martes, 29 de marzo de 2022

ENSAYO SOLIDARIO NAZARENO

Cartel del Ensayo Solidario
Nazareno 2022

El próximo domingo día 3 de abril a las 11,30 se realizará el primer ensayo solidario que la cofradía logroñesa de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores celebrará por las principales calles del Casco Antiguo logroñés. 

El recorrido será Santiago, Mayor, Sagasta, Hermanos Moroy, Marqués de Vallejo, Portales, Plaza Martínez Zaporta, Mayor y Santiago. 

A lo largo del recorrido se recogerán alimentos que se entregarán a la Cruz Roja con el fin de ayudar en la labor social que lleva a cabo en nuestra ciudad. 

Acude y lleva alimentos. Todos juntos, sumamos más. 

sábado, 19 de marzo de 2022

LA IMAGINERÍA PROCESIONAL. APROXIMACIÓN.

 

Paso de Jesús Nazareno. Logroño.  
Viernes Santo.

Acercarse a la imaginería procesional, es estar dispuesto a abrirse a un mundo diferente y nuevo. Es acercar los cinco sentidos de cada uno a las múltiples y diferentes maneras de vivir y sentir los misterios que se celebran durante la Semana Santa. Se puede afirmar, sin temor al error, que la Semana Santa es la misma en todos y cada uno de los lugares del mundo. Solo se celebra la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Litúrgicamente es igual en todos los sitios; las celebraciones siguen el guión preestablecido desde la reforma litúrgica de Pío XII, allá a mediados de la década de los cincuenta del siglo pasado.

¿Qué es lo que diferencia y hace a cada Semana Santa única en el mundo? ¿Qué es lo que da la esencia propia a cada Semana Santa? Su celebración en la calle. Se ha dicho ya muchas veces que ninguna celebración es mejor o peor que otra. Ninguna está por encima de las demás. Son todas diferentes y es ese ser diferentes lo que hace a cada celebración inimitable e insustituible, a excepción de Sevilla, que sin quererlo, se ha convertido en la cuna del primer plagio cultual, sociológico, antropológico, cultural e incluso artístico, en otras, no todas, partes de España; y, como no podía ser de otra manera, Logroño también lleva su propia penitencia sevillanista. Como se dice, que pena que la Semana Santa se celebre en todos los sitios a la vez; ojalá se pudiera escalonar a lo largo del año para poder visitar todas y cada una de ellas empapándonos de su esencia.

Paso de la Flagelación. Logroño
Viernes Santo. 

El papel más importante dentro de la Semana Santa en la calle, es el de las figuras; las imágenes que año tras año se asoman a la calle para rememorar y recordar a la gente lo que fue aquel primer Viernes Santo de la historia. La figura, la imagen, alcanza su máxima expresión a la hora de acercarse al tercer río que contempla los otros dos; los cofrades y los fieles o el público que, año tras año, se acercan para contemplar prácticamente lo mismo que años anteriores  e, intuyéndolo, lo  mismo o parecido que años posteriores. Aunque sabiendo y comprendiendo que viendo siempre lo mismo, cada vez que uno lo ve y lo vive, es diferente.

Gabriel Miró, devoto de la estética bíblica, publicó un interesante libro titulado “Figuras de la Pasión del Señor” allá por 1915, mientras trabajaba en la inacabada “Enciclopedia sagrada”. Teniendo la fuente escrita, como son los cuatro Evangelios canónicos, solo quedaba el pequeño salto de traspasar ese relato a imágenes que, abandonando el espacio sagrado del templo, alcanzasen su máxima expresividad en la calle. Porque no hay que olvidar que una cosa es una imagen para un retablo y otra una imagen para ver en la calle. Y ahí es donde el autor levantino se fija en los personajes, pero también en los escenarios y los paisajes, dotándolos de un papel del que carecen en el relato bíblico.

