sábado, 19 de marzo de 2022

LA IMAGINERÍA PROCESIONAL. APROXIMACIÓN.

 

Paso de Jesús Nazareno. Logroño.  
Viernes Santo.

Acercarse a la imaginería procesional, es estar dispuesto a abrirse a un mundo diferente y nuevo. Es acercar los cinco sentidos de cada uno a las múltiples y diferentes maneras de vivir y sentir los misterios que se celebran durante la Semana Santa. Se puede afirmar, sin temor al error, que la Semana Santa es la misma en todos y cada uno de los lugares del mundo. Solo se celebra la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Litúrgicamente es igual en todos los sitios; las celebraciones siguen el guión preestablecido desde la reforma litúrgica de Pío XII, allá a mediados de la década de los cincuenta del siglo pasado.

¿Qué es lo que diferencia y hace a cada Semana Santa única en el mundo? ¿Qué es lo que da la esencia propia a cada Semana Santa? Su celebración en la calle. Se ha dicho ya muchas veces que ninguna celebración es mejor o peor que otra. Ninguna está por encima de las demás. Son todas diferentes y es ese ser diferentes lo que hace a cada celebración inimitable e insustituible, a excepción de Sevilla, que sin quererlo, se ha convertido en la cuna del primer plagio cultual, sociológico, antropológico, cultural e incluso artístico, en otras, no todas, partes de España; y, como no podía ser de otra manera, Logroño también lleva su propia penitencia sevillanista. Como se dice, que pena que la Semana Santa se celebre en todos los sitios a la vez; ojalá se pudiera escalonar a lo largo del año para poder visitar todas y cada una de ellas empapándonos de su esencia.

Paso de la Flagelación. Logroño
Viernes Santo. 

El papel más importante dentro de la Semana Santa en la calle, es el de las figuras; las imágenes que año tras año se asoman a la calle para rememorar y recordar a la gente lo que fue aquel primer Viernes Santo de la historia. La figura, la imagen, alcanza su máxima expresión a la hora de acercarse al tercer río que contempla los otros dos; los cofrades y los fieles o el público que, año tras año, se acercan para contemplar prácticamente lo mismo que años anteriores  e, intuyéndolo, lo  mismo o parecido que años posteriores. Aunque sabiendo y comprendiendo que viendo siempre lo mismo, cada vez que uno lo ve y lo vive, es diferente.

Gabriel Miró, devoto de la estética bíblica, publicó un interesante libro titulado “Figuras de la Pasión del Señor” allá por 1915, mientras trabajaba en la inacabada “Enciclopedia sagrada”. Teniendo la fuente escrita, como son los cuatro Evangelios canónicos, solo quedaba el pequeño salto de traspasar ese relato a imágenes que, abandonando el espacio sagrado del templo, alcanzasen su máxima expresividad en la calle. Porque no hay que olvidar que una cosa es una imagen para un retablo y otra una imagen para ver en la calle. Y ahí es donde el autor levantino se fija en los personajes, pero también en los escenarios y los paisajes, dotándolos de un papel del que carecen en el relato bíblico.

Paso del Santo Sepulcro. Logroño
Viernes Santo

En el fondo, se trata de pasar de los “acontecimientos” que transmiten los evangelistas a los “hechos”, para ubicarlos en un tiempo y lugar concreto. La teatralización de la Pasión adquiere más importancia que la dada por los escritos evangélicos. Como bien indica Javier Burrieza, “los pasos son lecturas de la pasión”. (1) Pero que, a la vez, nos muestran la debilidad de Dios. Pero debilidad que “es amor, es voluntad de promover, es el bien, la libertad de los hombres. La Cruz nos muestra… la increíble confianza de Dios respecto a cada uno de nosotros… es la prueba de que Dios nos quiere libres, quiere darnos la posibilidad de expresar nuestra libertad en el servicio” (2)

¿Y cómo se logra? A través de las imágenes. La figuración del relato evangélico alcanza en el Barroco seguramente su época de máximo esplendor. Y, a partir, de ahí, continúa hasta nuestros días. Sería interesante y obligatorio, en este figurar la Pasión, hablar de la conocida “composición de lugar”, iniciada por Ignacio de Loyola y continuada por otros jesuitas como Francisco de Borja o  Jerónimo Nadal, sin olvidarnos de Brígida de Suecia, la misma Santa Teresa de Jesús, Fray Luis de Granada. Nos referimos al  ”intento de disciplinar la imaginación reduciéndola a sistema a fin de obtener de ella el máximo rendimiento  durante la meditación” (3)

Paso del Cristo de Escolapios en la Iglesia de Santiago, Logroño. 
25/10/2014. Procesión Extraordinario 50 años de la Cofradía

En nuestros días, podríamos hablar de esas imágenes que llevan a la persona que los contempla a un encuentro con parte del misterio de la divinidad (4) o, como dicen los imagineros sevillanos Lourdes Hernández o Darío Fernández, aquellas imágenes que producen “pellizco” en quien las ve, que no es más que la vulgarización del término unción. Darío cuenta que una persona le dijo “que las buenas imágenes son para adelante”. Lourdes comenta que “hay imágenes que proyectan hacia afuera y otras que lo hacen hacia adentro. Las que proyectan hacia adentro, te llaman hacia el recogimiento a algo más interior, más místico… y las que proyectan hacia afuera son como una descarga de energía, esas llegan a la gran masa” (5)

(1)Burrieza, Javier Figuras de la Pasión en Valladolid Xerión, Aranjuez, 2017, pág. 9.

(2)Martini, Carlo María Los relatos de la Pasión. Meditaciones Sal Terrae, Santander, 2018, pág. 41

(3)Mancho Duque, María Jesús Cultismos metodológicos en los Ejercicios ignacianos: la composición de lugar” Aiso, Madrid, 1990.

(4)Burrieza, Javier, Op. Cit, pág. 9

(5)Cabrera, Carlos La unción sagrada en Revista Nazarenos, nº 4, Sevilla 2021, págs. 33-38

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