martes, 30 de marzo de 2021

SEMANA SANTA. MARTES SANTO

 

Paso de la Flagelación, Martes Santro. Logroño

Cada día de la Semana Santa trae el nombre de una cofradía logroñesa a cada cofrade. El Martes Santo, por excelencia, es el día de la Flagelación. Siempre ha sido así. Posteriormente, se unirá la Santa Cruz de los Hermanos Maristas, primero con el espectacular paso del Encuentro gubiado por Quintín de Torre y Berástegui y, posteriormente, por el Stabat Mater de Chaparro, dejando el primero para el Viernes Santo por la tarde en la procesión del Santo Entierro. Vía Crucis parroquial y Santo Rosario del Dolor marista llenan las calles logroñesas de honda raigambre semanasantera en este día.

Los pasos de la cofradía marista. Martes Sano. Logroño

Acudir a la procesión que partía de Santa Teresita era salir del marco habitual del espacio procesional logroñés, abandonando el centro y el casco antiguo y desplazarse unos cuantos metros, no muchos, al sur de la ciudad, a la zona de expansión de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado. Además, añadir que no repetían ni repiten recorrido, ya que, cada año, visitan los hogares de los enfermos de la parroquia que lo solicitan; lo cual no deja de ser complicado para poder cuadrar anualmente un recorrido diferente. Todavía recordamos aquella complicada maniobra que se realizaba para sacar el paso por la puerta principal de la Iglesia, a la calle Menéndez Pelayo; el paso de los años, la reforma del templo para realizar una capilla más pequeña, hace que la salida sea por otra calle, Somosierra, por otra puerta más pequeña, habiendo perdido el encanto de antaño para algunos cofrades que, a pesar de no participar en la procesión, acudíamos para verlo salir casi todos los años. Los cambios se acentúan con la aparición también, desde 2016, de la molía como medio de portarlo abandonando el tradicional de varas exteriores, una nueva disposición de los participantes en la procesión, así como nuevo acompañamiento musical, le hacen ser una procesión diferente. Aun así, siempre quedará el recuerdo de aquellas procesiones con escaso acompañamiento de gente, en un barrio con un urbanismo diferente, pero con ese sabor cofrade que, muchas veces, nos recordaba, nuevamente, el sentimiento de la soledad que experimentamos los cofrades al enfrentarnos con las calles vacías.

Paso de La Flagelación. Logroño

Por otro lado, la cofradía marista ha retornado al casco antiguo para realizar su procesión. La Virgen del Rosario se suma al Stabat creando un nuevo sentimiento cofrade por las tradicionales calles cofrades logroñesas.

Crónica de la procesión de la Flagelación, 1975

Poco a poco, vamos entrando en la vivencia de la Semana Santa; si la Cuaresma no fue suficiente, los primeros días semanasanteros, nos pueden llevar, a una vivencia del proceso que vivió el primer cofrade en la primera Semana Santa de la historia. Ya mencionamos la angustia de Getsemaní, ahora unimos la detención, el juicio ante el Sanedrín, la primera visita a Pilato, el viaje para ver a Herodes y la vuelta a Pilato. Todo ello, en un breve periodo de tiempo y rodeado por gente que lo deseaba ver muerto. Todo culmina con el primer ejercicio de violencia física sobre el cuerpo de Jesús, la flagelación. Ha comenzado el carnaval de sangre.

Banda de tambores de la cofradía de Jesús Nazareno
un Martes Santo de principios de los años 80 del siglo XX

Ese mismo día, es el montaje de los pasos nazarenos. La parroquia de Santiago, el Real, acoge a los hermanos que van a montar sus pasos; sus nazarenos, el Viejo y el de Narvaiza, toman vida, abandonan sus lugares habituales y pasan a formar parte de los lugares importantes del templo, uno a los pies del coro y el titular, enfrente de la puerta principal, como prefigurando uno de los días grandes, el Miércoles Santo.   

lunes, 29 de marzo de 2021

SEMANA SANTA. LUNES SANTO.

 

Oración en el Huerto, Viernes santo, Logroño, 1972. 


