Sobre estas líneas un pantallazo de un escrito que una
cofradía logroñesa colocó en su página oficial de Facebook y retiró a la misma
velocidad con que lo publicó. La cofradía que lo hizo, es lo de menos; lo
importante son las conclusiones que podemos extraer del escrito.
Vamos a obviar la gran cantidad de faltas de ortografía que
aparecen en el escrito; lo mismo con la carencia de signos de puntuación, lo
que obliga a un mayor esfuerzo por parte del lector. No extraña la puntuación
de los escolares españoles en las pruebas PISA, por ejemplo, o la ausencia de
universidades españoles entre las mejores del mundo.
Recientemente en el IV Encuentro Nacional de Jóvenes Cofrades
Palencia 2016 se tuvo la suerte de escuchar a Daniel López Díaz que, con
treinta años recién cumplidos, es el Hermano Mayor de la Hermandad Humildad y
Paciencia de Alicante, así como miembro de la Junta Mayor de Hermandades y
Cofradías alicantina. En su testimonio “La Vara Dorada”, hizo un alegato sobre
la importancia de los jóvenes en las Juntas de Gobierno y como, los
miembros de las Juntas y el Hermano Mayor, están para servir a la cofradía, no
para apropiarse de la vara dorada de mando. También Agustín López habla
del despotismo
de la vara dorada y como, los hermanos mayores, “llegan al puesto sin
ser nada, cuando se vayan volverán a ser nada, pero en ese período es goloso el
creerse auténtico todopoderoso”[1]
Contrariamente a lo que pasa en otras latitudes donde las varas doradas son apetecibles y cada vez
más hermanos se presentan a esos puestos [2],
en nuestra ciudad sucede lo contrario. Raro es el caso con más de un candidato
para ese puesto o simplemente uno, como se ha visto recientemente en la
cofradía del Cristo de las Ánimas, donde en la primera convocatoria no se
presentó nadie.
Del escrito se pueden sacar conclusiones, evidentemente,
todas negativas, para el desarrollo de la vida cofrade, en este caso de una
cofradía en concreto, pero que, en unos momentos u otros, ha pasado en todas
las agrupaciones pasionales de Logroño. Sin temor a equivocarme puedo asegurar
que un cofrade nunca traiciona a su cofradía; un cofrade nunca “tira para
atrás”; un cofrade nunca pone zancadillas a su Junta de Gobierno; un cofrade
nunca incordia; una cofradía no se resiente por que unos cofrades no estén de
acuerdo con los rectores de su agrupación.
Un cofrade puede opinar diferente que el Hermano Mayor; y no
pasa nada; un cofrade puede creer que su Junta de Gobierno actúa erróneamente,
y no pasa nada; un cofrade puede pensar que su cofradía debiera gestionar la
economía de otro modo; y no pasa nada; otro cofrade puede creer que la banda de
acompañamiento musical propia debiera funcionar de otro modo; y no pasa nada;
un cofrade puede creer que las salidas procesionales debieran organizarse
diferente a como se hace habitualmente; y no pasa nada; un cofrade puede creer
que la caridad debiera ser parte importante de la vida cofrade; y no pasa nada.
Una de las funciones de las Juntas de Gobierno de cualquier
asociación pasional, incluidas las Juntas de Cofradías, la de Logroño también, e
incluso me atrevería a decir que también del Secretariado de Diocesano de Hermandades
y Cofradías, será la de ser capaz de crear espacios de libertad donde los cofrades
puedan intercambiar opiniones sobre cualquier tema que afecte a la vida de la
cofradía o a su vida como miembro activo de nuestra Iglesia diocesana. Es
decir, potenciar la libertad de expresión entre los cofrades y ser receptivos
a las inquietudes de sus cofrades. Además, deben ser capaces de
gestionar los diferentes modos de pensar y vivir el hecho cofrade y, a ser
posible, aunarlos para poder remar todos en la misma dirección. La reacción que
nos muestra el escrito es aquella que tan bien se explicaba en la película
francesa “Los niños del coro”, el
principio de acción- reacción: cómo no me gusta lo que dicen de mi actuación,
cierro la página y así acabo con las voces discordantes. Como si a día de hoy, actuaciones
así fueran suficientes para acabar con la discrepancia. Es más, puede traer
como consecuencia lo contrario, el enconamiento de las posturas enfrentadas; es
fácil abrir una página en cualquier red social; y si se añade en el título la
coletilla “no oficial”, permite lo dicho anteriormente: aumentar la tensión en
la vida cofrade. [3]
Crear espacios de libertad y diálogo no quiere decir que las
Juntas de Gobierno deban hacer todo lo que digan los cofrades; deberán ser
analizadas las propuestas que reciban; estudiarlas, ver los pros, los contras y
luego tomar una decisión. Decisión razonada que deberá compartirse con todos
los componentes de la cofradía. No hay que olvidar un aspecto que parecen
desconocer muchos cofrades: las cofradías las gobiernan las Juntas,
elegidas democráticamente en asambleas; la Junta es responsable ante la
asamblea que le ha elegido y es allí donde deberá dar cuenta de sus
actividades. Y gobernar significa decir que si unas veces y otras, que
no. Y, como se ha dicho anteriormente, no pasa nada.
[1]
En “Despotismo de Vara Dorada”, https://denazaretasevilla.com/2016/12/11/despotismo-de-vara-dorada/
[2] http://sevilla.abc.es/20120502/sevilla/sevp-ambicion-vara-dorada-20120502.html
[3]
Como ejemplo, la página de Facebook “Cofradía de Jesús Nazareno y Nuestra
Señora de los Dolores, página oficial” no es gestionada por la actual Junta de
Gobierno de la Cofradía.
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