domingo, 6 de marzo de 2022

¡TENEMOS OBISPO! ¿TENDREMOS LOS COFRADES OBISPO?

 

Don Santos Montoya ayer 
en Calahorra. 

Decía un cofrade ya mayor y con experiencia en el trato con la curia que la mejor respuesta para los asuntos eclesiales era esa de “Dios proveerá y los curas harán… lo que les dé la gana”. Ayer, día 5 de marzo a las 11,30 horas de la mañana, D. Santos Montoya, iniciaba su Ministerio Episcopal con la Eucaristía celebrada en la sede calagurritana y presidida por el Nuncio Apostólico en España. Esta mañana son los muros de la sede calceatense la que recibe a su pastor para acabar la jornada por la tarde-noche en la concatedral de Santa María de la Redonda de Logroño. Las ventajas de pertenecer a una pequeña Diócesis, pero, fíjate tú, con tres sedes.

Don Vicente Robredo, ex Administrador Apostólico en el Encuentro
del pasado 2021 en la Iglesia de Santiago, el Real de Logroño

Hace poco menos de un año comentaba un párroco de una localidad riojana de la necesidad de tener ya un Obispo; según él, todo era más fácil, más sencillo, mejor, ya que sin pastor, éramos una Diócesis sin destino, ni modos ni maneras ni nada de nada. A la pregunta de cómo llevaba el tema de la cofradía penitencial de la que era prior, no dijo nada. Simplemente, meneó la cabeza y siguió su camino. Nada nuevo en estas tierras. Por fin, ya tenemos pastor. Según contaban, decían, juraban y perjuraban todos los interesados, por fin, con nuevo Obispo, como si de un nuevo maná se tratara, todos los problemas, parecieran que fueran a tener solución.

D. Carlos Escribano, anterior Obispo
en el Pregón de la Semana Santa logroñesa del 2018

La pregunta que debieran hacerse los cofrades es la del título; ¿tendremos obispo los cofrades? Tras la salida de D. Carlos Escribano hacia la Archidiócesis de Zaragoza, algunos sacerdotes se quejaban de la poca ¿empatía? que, según ellos, había tenido hacia los sacerdotes diocesanos. Aproximadamente, la frase fue algo así como “solo se ha ocupado de los jóvenes  y de la pastoral familiar, dejándonos de lado”. Lo cual, sin saber si era verdad o no, no está mal. Podemos decir, sin temor a la equivocación, que la labor diocesana cofrade en estas tierras riojanas en los últimos años ha sido, siendo generosos, poca, por no decir ninguna hasta marzo de 2020. Después, menos todavía. ¿Qué pasará a partir de ahora? El mundo cofrade nunca ha sido muy querido en estas tierras por la Iglesia oficial; ha sido dejado de la mano de Dios por quien debiera acogerlo, cuidarlo, formarlo e incluso mimarlo a día de hoy, debido a la función que realizan; cada vez que se abren las puertas y sale un paso a la calle con sus cofrades, es un milagro del cielo que sucede “a pesar de…“ A día de hoy, nos encontramos como nos encontramos, pero, sin duda esperanzados en que, igual, si hay un milagro, alguien se interese por nosotros… y nos vea no como un lastre, un peso, un incordio, sino como una oportunidad y un colectivo vivo. Aun así, los años y la experiencia nos dicen que ilusiones, las justas; Por ejemplo, este 2022 el Obispo de Jaén, D. Sebastián Chico, en su primera Cuaresma en tierras jienenses, les decía a los cofrades “la piedad popular, de la que sois una manifestación importante, es un tesoro que tiene la Iglesia. Sois un encuentro con Jesucristo, donde muchos han vivido y viven con sencillez su vida de fe, su santidad. Por ello acudid siempre a Cristo, fuente inagotable. Reforzad vuestra fe, cuidando la formación espiritual, la oración personal y comunitaria, la liturgia. ¡Huid de la mediocridad!”

Pasos de la Cofradía de Jesús Nazareno de Logroño
en la soledad de una noche de Jueves Santo

D. Santos, ayer en Calahorra, entre otras cosas, dijo que “El afecto al Señor es el afecto a la Iglesia. Sin afecto a la Iglesia, no esperemos encontrar al que dio su vida por ella”; aunque también señaló que  “El Señor nos recuerda que no somos dueños de la gente, sino que hay que orientar a las personas al encuentro con él. Pastorear no es forzar, sino señalar al Salvador”; además, ha añadido que el báculo es muestra de que “la autoridad que se nos confía es para servir mejor a los demás. Especialmente a los más débiles y necesitados, a las víctimas”. ¿Qué pasará? Como se ha dicho al principio, Dios proveerá…

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