Al día siguiente de escribir la entrada de Lunes Santo, el pitido del teléfono móvil, llegaba cargado con una luctuosa noticia. Mi buen y gran amigo Ricardo Ochoa Urízar, Richar, me comunicaba el fallecimiento de Eugenio Martínez Abanzabalegui, antiguo Hermano Mayor de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén. Mi mente se trasladó hacia la primera parte de la década de los años 80 del siglo XX. Grandes recuerdos de cuando entre unos cuantos cofrades, menos que más, lograron poner, contra viento y marea, parte de las bases de nuestra actual Semana Santa. Recuerdos del Colegio Compañía de María, de nuevas procesiones, en definitiva, de ilusión, y muchas ganas de trabajar por y para que la Semana Santa logroñesa caminara hacia adelante. Y, como no podía ser de otra manera, todos los años, Eugenio, se acercaba, callado, casi escondido, como otros grandes cofrades de otras cofradías, para ver a sus pasos y a los de los demás, casi con lágrimas en los ojos, sufriendo en silencio el injusto abandono a que se han visto sometidos buena parte de ellos.

Sirvan estas líneas para recordar a Eugenio, buen cofrade, mejor persona y, que, junto a otros cofrades, desde el silencio del trabajo anónimo, puso las bases para hacer un poquito mejor y más grande a la Semana Santa de Logroño.

Tener unos años, ser cofrade y hablar de Lunes Santo en Logroño es hablar de la Oración en el Huerto; es recordar ilusiones, alegrías, tristezas, lamentaciones, esfuerzo, disgustos, enfrentamientos, trabajo y ganas, sobre todo, muchas ganas. Es hablar de muchos hermanos cofrades, de Richar, Goyo, Santi, Javier, Alicia, Emilio, Eugenio, Mariví, Julio y, sobre todo y por encima de todo, de Doroteo, antiguo hermano cetro de la cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén.

Lunes Santo, Oración en el Huerto. 

Y para algunos, es también hablar de soledad. Es recordar calles vacías cuando la Oración se asomaba a Juan XXIII, a Duquesa de la Victoria o enfilaba Rodríguez Paterna. Y, en esa calle, Doroteo, me cogió y me dijo aquello de “anda, ve delante del paso, que aquí atrás, estás solo, no sea que te metan a un portal”. Es volver a vivir la soledad del cofrade que, acompañando a su paso, o siendo uno más con los hermanos de otras cofradías, se lanzaba a la aventura de salir a las calles de su ciudad como si del enfrentamiento con un animal salvaje se tratara, tan solo observado por los curiosos vecinos que, al oír el ruido de tambores y timbales, se asomaban a las ventanas, retirándose rápido con movimientos de cabeza que parecían significar aquello de, pero estos tíos, donde van a estas horas!!! Quizá sin saberlo, estábamos experimentando la misma soledad que experimentó Jesús en Getsemaní ante lo que se le venía encima.

Quizá, como decía José Luis Martín Descalzo, nos encontramos ante la escena más desconcertante y dramática no ya de la Pasión, sino de todo el Nuevo Testamento.  Es, siguiendo al mismo autor, la “imagen de un Dios temblando, empavorecido, tratando de huir de la muerte, mendigando ayuda”. [1]

Con los años, los cambios de sedes canónicas de la cofradía, la Oración casi desapareció de algún horizonte cofrade, al instalarse en la zona oeste de la capital. La vuelta a la orilla del Ebro en 1997 trajo su vuelta a nuestro ser cofrade. Así como en aquel lejano año 1985 solo hubo un nazareno acompañando a la Oración, desde principios del siglo XXI y hasta 2009, fue acompañada no por un nazareno, sino por cuatro, el que estas líneas escribe, Javi, Pedro y Antonio, los cuales, teníamos el honor de cerrar el desfile procesional, en cuanto a representaciones se refiere.

Representación Nazarena. Lunes Santo. 

La aparición de la imagen de Jesús Cautivo, realizada por Navarro Arteaga, su inclusión en el Lunes Santo, dejando a la Oración para la procesión del Santo Entierro, más el hecho de ser portado a costal desde 2015, práctica importada desde Andalucía, lleva a que el Lunes Santo, para algunos cofrades que peinamos canas, quede un poco desdibujado en el ánimo, pero contentos, por otro lado, al ver que, cada año, en cada Lunes Santo por la tarde en Logroño, sabiendo que es Logroño y no Sevilla, cada vez más gente, se acerca a acompañar a nuestro Cautivo, pues al final todos los pasos son de todos los cofrades logroñeses y riojanos, en su vía crucis por las calles de nuestra ciudad. Y, como siempre que llega ese día, el hermano Doroteo está en nuestras oraciones, en nuestro corazón y en nuestro recuerdo.

