La procesión del Encuentro en Logroño se crea en el año
1942. Desde la aparición de la Hermandad de la Pasión y el Santo Entierro en
1940 una de las ideas de sus directivas fue, a la vez que se intentaba aumentar
el número de componentes, aumentar los actos en la calle y dotarlos de mayor
sentido devocional. Para ello los dos primeros años, el Jueves Santo por la
noche, se partía de Santiago, el Real, con el Nazareno, se pasaba por Palacio,
se recogían los pasos que allí estaban y
se dejaban depositados en la Redonda desde donde, el Viernes Santo por la
tarde, participarían en la procesión del Santo Entierro.
Desde 1942 se escenificó el encuentro de
Cristo con su madre en la calle de la Amargura en la noche del Jueves Santo.
Durante cuatro años, se realizó en la esquina de las calles Mayor y Sagasta. Al
acabar el fervorín, los pasos se en caminaban a Palacio para recoger los que
allí aguardaban, como se hizo años anteriores. Desde 1946 y hasta 1952 pasó a
realizarse en la actual Plaza de San Agustín, confluencia de Portales con la
calle la Merced.
En
1953 se modifica la ubicación para realizarlo en el cruce de Víctor Pradera con Bretón de los
Herreros, en el antiguo palacio de justicia. Decir que en 1956 se trasladó a
Miércoles Santo, debido al cambio litúrgico de la Semana Santa aprobado por Pío
XII. Dio la casualidad que ese año llovió y no se celebró el Encuentro.
La foto corresponde a una procesión del
Encuentro celebrada entre 1965 y a 1968. Casi con toda seguridad se podría
fechar en ese último año. La Dolorosa es portada a hombros; dicho paso
procesionaba con ruedas hasta 1964. Desde el año posterior era portada a
hombros. El Nazareno Viejo acabó su participación en esta procesión en 1968. Se
observa la guardia romana que acompañaba al paso nazareno, así como los adornos
de las andas del citado paso y la elegancia de los faldones de terciopelo
morado. Además llama la atención el adorno floral así como los faroles de
iluminación del paso nazareno. Completaban la cofradía nazarena en la calle los
faroles de los acompañantes y, además, los hermanos nazarenos ataviados con el
hábito de la Hermandad de la Pasión y el Santo Entierro. Destaca el palio del
paso de la Dolorosa formado por ocho varales, cuatro a cada lado, cuando lo
habitual es que fueran doce, número que en el libro de los libros, la Sagrada
Biblia, tiene un gran significado teológico.
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