El pasado viernes día 27 de enero la Junta de Gobierno de la Hermandad
de Cofradías de la Pasión de la Ciudad de Logroño convocó Asamblea General
Ordinaria en la Curia Diocesana; como marcan los estatutos, acudieron tres
representantes de cada cofradía con derecho a voz y voto y todos los hermanos
que quisieran, pero sin derecho ni a voz
ni a voto.
La verdad es que la Asamblea y los temas tratados dan pie para
el comentario reposado y reflexionado con tiempo: ¿qué somos las cofradías para
ser necesario inscribirse en el Registro de Asociaciones del Gobierno de La
Rioja? ¿Qué razones hay para que padeciéramos una tediosa charla acerca de las
obligaciones de las cofradías con la Agencia Estatal de Administración Tributaria,
si se puede hacer todo de un modo mucho más sencillo? ¿Somos cofradías o nos
dedicamos a la venta de productos? ¿Cómo es posible que las cofradías no tengan
derecho a poseer por escrito el balance económico de la Junta de Cofradías a la
que es obligatorio pertenecer? Por no hablar de lo que se dijo del patrimonio:
¿es de las cofradías o de la Junta? ¿Pueden disponer de él las cofradías
libremente? Temas a tratar más adelante.
No acertamos a entender, ni yo, ni muchos de los asistentes,
las razones del largo e infructuoso debate entre los representantes de dos
cofradías acerca de si la exaltación musical de Logroño la organiza la cofradía
A o la cofradía B. Todo a cuenta de que las normas emitidas por el Secretariado
Diocesano de Hermandades y Cofradías estipulan que solo puede realizarse una fiesta
del tambor al año por población. Lo cual, dicho sea de paso, es poco menos que curioso.
Ribafrecha, población que apenas supera los mil habitantes y tiene una cofradía,
puede organizar su exaltación y Logroño, con más de quince mil veces la
población del pueblo de la ribera del Leza, y con once cofradías penitenciales también
solo una. Qué alguien con dos dedos de frente lo explique, pues parece harto
inexplicable. La solución era tan fácil y tan sencilla como remitir a las dos
cofradías al Secretariado y que se pongan de acuerdo o que este organismo
decida. De todos modos, como dijo privadamente posteriormente a la Asamblea un
cofrade asistente, hay modos y medios para realizar las exaltaciones que se
quiera sin contar con el Secretariado.
Por cierto, alguna cofradía o sus representantes, debieran
darse una vuelta por las palabras de Francisco y la idea de caridad, salir a
las periferias, iglesia de puertas abiertas. Todo, exactamente igual de aquello que “como tengo un papel que lo
dice, lo hago Yo”. Particularmente pienso que debiera haberles faltado tiempo
para ceder, por un año, la tamborrada logroñesa a la otra cofradía. Por
caridad, por hermandad y por compañerismo.
El principal tema a tratar es el de la programación cuaresmal
de nuestra Junta de Cofradías y, por supuesto, el tema del cartel semanasantero
logroñés. Cuando, prácticamente todas
las ciudades y pueblos españoles han presentado sus carteles, Logroño, nada.
Por no saber, no sabemos ni el motivo, ni nada de nada. Hemos pasado en un año,
de presentarlo en FITUR a un total Silencio Absoluto, y no, no nos estamos
refiriendo al grupo musical fuchu. Nadie dijo nada, nadie preguntó, vamos que
al cartel ni estaba ni se le esperaba.
Parece que nuestra Junta sigue con la idea de presentarlo después del Miércoles
de Ceniza. La pregunta es: ¿qué se consigue con eso? La respuesta: nada.
Convertir al cartel en objeto de coleccionista en Logroño, ya que fuera de
nuestra ciudad, parece ser, no interesa enviarlo ni que se le vea. Animamos
desde estas líneas a que nuestra Junta comience a trabajar como en otras
ciudades, donde antes de Navidad se tiene cartel, programa de actividades y
celebraciones cerrado y, lo más importante, enviado a todos los cofrades.
Referente a la programación cuaresmal, el pasmo fue exactamente igual que el
cartel. Sabemos que los Vía Crucis (otro tema que merece larga reflexión y
modificaciones sustanciales) serán todos los viernes de Cuaresma y que
cofradías están encargados de ellos, con excepción del de la Juventud. Sabemos
que el día 9 de marzo habrá una conferencia, pero sin conferenciante ni tema;
“estamos hablando con dos o tres personas; cuando esté cerrado, os avisamos”,
fue la explicación. Se dijo que el veintitrés de marzo se inaugurará una
exposición, pero, como en el caso anterior, ni donde, ni de que iba a ir dicha
exposición. Los famosos “Sones de Pasión” serán el 30 de marzo y el seis de
abril el pregón de la Semana Santa, a día de hoy, sin pregonero.
Y la pregunta es: ¿Y para esto vamos? ¿Solo para aprobar las
cuentas? Parece que nuestra Junta de la Hermandad de Cofradías de la Pasión de
la Ciudad de Logroño debiera sentarse a reflexionar sobre sus maneras de
funcionar. No es de recibo que a poco menos de un mes del comienzo de la
Cuaresma, sus cofradías no sepan nada de las actividades y celebraciones
cuaresmales. Que no tengan la revista, que no se haya enviado ya a las
principales ciudades españolas, que el cartel esté sin presentar y no se sepa
tampoco nada de él.
Nos gustaría poder escribir con mayúsculas la declaración de
interés turístico nacional; pues es que no; debe hacerse, todavía, con
minúsculas, pues, parece que, aparte de para la foto con las autoridades del
pasado año y la medallitis, no vale ni sirve a las cofradías para absolutamente
nada. Ah, sí que vale para algo: para ponerlo en él, a día de hoy, inexistente
cartel.
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