Lunes Santo 2014. 



[1] Martín Descalzo, José Luis: Vida y misterio de Jesús de Nazaret. III La cruz y la gloria Ediciones Sígueme, Salamanca, 1987, pág. 204

domingo, 28 de marzo de 2021

SEMANA SANTA. DOMINGO DE RAMOS.

 

Domingo de Ramos, década de los 50 del siglo XX

Comienzo  de la Semana Santa; primera procesión. Primer día de despertarse, levantar la persiana y mirar el cielo esperando que no llueva. Durante una semana los cofrades parecen llevar un  muelle en  el cuello mirando el cielo todo el día; observando las nubes, si vienen de Álava, de Castilla o de Navarra. Dependiendo de su procedencia llevarán más o menos agua y la probabilidad de lluvia será mayor o menor. En los últimos años, esa predicción se ha sustituido por las aplicaciones meteorológicas de los móviles, las cuales, alguna vez fallan, como no podía ser de otra manera.

El desfile procesional del Domingo de Ramos, siempre se ha caracterizado por un erróneo sentido eminentemente infantil; no faltan los niños que, acompañando a los pasos de la borriquilla, portan palmas o ramos adornados con chucherías que, posteriormente, comerán. De todos modos conviene recordar, tal y como indica Benedicto XVI, que “la escena del homenaje mesiánico a Jesús tuvo lugar al entrar en la ciudad, y que sus protagonistas no fueron los habitantes de Jerusalén, sino los que acompañaban a Jesús entrando con Él en la Ciudad Santa”

Sección infantil de la cofradía de Jesús
Nazareno de Logroño el Domingo de Ramos de 1971

Domingos de Ramos de ilusión infantil, de tocar el tambor junto a todas las bandas de Logroño, de escuchar a los escolapios de Zaragoza que llegaban como grandes maestros en el arte del tambor. De no salir ya al pasar a portador del paso, y de volver a participar otra vez en la procesión, pasados unos cuantos años. De recorridos largos atravesando el centro de Logroño para llegar, nuevamente, a la Enseñanza, tras pasar por la concatedral de La Redonda.  

Paso de la Entrada de Jesús en Jerusalén 
de Logroño un Domingo de Ramos de principios de los 80.

Domingos de Ramos de enfrentamientos; de capuz si- capuz no en esa procesión. De abandono a los cofrades en la calle, de ruido, de ilusión, de tristeza; como no, recuerdos de la boda de dos hermanos cofrades de la Entrada justo antes de participar en la procesión. Con el discurrir de los años, la procesión que inaugura nuestra Semana Santa se ha empequeñecido hasta límites insospechados cuando empezaba el siglo XXI, quedándose reducida a una pequeña vuelta a una manzana, con cada vez menos hermanos participantes. Dicho día ha sido aprovechado por muchos cofrades para acercarse a otras ciudades cercanas. El éxodo de secciones instrumentales a diversos sitios, pueblos o ciudades; Zaragoza y el bajo Aragón atraen a cada vez más cofrades que abandonan su cofradía, su ciudad, su Semana Santa, en uno de los días más importantes desde el punto de vista cofrade, junto con el Viernes Santo. O cofradías que no participan por hacerlo en sus celebraciones parroquiales.

Paso de la Entrada a principios de los años 90 en las calles de Logroño. 

Esperemos que, poco a poco, esta procesión recupere el prestigio y esplendor perdido en este siglo XXI  y que tanto trabajo costó en las dos últimas décadas del siglo pasado. Y que se vean, como antaño, a todas las secciones instrumentales logroñesas en ese desfile, así como a la mayoría de los cofrades en la calle, acompañando a Jesús entrando en Jerusalén, siendo, como dice el Papa emérito, los que acompañamos a Jesús.

viernes, 26 de marzo de 2021

SEMANA SANTA. VIERNES DE DOLOR.

 

Procesión del Viernes de Dolor, finales años 50
Comienza la Semana Santa. Desde hoy y todos los días que se hubieran celebrado desfiles procesionales en Logroño, se colgará un breve escrito acerca de experiencias, recuerdos, sentimientos y opinión de quien escribe estas líneas. 