Paso del Santo Sepulcro. Logroño
Viernes Santo

En el fondo, se trata de pasar de los “acontecimientos” que transmiten los evangelistas a los “hechos”, para ubicarlos en un tiempo y lugar concreto. La teatralización de la Pasión adquiere más importancia que la dada por los escritos evangélicos. Como bien indica Javier Burrieza, “los pasos son lecturas de la pasión”. (1) Pero que, a la vez, nos muestran la debilidad de Dios. Pero debilidad que “es amor, es voluntad de promover, es el bien, la libertad de los hombres. La Cruz nos muestra… la increíble confianza de Dios respecto a cada uno de nosotros… es la prueba de que Dios nos quiere libres, quiere darnos la posibilidad de expresar nuestra libertad en el servicio” (2)

¿Y cómo se logra? A través de las imágenes. La figuración del relato evangélico alcanza en el Barroco seguramente su época de máximo esplendor. Y, a partir, de ahí, continúa hasta nuestros días. Sería interesante y obligatorio, en este figurar la Pasión, hablar de la conocida “composición de lugar”, iniciada por Ignacio de Loyola y continuada por otros jesuitas como Francisco de Borja o  Jerónimo Nadal, sin olvidarnos de Brígida de Suecia, la misma Santa Teresa de Jesús, Fray Luis de Granada. Nos referimos al  ”intento de disciplinar la imaginación reduciéndola a sistema a fin de obtener de ella el máximo rendimiento  durante la meditación” (3)

Paso del Cristo de Escolapios en la Iglesia de Santiago, Logroño. 
25/10/2014. Procesión Extraordinario 50 años de la Cofradía

En nuestros días, podríamos hablar de esas imágenes que llevan a la persona que los contempla a un encuentro con parte del misterio de la divinidad (4) o, como dicen los imagineros sevillanos Lourdes Hernández o Darío Fernández, aquellas imágenes que producen “pellizco” en quien las ve, que no es más que la vulgarización del término unción. Darío cuenta que una persona le dijo “que las buenas imágenes son para adelante”. Lourdes comenta que “hay imágenes que proyectan hacia afuera y otras que lo hacen hacia adentro. Las que proyectan hacia adentro, te llaman hacia el recogimiento a algo más interior, más místico… y las que proyectan hacia afuera son como una descarga de energía, esas llegan a la gran masa” (5)

(1)Burrieza, Javier Figuras de la Pasión en Valladolid Xerión, Aranjuez, 2017, pág. 9.

(2)Martini, Carlo María Los relatos de la Pasión. Meditaciones Sal Terrae, Santander, 2018, pág. 41

(3)Mancho Duque, María Jesús Cultismos metodológicos en los Ejercicios ignacianos: la composición de lugar” Aiso, Madrid, 1990.

(4)Burrieza, Javier, Op. Cit, pág. 9

(5)Cabrera, Carlos La unción sagrada en Revista Nazarenos, nº 4, Sevilla 2021, págs. 33-38

domingo, 6 de marzo de 2022

¡TENEMOS OBISPO! ¿TENDREMOS LOS COFRADES OBISPO?

 

Don Santos Montoya ayer 
en Calahorra. 

Decía un cofrade ya mayor y con experiencia en el trato con la curia que la mejor respuesta para los asuntos eclesiales era esa de “Dios proveerá y los curas harán… lo que les dé la gana”. Ayer, día 5 de marzo a las 11,30 horas de la mañana, D. Santos Montoya, iniciaba su Ministerio Episcopal con la Eucaristía celebrada en la sede calagurritana y presidida por el Nuncio Apostólico en España. Esta mañana son los muros de la sede calceatense la que recibe a su pastor para acabar la jornada por la tarde-noche en la concatedral de Santa María de la Redonda de Logroño. Las ventajas de pertenecer a una pequeña Diócesis, pero, fíjate tú, con tres sedes.

