jueves, 1 de diciembre de 2022

LA PÉRDIDA DE IDENTIDAD DE LA SEMANA SANTA

 



Paso de la Crucifixión. Años 40 siglo XX. Logroño 

Hace poco, en una entrada, comenté que una de las pocas cosas positivas que habían acaecido en el mundo pasional, a nivel español, era la aparición en Sevilla de la revista Nazarenos. Y, se puede decir que, número a número, va demostrando tal afirmación. Y no por ser un intento de sevillanizar al resto del mundo, cosa tan de moda y que arrasa en prácticamente toda España, y que,  a la vez, causa perplejidad en el pasional mundo sevillano.


Paso de La Flagelación. Finales años 70 siglo XX. Logroño

En su número cinco (1) y, a cuenta de la casi olvidada ya pandemia, se habla de “recuperar lo inefable de nuestra Semana Santa” (pág. 8). La frase, leyendo los siguientes artículos va más allá. Se puede decir que calca el título de esta pequeña aproximación. Y alcanza casi podemos decir que el éxtasis en la entrevista que le hacen al para mi desconocido, D. Joaquín López, “bordador, diseñador, vestidor y sobre todo artista, cofrade y sevillano” (pág. 61). Respecto a este mundo, indica “ten en cuenta que Sevilla se ha catetizado, y se está perdiendo la elegancia, las proporciones y las formas sevillanas” (pág. 65) Refiriéndose al diseño del bordado dice “hace años, el referente era Sevilla, los pueblos y otras capitales se miraban aquí. Ahora eso ha cambiado y Sevilla está perdiendo su idiosincrasia al introducir cosas de Córdoba, Málaga, etc.” (pág. 67) Y finaliza refiriéndose a la Semana Santa donde no le duelen prendas a la hora de decir que “la Semana Santa ha cambiado mucho, antes era para los sevillanos, para los que la sentían, para los cofrades. Hoy se va a ver las cofradías porque es un espectáculo y la gente no va a ver la Semana Santa, van a ver un espectáculo, van a ver a la banda de música, ¡van a ver como se baila un paso!, porque hoy en día no se mecen, se bailan. Todo es para el turismo y los forasteros, y mientras tanto los sevillanos nos quedamos con la miel en los labios esperando a no ver nada” (pág. 68)

La pregunta, tras leer la interesantísima entrevista y el resto del número de la revista, que uno se hace es: y en Logroño, ¿qué? Con la distancia tan enorme que hay entre las dos ciudades, se observa que la situación no es que sea parecida; es idéntica. La pérdida de la identidad de la Semana Santa logroñesa se puede intuir desde fuera y, sobre todo, se palapa desde dentro. La Semana Santa logroñesa ha caído en lo mismo. Y no es que se trate que los cofrades deban saber absolutamente todo sobre el desarrollo pasional de Logroño desde 1940, pero una pequeña aproximación sí. Nuestros orígenes y nuestras escasas, pero existentes, tradiciones. No conviene olvidar el papel del valle del Ebro, la proximidad de Castilla y el desarrollo de la ciudad en el siglo XX marcan lo que se hace hoy en día. Añadir que la formación ni existe, ni estuvo, aunque, parece ser, va a estar presente en un futuro no muy lejano, por lo menos para las Juntas de Gobierno; aun así, del tema Diocesano ni hablamos y más en estos tiempos donde uno de los principales problemas que más preocupa en determinados despachos de nuestra Curia es la irrelevancia social en que está cayendo la Iglesia. Por poner un ejemplo, en la revista diocesana Pueblo de Dios (2), al presentar la parroquia de San Antonio de Padua logroñesa, ni se menciona a la cofradía penitencial que tiene su sede canónica en el citado templo.


Tambores cofradía Jesús Nazareno, Logroño. Domingo de Ramos 1979. 

 Y, ante la situación actual, surgen algunas preguntas. ¿Hacia dónde ha evolucionado la celebración pasional logroñesa? ¿Es una Semana Santa de los cofrades para la gente de Logroño? ¿Es una Semana Santa solo para los cofrades? ¿Es una Semana Santa prolongación de las celebraciones cultuales propias de ese tiempo? ¿Es una Semana Santa solo para determinados cofrades? ¿Se tienen objetivos hacia los que caminar o estamos en un sálvese quien pueda? ¿Se esconde detrás del alicaído mundo pasional logroñés intereses individuales, casi cuasi sectarios? Quizá nos tengamos que fijar más en los verdaderos cofrades sevillanos, en lo que dicen, en lo que expresan, en lo que sienten, en lo que viven, más que en su culto público, como último fin a conseguir.

(1)Nazarenos, nº 5, Sevilla, 02/2022

(2)Pueblo de Dios, 5ª época, nº 77, Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, Logroño 2022

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