Este día marca el inicio de los desfiles pasionales en las calles logroñesas. Es a finales de la primera década del siglo XXI cuando dicha procesión comienza a modificarse, poco a poco, paso a paso, hasta lograr la importancia y relevancia que reclama; anteriormente, debido a la situación de la extinta cofradía de Nuestra Señora de los Dolores y a los bandazos que se dieron en su organización desde la sede parroquial de Santiago, el Real la procesión estuvo, incluso, a punto de desaparecer.

Al final la absorción de la cofradía anteriormente citada por la cofradía de Jesús Nazareno con la que compartía sede canónica supuso el punto de inflexión. Esta procesión son recuerdos del año 1976 cuando se incorporaron a ese desfile las bandas de tambores de la cofradía nazarena, con su sección de cornetas, así como la de la Hermandad de la Pasión y el Santo Entierro, posteriormente integrada en la cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén. Incorporación debida a la escasa participación de fieles en la misma y a la degradación en que se encontraba el espacio procesional en que se celebraba.

Banda de la Cofradía Nazarena 
sumada a la procesión en 1976. Abri, 1979


Este día hace aflorar sentimientos, entre todos los cofrades, de que ya llegaba, ya llega; que la Semana Santa se estaba presentando a la vuelta de la esquina, que los días importantes se acercaban.

Día de acompañar a María en sus dolores; de reflexionar sobre ellos, de unirse a ella en su incomprensión y en su sí sin condiciones al plan que Dios dispuso para ella, para su Hijo y también, porque no decirlo, para todos y cada uno de nosotros. María, siguiendo al cardenal Carlo María Martini, al igual que Zacarías, sabe que Dios, cuando entra en tu vida, entra para trastornar y, de ese trastorno solo se logra salir con el abandono total y absoluto a la voluntad de Dios.[1] 

Imagen de la Dolorosa saliendo de Santiago, el Real. 

La profecía de Simeón, la huida a Egipto, perder a Jesús en el templo, y, sobre todo, los momentos de la pasión; el encuentro con su hijo en la Vía Dolorosa, verlo crucificado, coger el cuerpo muerto de Jesús y darle sepultura. Según las visiones de Santa Brígida, quién rezara los siete dolores acompañando a María, alcanzaría siete gracias.

Cartel confeccionado por la cofradía nazarena
para la procesión del año 2019

Desde comienzos del siglo XXI la nazarena cofradía logroñesa modifica el recorrido de la procesión abandonando el territorio parroquial de Santiago, el Real, acercándose a la concatedral de Santa María de la Redonda para regresar a la sede canónica que, al final de la calle del mismo nombre que la parroquia, abre sus puertas para acoger, como siempre, a los cofrades nazarenos que, orgullosos, pasean a su Madre pos las calles logroñesas, acompañándola y viviendo con ella, los siete puñales que atraviesan su corazón como símbolo de los dolores que padeció en su vida.



[1][1] Martini, Carlo María: Los relatos de la Pasión. Meditaciones. Sal Terrae, Santander, 2017, págs. 134-135.





domingo, 21 de marzo de 2021

EXAMINAR NUESTRA CUARESMA

 

El próximo domingo celebraremos la Entrada de Jesús en Jerusalén, punto de partida de la Semana Santa, semana más importante del año para la vida de un cristiano y, por extensión, para un cofrade. Ya habremos pasado el Viernes de Dolor, y nuestra Dolorosa de Santiago, parroquia cofrade por excelencia en Logroño, no habrá podido salir a las calles logroñesas para revivir, como todos los años, los siete dolores junto a los ciudadanos de la capital riojana que quisieran acercarse para acompañarla, tal y como profetizó Simeón, cuando le dijo aquello de “en cuanto a ti, una espada te atravesará el corazón” (Lc 2, 35)

Habrán llegado ya los rumores de las hermandades de vísperas al recorrer cada una sus barrios sevillanos el Sábado de Pasión. Los nazarenos de Jesús de la Salud y la Clemencia, Jesús del Divino Perdón o Jesús de la Caridad ya se habrían cerrado, comenzando otra vez la espera hasta el año 2022 para salir a sus calles, con sus gentes, en sus barrios.

Acaba ya casi la Cuaresma y quizá sea un buen momento de hacer balance de la Cuaresma que ha llevado cada uno; quizá sea el momento de reflexionar sobre lo acontecido en este tiempo litúrgico, parar un breve momento y empezar la última semana con ánimos renovados esperando la Pascua. Para ello dejo un escrito aparecido en pastoralsj.org de David Cabrera, sj, que va de eso, de reflexionar sobre la Cuaresma de cada uno. Se acompaña de unos dibujos del Vía Crucis de Fano que nos pueden ayudar a reflexionar.

