En
el día del Corpus siempre, el sagrado sacramento ha salido a la calle en,
prácticamente, todas las localidades riojanas. Desde que se introdujo la fiesta
a principios del siglo XIV, hay documentación que la menciona en el año 1376.
Como sucedía siempre, la fiesta en la calle discurría en dos aspectos, uno litúrgico,
organizado por la Iglesia y otro lúdico organizado, en este caso por el
Ayuntamiento de la ciudad. Decir, como dato curioso la presencia de los
gigantes y cabezudos abriendo la procesión de la capital riojana. También está
documentada la presencia de la Tarasca,
como elemento representativo del mal.
A
la vez, decir que existieron, casi hasta ocho cofradías dedicadas a honrar al
Santísimo Sacramento en la capital riojana. Documentadas están la Cofradía del
Santísimo Sacramento de La Redonda; dos más bajo el mismo título existían en la
iglesia de Palacio; también la de
Santiago o de la Minerva; como dato curioso celebraba la procesión de Minerva
los tercer domingo de mes. Se sabe de la existencia de otra cofradía del
Corpore Christi en la parroquia de San Pedro de los Lirios, unida en 1608 a la
Redonda. Lo mismo pasaba en las parroquias de San Blas y San Salvador. Lo mismo
pasaba en los conventos de San Francisco y de la Merced, con dos sacramentales
de las que apenas se tiene noticias. Finalmente, a finales del siglo XVIII se
erigió una cofradía sacramental para acompañar al viático.
Durante
unos cuantos años de este siglo XXI, buena parte de las asociaciones
pasionales, así como otros grupos, todos ellos conjuntamente, se sumaron a la
realización de alfombras en la calle Portales de la capital logroñesa. El
serrín teñido tomaba cuerpo en artísticas composiciones para honrar al
Santísimo Sacramento. Las jornadas del teñido en los bajos del Seminario
Diocesano se convertían en días de encuentro y convivencia entre los encargados
de hacerlo. Y, como siempre suele pasar en el ámbito de la religiosidad
popular, fue el intento por parte del clero de “organizar” tanto la salida
procesional como la gestión de las alfombras que llevó a su desaparición.
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