Y EL MADRID, ¿QUÉ? ¿OTRA VEZ CAMPEÓN
DE EUROPA?
Pasados los fastos navideños y ya otra vez en el tiempo
ordinario, comenzamos a pensar en la Cuaresma y Semana Santa que nos espera
este año 2025. Observando y leyendo entre líneas, podemos decir que nos
encontramos en un tiempo de espera. No como el Adviento, tiempo de espera para
la Encarnación de Dios en el niño Jesús, Dios niño, Dios humilde, Dios humano.
Las cuatro velas que se enciendan semanalmente en las eucaristías de cada
domingo, llaman a una espera alegre; no es para menos, Dios decidió encarnarse
en un simple niño.
En breve tiempo, llegaremos al tiempo litúrgico cuaresmal.
Las cosas cambian; es preciso acercarse a Dios, igual que en Adviento, pero cambiando
los modos. Quizá más acorde con el sentir general de la Iglesia. Oiremos lo
consabido de “oración, ayuno y limosna” como el modo de
conseguirlo. Tiempo de arrepentimiento y
renovación dicen. Tiempo de volver los ojos a Dios y, como siempre, incidiendo
más, pero mucho más, en lo malo que en lo bueno. La dicotomía humana llevada casi
al paroxismo por nuestros gestores eclesiales.
Por cierto, y como aviso, solo como aviso, ya hay una gran
cantidad de carteles anunciadores de la Semana Santa de este año publicados,
algunos desde octubre del pasado año.
Del resto, nada. Mejor no moverse mucho que, como dicen los políticos, el que se mueve, no sale en la foto. O, como decía aquel anuncio de un vehículo todoterreno allá por mediados de la década de los noventa del siglo pasado, concretamente del año 1994. “Y el Madrid, ¿qué? ¿otra vez campeón de Europa?"