EXAMINAR NUESTRA CUARESMA.

Va llegando el final de la Cuaresma. Se abre la puerta a la intensidad de la Pascua. Hemos recorrido este camino vivo de ayuno, limosna y oración, pegados a Jesús para aprender de Él cómo vivir de verdad la Resurrección en nuestra vida. ¿De verdad? ¿Ha sido un camino de intensidad humana? ¿Hemos puesto a tono nuestra fe para la Pascua? Vamos a hacer un examen. No te pongas nota, no es necesario. Solo hazte consciente del camino recorrido a lo largo de esta Cuaresma. La clave está en que puedas detectar tres dinámicas: la del agradecimiento, la del perdón y la de los deseos.

La primera pregunta del examen de la Cuaresma es sobre el agradecimiento. Adéntrate en tu corazón y ve repasando los últimos cuarenta días. Ve agradeciendo los gestos que hayas podido tener para acercarte más a Dios. Agradece si has podido sacar ratos de oración personal o comunitarias donde sentías que eras invitado de nuevo a acercarte más a Jesús. La dinámica del agradecimiento te saca de ti mismo y te sitúa en el plano de la necesidad que tenemos en la vida de Dios y de su Buena Noticia.

La segunda es la pregunta por el perdón. Descubre cuánto de sueños no realizados y de propósitos anestesiados en estos días. Siempre comenzamos la cuaresma con las ganas de asomarnos más al evangelio y de vivir con mayor profundidad las recomendaciones de la Iglesia. Muchos ayunos no cumplidos y muchas limosnas no dadas. No es hora de castigos ni de lamentaciones. Examina con el corazón y, delante de Dios, si siguen vivas esas aspiraciones de volver a mirar al pobre, de dar algo de ti a quién puede necesitarte. No se agotan en la cuaresma y se pueden seguir renovando siempre.

La última pregunta es por los deseos. Cuando comenzábamos la cuaresma, al imponernos la ceniza se nos decía: conviértete y cree en el Evangelio. ¿Se te alentaron los deseos aquel momento? Revisa con Jesús si sigues estando vivo. Si tienes deseos de acompañar al Señor en las encrucijadas de la vida, cargar con él cruces propias y de otros y celebrar con alegría las fiestas y los banquetes. Los deseos mueven nuestra vida, transforma en petición aquellos que sientas dentro de ti, para que sean alimentados por la presencia de Jesús en la Pascua.

Al final de la Cuaresma es tiempo de mirar hacia atrás. Para seguir mirando hacia delante, subiendo con Jesús y sus discípulos a Jerusalén. Siempre hay una oportunidad para afianzar nuestra vida y enraizar nuestra fe. No permitas que siga pasando el tiempo como si nada vaya a suceder.

David Cabrera, sj

domingo, 14 de marzo de 2021

¿UN CRISTO ESPECTACULARIZADO?


¿UN CRISTO ESPECTACULARIZADO?

Van pasando los días cuaresmales y, conforme nos vamos acercando a la Semana Santa, pareciera que el mundo cofrade cambia. Se acelera, se hacen cosas o se intentan, aparecen publicaciones por doquier con el tema pasional. Todas las personas de este mundo parecieran sufrir, de repente, una especie de enajenación y se desbordan noticias, medios, fotografías, etc. Y revisando documentación de hace cincuenta años, en Logroño, me encuentro con un artículo publicado en un diario local de Logroño. Escrito por un jesuita que poco o nada tenía que ver con el mundo cofrade; pero que, sentía muy dentro de  él la vivencia de ser hijo de Dios y, como dijo muchas veces, seguidor de Jesús. Dejo el artículo, ya que, a pesar de determinados aspectos que pertenecen a aquél lejano 1971, está plenamente de actualidad.

¿UN CRISTO ESPECTACULARIZADO?

“De nuevo, Semana Santa. Con su fervor más o menos de fachada, más o menos auténtico. Y, claro, detrás de eso la ilusión de tranquilizar la conciencia hasta el próximo año, hasta la siguiente Semana Santa.