Don Vicente Robredo, ex Administrador Apostólico en el Encuentro
del pasado 2021 en la Iglesia de Santiago, el Real de Logroño

Hace poco menos de un año comentaba un párroco de una localidad riojana de la necesidad de tener ya un Obispo; según él, todo era más fácil, más sencillo, mejor, ya que sin pastor, éramos una Diócesis sin destino, ni modos ni maneras ni nada de nada. A la pregunta de cómo llevaba el tema de la cofradía penitencial de la que era prior, no dijo nada. Simplemente, meneó la cabeza y siguió su camino. Nada nuevo en estas tierras. Por fin, ya tenemos pastor. Según contaban, decían, juraban y perjuraban todos los interesados, por fin, con nuevo Obispo, como si de un nuevo maná se tratara, todos los problemas, parecieran que fueran a tener solución.

D. Carlos Escribano, anterior Obispo
en el Pregón de la Semana Santa logroñesa del 2018

La pregunta que debieran hacerse los cofrades es la del título; ¿tendremos obispo los cofrades? Tras la salida de D. Carlos Escribano hacia la Archidiócesis de Zaragoza, algunos sacerdotes se quejaban de la poca ¿empatía? que, según ellos, había tenido hacia los sacerdotes diocesanos. Aproximadamente, la frase fue algo así como “solo se ha ocupado de los jóvenes  y de la pastoral familiar, dejándonos de lado”. Lo cual, sin saber si era verdad o no, no está mal. Podemos decir, sin temor a la equivocación, que la labor diocesana cofrade en estas tierras riojanas en los últimos años ha sido, siendo generosos, poca, por no decir ninguna hasta marzo de 2020. Después, menos todavía. ¿Qué pasará a partir de ahora? El mundo cofrade nunca ha sido muy querido en estas tierras por la Iglesia oficial; ha sido dejado de la mano de Dios por quien debiera acogerlo, cuidarlo, formarlo e incluso mimarlo a día de hoy, debido a la función que realizan; cada vez que se abren las puertas y sale un paso a la calle con sus cofrades, es un milagro del cielo que sucede “a pesar de…“ A día de hoy, nos encontramos como nos encontramos, pero, sin duda esperanzados en que, igual, si hay un milagro, alguien se interese por nosotros… y nos vea no como un lastre, un peso, un incordio, sino como una oportunidad y un colectivo vivo. Aun así, los años y la experiencia nos dicen que ilusiones, las justas; Por ejemplo, este 2022 el Obispo de Jaén, D. Sebastián Chico, en su primera Cuaresma en tierras jienenses, les decía a los cofrades “la piedad popular, de la que sois una manifestación importante, es un tesoro que tiene la Iglesia. Sois un encuentro con Jesucristo, donde muchos han vivido y viven con sencillez su vida de fe, su santidad. Por ello acudid siempre a Cristo, fuente inagotable. Reforzad vuestra fe, cuidando la formación espiritual, la oración personal y comunitaria, la liturgia. ¡Huid de la mediocridad!”

Pasos de la Cofradía de Jesús Nazareno de Logroño
en la soledad de una noche de Jueves Santo

D. Santos, ayer en Calahorra, entre otras cosas, dijo que “El afecto al Señor es el afecto a la Iglesia. Sin afecto a la Iglesia, no esperemos encontrar al que dio su vida por ella”; aunque también señaló que  “El Señor nos recuerda que no somos dueños de la gente, sino que hay que orientar a las personas al encuentro con él. Pastorear no es forzar, sino señalar al Salvador”; además, ha añadido que el báculo es muestra de que “la autoridad que se nos confía es para servir mejor a los demás. Especialmente a los más débiles y necesitados, a las víctimas”. ¿Qué pasará? Como se ha dicho al principio, Dios proveerá…

miércoles, 2 de marzo de 2022

MIÉRCOLES DE CENIZA, CAMINO HACIA LA PASCUA.

