DÍA DE LA
IGLESIA DIOCESANA O
A LOS
COFRADES NO NOS QUIEREN EN NUESTRA IGLESIA DIOCESANA.
El pasado día once de noviembre, celebramos en nuestra
Diócesis, valga la redundancia, el Día de la Iglesia Diocesana. Nuestra
Diócesis se sumó a la campaña X Tantos, Todos tenemos una vocación. Busca en tu
interior el plan que Dios tiene para ti. Sigue diciendo nuestra web
diocesana “...todos queremos encontrar la felicidad en nuestra vida, pero a
veces buscamos en el lugar equivocado. Hemos sido creados por Dios con un
propósito. Descubrir y responder esa llamada resulta transformador e invita a
vivir con autenticidad, compromiso y plenitud”. Lo cual, dicho sea de paso,
no está mal como planteamiento inicial. En la revista quincenal diocesana, Pueblo
de Dios, nuestra máxima autoridad diocesana, don Santos Montoya, tomando
como base el recién finalizado Sínodo de los Obispos en Roma, siguiendo la idea
que partió del Papa Francisco, nos dice que ”se trata de caminar
juntos, de experiencia comunitaria, de
tomar conciencia de sabernos todos los bautizados miembros activos en la
construcción de la Iglesia y de la transmisión de su mensaje de salvación; de
salir de nosotros mismos y de trabajar conjuntamente con los demás en la
participación de la vida eclesial, de disponibilidad, de apertura al otro,
escucha, diálogo, discernimiento,
búsqueda de la comunión…” Continúa diciendo que muchas de las
indicaciones ya se han hecho presentes en nuestra Diócesis como “la creación
de los consejos parroquiales y diocesanos; en la formación en sus distintos
niveles… en la piedad popular” (1).
Resumiendo, que, seguramente, llevará razón en casi todo lo
que dice. Pero también, estoy convencido que el 99,99 % de los cofrades
riojanos, no se ve representado y casi podríamos decir, que no se siente parte
de la Iglesia Diocesana. La realidad es que somos olvidados, obviados,
alejados, por no decir humillados, apartados, y hasta expulsados de la vida
diocesana, excepto cuando llega Cuaresma y Semana Santa, con los reparos de
rigor o cuando nuestra Diócesis necesita hacerse presente en la calle, como
sucedió en la inconclusa Misión Diocesana organizada y comenzada por nuestro
anterior Obispo, don Carlos Escribano. Nuestro Secretariado, desaparecido en
combate, dirige con mano de hierro el devenir cofrade diocesano, a su sí no hay
no y a su no, no hay sí. No hay diálogo, cerrado en banda, siendo, como ya se
ha comentado alguna vez, unipersonal en su funcionamiento, cuando, con los
estatutos en la mano, el Consejo Diocesano de Hermandades y Cofradías debiera
estar formado por un número no inferior a cinco ni superior a nueve miembros.
(2) Curioso que cada vez que se reclama o solicita la programación anual del
mismo, la respuesta es la misma, remitiendo a las personas al mismo
Secretariado cuando los demás, deben presentar sus respectivas programaciones
dos o tres meses antes de la finalización del año pastoral anterior.
Esperemos que alguna vez, la situación cambie y desde las
instancias diocesanas vean a las hermandades y cofradías de la Diócesis y sigan
al Papa Francisco, que ha afirmado “que la piedad popular es un lugar teológico
y que hemos de dejarnos evangelizar por los pobres y su sabiduría” (3)
*(1)Pueblo de Dios, 5ª época, nº 1290, pág. 3
*(2)Estatutos del Secretariado Diocesano de Hermandades y
Cofradías de la Diócesis de Calahorra, La Calzada y Logroño, art. 11.
*(3)Codina, Víctor, SJ. La religión del pueblo. De
cuestionada a interpelante. Sal Terrae, Santander, 2019. Colección el Pozo
de Siquén, nº 408, pág. 135