Todo me parece volver a aquellos días de la primera Semana Santa. También entonces hubo procesiones y trompetas, soldados romanos –entonces de verdad-; hubo cabalgata y muchedumbres en las aceras, muchedumbres venidas de Galilea, de Judea, de la costa, de la montaña, de… Hubo emoción, gritos, apretujones, curiosidad… Hubo espectáculo. Merecía la pena. Se trataba de ver al Profeta, al Mesías, al Dramaturgo, al que había conmovido a tanta gente…

Sí, aquel primer Viernes Santo Jerusalén era un espectáculo como no lo había sido nunca. Era la primera gran procesión. Era novedad. No había que perdérselo. No se veía todos los días. La gente miraba, comentaba y luego… se olvidaba.

Claro, era el espectáculo de contradicción. Ya lo había dicho Cristo. Lo había anunciado muchas veces. Dios estaba puesto en escena. Era un espectáculo nunca visto. Dios haciendo teatro. ¡Perdón!, los hombres haciendo de Dios un espectáculo.

Nos extraña. Nosotros no lo hubiéramos hecho. Protestamos de los judíos, de los soldados romanos, de los poderes públicos y de quienes secundaron y jalearon la farsa.

Me parece muy bien la indignación. No es para menos. Nuestra indignación debería ser mayor y, sobre todo, deberíamos proyectarla sobre nuestros Viernes Santos.

Sí. Es tremendo. Pero real. Seguimos espectacularizando a Cristo. Sí. Al Cristo de nuestras procesiones y al Cristo Místico –la Iglesia-, y al Cristo que es el hombre individual o colectivo.

Nuestras procesiones son folklore, son mirones, son pasar el rato, son… Ojalá la decisión de una procesión en silencio y respetuosa, se llegue a realizar. Sería un gran triunfo de la Hermandad del Santo Entierro. Ánimo y adelante. ¡Ojalá las procesiones de Logroño no sean un espectáculo más!... A luchar… No está bien aclamar a Dios, lucir capuchones o no, para terminar crucificando a Cristo.

Pero hoy se está espectacularizando  con el Cuerpo Místico que es la Iglesia. Jerarquía, fieles… son noticia en los medios de comunicación social… Lo terrible no es que sean noticia, sino espectáculo. Son esas tendencias anticlericales y antieclesiales. Tendencias coreadas por mucha gente de buena voluntad. Como aquel primer Viernes Santo en Jerusalén.

Hoy se siente aversión a todo lo eclesial por ser sagrado. Así a secas. Porque lo sagrado sigue molestándonos como la Verdad, la Justicia y el Amor de Cristo… Acusarán a la Iglesia de política, de burguesía, de… de lo que sea. Lo importante es hacerla espectáculo y crucificarla. Que la gente la comente y se ría.

Otros hablarán de una Iglesia anacrónica, desfasada, inmovilista… Y así, Cristo es hecho un espectáculo de museo y su Iglesia de Historia.

Otros escenificarán una Iglesia ultraprogresista, tan desfasada como la anterior y que tampoco tiene nada que decir a los hombres de hoy. Así, dramatizan a un Cristo Imaginario y una Iglesia- utopía.

Da lo mismo una escena que otra. Lo importante es seguir la comedia. Interesa lo sensacional. Que las masas se diviertan. Que las gentes griten y olviden oras cosas…

Espectáculos, espectáculos… No importa que las risas y los gritos y los aplausos sean contra lo religioso, contra Dios… Lo importante es que los hombres no oigan esos gritos de justicia, de libertad, de equidad, de austeridad, de pureza, de verdad, de…, de caridad y amor que la Iglesia de Cristo.

La procesión del primer Viernes Santo en Jerusalén… tuvo éxito. Hoy es muy imitada en  muchas partes del mundo. En Jerusalén se tuvo una vez… En la geografía del mundo es casi a diario.

Cristo, su Iglesia y sus seguidores siguen siendo espectáculo del mundo… Ojalá ese espectáculo no fuese de Viernes Santo, sino de resurrección y vida”

Emilio Velasco, sj

Diario Nueva Rioja, Miércoles Santo, 7 de abril de 1971. 
 

lunes, 8 de marzo de 2021

LAGUNA DE CAMEROS. OTRA SEMANA SANTA.

 

Vista del altar principal, retablo y copia de la 
Sábana Santa en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción
en Laguna de Cameros (La Rioja)

Hacemos un alto en la Semana Santa logroñesa, para girar nuestra mirada a la parte alta del valle del río Leza. En Laguna de Cameros, desde que rige la parroquia Antonio Arnedo, se ha experimentado un gran cambio a la hora de celebrar las fiestas que podemos considerar como de religiosidad popular.