 

Paso de Jesús Nazareno. 
Viernes Santo 1972. Logroño

Comenzamos un nuevo tiempo de Cuaresma; hoy, el rito de la ceniza, con su carácter unificador y de recuerdo de la finitud de la vida, marca el inicio, casi podemos decir, de la ya próxima Semana Santa. Traigo un texto aparecido en la prensa logroñesa el 26 de marzo de 1972. El título lo dice todo. ¿Procesiones o…? Un buen texto para la reflexión dentro del mundo cofrade. Siempre, en la lucha larvada templo- calle, pareciera que pierde siempre la calle, la cofradía, el cofrade. Que se ve rechazado desde el templo, donde a la liturgia se le da toda la preponderancia; reducen el ser y sentir del cofrade en la calle a comparsa, cuando no a mero hecho que, los vencedores de este tema, la iglesia institucional, padece año tras año como un mal menor, cuando no se observan intentos de sepultarlo o, llevado a determinados extremos, hacerlo desaparecer.

En esos momento, me viene a la memoria las palabras que el antiguo arzobispo de Milán, Carlo María Martini, a la hora de analizar el Evangelio de Marcos; habla de un tema que parece estar un poco dejado de lado y algunos parecen no querer ni ver, recordar, ni siquiera enterarse de los que dijo aquel Apóstol del primer cofrade de la historia. El fracaso de Jesús. “Jesús no va de triunfo en triunfo, sino que más bien, tras la primera gran oleada de entusiasmo…, ese entusiasmo va disminuyendo”. “Jesús se esfuerza en hacer comprender su mensaje; la gente se sintió atraída al comienzo por los signos estrepitosos, pero después, cuando se trata de ir al grano, son muchos los que se echan atrás… Asistimos, pues, a partir del final del capítulo 3 de Marcos, a un declinar del prestigio personal de Jesús… Siente que su vida va encaminada a acabar en un fracaso, que es objeto de negación y rechazo”. (1)

El autor del artículo es Emilio Velasco, sj. Persona curiosa a la que tuve el placer de conocer en mi época adolescente. Profesor del Centro Sagrado Corazón de Logroño, “los jesuitas”, impartía la asignatura de Comercio en el extinto B.U.P. Los alumnos, con esa gracia que siempre ha caracterizado a ese gremio, lo apodamos como “el Funky”. ¿Razones? Nadie lo sabía, pero era “el Funky”. Los años ponen las cosas en su sitio y, cuando estudiaba quinto de carrera en Zaragoza y Julián Casanova nos hablaba de los principales teóricos del anarquismo decimonónico europeo, descubrí que ya los conocía, prácticamente a todos y que aquellos apuntes de 2º de B.U.P., valían en el último año de carrera. Un adelantado a su tiempo, nuestro “Funky”. No conviene olvidar que se definía allá a finales de los setenta del pasado siglo XX como “marxista, con capital en Roma”. Casi ná, que dicen los castizos.

¿PROCESIONES O…?

Iba a poner floklore. No me he atrevido. Pero, quizás sea una realidad. Corremos un peligro. El de espectacularizar a Cristo, como aquella primera procesión del primer Viernes Santo de Jerusalén. Imágenes, música, tipismo tradicional. Mirones en las aceras y balcones... Y, no olvidaremos lo verdaderamente auténtico? El espíritu.

Corremos el peligro enorme de quedarnos en la corteza, en la superficie y olvidar el meollo, la profundidad. ¿Tiramos la nuez y nos quedamos con la cáscara?

Ahora, cuando comenzamos la Semana Mayor, la Semana Santa. Una reflexión. Conmemoramos los misterios grandes del Señor. Pasión y Resurrección. En el ambiente hay más recogimiento, más seriedad, más oración. Pero esa maravillosa realidad ¿llega a calar? ¿Nos encontramos más cerca de Cristo, del Misterio  Pascual? ¿Profundizamos?.

Todo esto requiere sosiego, paz, calma,… Pero ¿cómo hemos enfocado esa vivencia? ¿Turismo? ¿Vacaciones? ¿Cultura? … O ¿recogimiento, meditación?

¿Los interrogantes ahí quedan? ¿Las soluciones son personales? ¿Pueden solucionarse en unidad? Al menos, como mal menor, deberían ser unitarios con predominio de lo espiritual y de lo religioso.

