domingo, 20 de enero de 2019

2019: AÑO NAZARENO. Década de los 90. Hacia el cementerrio

 
 
 
 
 
A principios de los años 80 del pasado siglo, la Semana Santa de Logroño, saliendo del pozo oscuro que supuso la fuerte crisis de finales de os años setenta, empieza a adquirir un carácter más dinámico, con nuevas procesiones que se suman a las ya existentes. Casi todas ligadas a la cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, fundada en el año 1980. En 1983 aparece por primera vez la procesión del Cristo Resucitado. En 1984 el Lunes Santo, procesionará por primera vez la Oración en el Huerto, bajo la nueva cofradía. Paso que no tenía cofradía, los portadores que lo sacaban los Viernes Santo, se integraron en la cofradía de la Borriquilla. En 1985 y en Jueves Santo, saldrá la magnífica talla del Cristo de los Enfermos que se custodia en el templo carmelita de nuestra ciudad. Diez años duró esta procesión, echando el cierre el año 1995.
Los conflictos de la Entrada de Jesús en Jerusalén con la Hermandad de la Pasión y el Santo Entierro surgieron prácticamente desde el primer momento. Los puntos fueron varios: salir el Domingo de Ramos con el capuz, coincidencia de la procesión de la Oración con el Pregón de la Semana Santa, que entonces se celebraba los Lunes, o el hecho de procesionar al Cristo de los Enfermos el mismo día que la cofradía de las Siete Palabras y el Silencio. Aunque este hecho fue menor ya que la cofradía escolapia, en aquella época, no formaba parte de la Hermandad de la Pasión y el Santo Entierro.
La cofradía de Jesús Nazareno colaboró desde el principio con la nueva cofradía. Muestra es que será la única cofradía que acompañe a la Oración en su primera procesión. El  Cristo de los Enfermos se vio acompañado en su primera salida por el Nazareno antiguo; el Jueves Santo 4 de abril de 1985, a las cinco de la tarde, salía la cofradía de Santiago, para regresar pasadas las doce de la noche, tras realizar todo el recorrido procesional.
La foto muestra a la banda de tambores y  cornetas de la cofradía de Jesús Nazareno, enfilando el puente de piedra a principio de la década de los años 90 del siglo XX. Desde 1983 hasta 1992, años en los que la sede de la Entrada de Jesús en Jerusalén estuvo en el colegio de la Compañía de María, la procesión partía del centro, llegaba al cementerio donde se celebraba la Eucaristía y, tras ella, se regresaba también en procesión al punto de partida, el colegio de la Enseñanza de Logroño.

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