastoral SJ, “la fiesta de los santos y los difuntos no es una reliquia del pasado ni un negocio de floristerías, es la oportunidad que tenemos la mayoría de las personas de preguntarnos qué significa para nosotros la muerte y cómo le queremos dar respuesta. Es el momento de recordar de forma agradecida a todos los que nos precedieron y de preguntarnos una vez al año cómo queremos vivir”.
Quizá el día dos de noviembre sea el momento de echar la vista atrás y recordar y tener presente, sobre todo en estas bodas de oro del paso titular de la nazarena cofradía logroñesa, a todos los hermanos que nos han precedido en nuestra devoción por Cristo con la cruz a cuestas camino del Calvario. Eugenio, Valentín, Juan Carlos, Alejandro, Guillermo, Manolo, Félix y un largo etcétera de los hermanos que, junto al Nazareno, nos animan día a día, a continuar lo que ellos ya hicieron.