Por eso quiero plantear el problema de nuestras procesiones. Soslayamos ese hecho brutal de que la Semana Santa se haya convertido para muchos en unas fiesta profanas más.

Procesiones, sí, pero como tienen que ser. Una manifestación externa de la piedad de un pueblo. Sin visos de folklore ni de propaganda turística. Los carteles propagandísticos de tantas y tantas procesiones deberían desaparecer. 

Corremos el peligro de hacer de nuestras Semanas Santas, semanas de veraneo primaveral, semanas de viajes de estudio- perdón, de recreo-, semanas de viajes comercializados y de entradas de divisas a costa de Cristo y de la religión. Todo esto me recuerda que aquella primera mañana de Viernes Santo, en Jerusalén, se hicieron amigos Pilatos y Herodes. ¿Recordáis? Claro, a costa de Cristo.

Hemos de procurar que el valor religioso no pase a segundo plano. Semana Santa con sus procesiones, con sus pasos, con su ambientación… debe ser Cristocéntrica y no una evasión de placer, aunque sea artístico, descanso y recreo.

Nuestras procesiones tienen que cobrar un estilo auténtico. Estilo de piedad. Nada de simples espectáculos, de ñoñeces, de tradicionalismos hueros, de lucir, de aparentar. No se trata de vestirse con uniformes más o menos vistosos, de luces de antorchas más o menos luminosos.

El problema es de hondura. Hay que revestirse de auténtica emoción religiosa, de reciedumbe, de naturalidad, de misterio pascual. Y, más que aparentar, realizar y ser.

No están reñidas ambas cosas. Ponemos el acento en el peligro. Así podemos evitarle. Ganaríamos mucho.

Nuestros Cristos crucificados o yacentes, nuestras Dolorosas, nuestras escenas de aquellos momentos trágicos y sublimes de la primera Semana Santa deben hacernos revivir la religiosidad de nuestra redención. De lo contrario, apenas tienen razón de ser. Nos quedaremos en lo estético, cultural, folklórico… No llegaremos a lo modular: Cristo será un hazmerreir más, una evasión, una diversión, un espectáculo. Como lo fue entonces.

Nuestras procesiones deben desaparecer si se convierten en un espectáculo más. Deben subsistir y realzarse si nos hacen participar en el misterio redentor de Cristo, si nos ayudan a reconstruir los sucesos desarrollados en los últimos momentos de la vida del Señor Jesús.

Menos turismo. Más información religiosa. Más profundización. Menos velocidad de gasolina.

No lo olvidemos. Nuestras procesiones de Semana Santa están dominadas por la Cruz. No pueden convertirse en viajes de placer, de mirar continuamente hacia afuera. Son para profundizar en la vivencia del misterio más cristiano, el Pascual.

La Cruz debe ser saludada con respeto en nuestras calles y plazas, desde la calzada, las aceras o los balcones. Eso exige nuestra fe.

La primera procesión fue un VIA CRUCIS. ¿Las de hoy? Ciertamente corren peligro de ser un vía crucis de pasatiempo, de charla… por no decir frases más duras: de ignominia y de risa.

No. Nuestras procesiones deben volver a ser lo que fueron. Nuestros pasos son la expresión de la religiosidad de un pueblo. Eso deben ser nuestras procesiones. Debemos vivirlas con hondura religiosa, contemplarlas con evocación piadosa, participar en ellas con autenticidad.

¿Procesiones? ¿Folklore? ¿Turismo? ¿Comercialización? ¿Divisas? … Procesiones, expresión de la devoción y piedad profunda de un pueblo que cree, ora y se arrodilla.

Paso de la Soledad. 
Viernes Santo 1972, Logroño

(1)Carlo María Martini, sj El itinerario espiritual de los Doce. Ejercicios ignacianos a la luz del Evangelio de Marcos!”. Editorial Mensajero, Bilbao, 2021, pág. 66-67