Año tras año, al llegar el tiempo de Adviento, llena la parroquia de la Asunción con  gran cantidad de belenes, de todo tipo, unos comprados, otros donados y otros que le han sido enviados de otras partes del mundo.

Llega la Cuaresma y la parroquia se transforma en un desfile procesional con los principales pasos de la pasión, acompañados cada uno de sus nazarenos, comenzando con la entrada de Jesús en Jerusalén y acabando con el Cristo resucitado. A la vez, expone uno de los tesoros que guarda la citada parroquia. Una copia de la Sábana Santa de Turín, que se venera en la localidad camerana desde el siglo XVIII.

Vista general de la Procesión del Santo Entierro. 

El retablo de la iglesia, apalabrado en 1739 con el arquitecto Ignacio Ibáñez en 1739, debía estar acabado en 1742. De tipo clasicista, basado en columnas salomónicas, presenta algunas novedades ornamentales a base de un follaje menudo y muy denso. La policromía parece ser fue realizada por Felipe Pérez de tejada a partir del año 1771, ya que fue necesario restaurar algunas partes dañadas del citado retablo.

Copia de la Sábana Santa de Turín
a los pies del altar. Laguna de Cameros.

La Semana Santa ha pasado, en el discurrir de los siglos, como en muchas localidades, de poseer un movimiento pasional en el que más o menos participaba todo el pueblo, a quedar reducido a poco menos que a la nada. En este caso una pequeña procesión en los alrededores de la parroquia con los dos únicos pasos que quedan, un Atado a la Columna, procedente de la antigua cofradía de nazarenos de la Sangre de Cristo y una Dolorosa, perteneciente a la antigua y homónima cofradía.

Nota en la caja que guarda la copia
de la Sábana Santa. Laguna de Cameros. 

Y eso que, en los buenos tiempos, la población acogía a, por lo menos, tres cofradías penitenciales con sus hermanos de luz y de disciplina. La Vera Cruz, consecuencia de las veredas cuaresmales franciscanas que, partiendo del convento de Logroño, recorrieron todos los valles que desembocaban en el río Ebro. Concretamente la laguchina se funda en 1635.

Prácticamente todos los vecinos del pueblo formaban parte de ella, ya que se indica que no cabían en ningún sitio y debían hacer sus reuniones en la casa de la villa.

Por otro lado, existían también, como se ha señalado anteriormente, la cofradía la Soledad y la de nazarenos de la Sangre de Cristo, que, como la de la Vera Cruz, celebraban, las dos, procesión de disciplina. Esta última celebraba procesión de disciplina el Jueves Santo por la tarde noche, seguramente a la vez que la de la Vera Cruz, coincidiendo las dos por las calles del pueblo.

Decir, finalmente, que la nazarena cofradía de la Sangre de Cristo, sorteaba entre sus miembros, los diferentes papeles de los Apóstoles, de tal suerte que sabemos el resultado del sorteo de veintiocho de abril de 1646. Salió el 1º Juan Saenz del Zarrillo , apóstol Santiago; el 2º Pedro Moreno, apóstol San Simón; el 3º Antonio Moreno, apóstol Santo Tomás; el 4º Diego Saenz, apóstol San Pedro; el 5º Juan de Santa María ser apóstol San Felipe; el 6º Diego Herrero, ser apóstol San Juan Evangelista; el 7º Antón García, ser apóstol San Andrés; el 8º Diego Gil, ser apóstol Santiago menor; el 9º Juan Melon ser apóstol San Matheo; el 10º Pedro García, ser apóstol San Mathia; el 11º Francisco García, ser apóstol San Bartolomé.

 

Parte final del desfile procesional.

Bibliografía:

Labarga García, Fermín: “Las Cofradías de la Vera Cruz en La Rioja. Historia y espiritualidad”, Servicio de Publicaciones de la Diócesis de Calahorra La Calzada y Logroño, Logroño 2000

Ramírez Martínez, José Manuel: “Retablos mayores de La Rioja”, Servicio de Publicaciones de la Diócesis de Calahorra La Calzada y Logroño, Logroño, 1993

Allona Cañas, Basilio: “Monografía histórica de Laguna de Cameros”, Imprenta Moderna, Logroño, 1925.