El
13 de agosto de 1977, el paso del Nazareno Viejo sufrió el robo de la peluca y
la corona de espinas. El paso, por aquel entonces, se encontraba en una peana
de la actual capilla del Cristo Románico, recibiendo culto por parte, sobre
todo, de los antiguos cofrades y de muchos logroñeses que le tenían particular
devoción.
En
aquel entonces, era Guillermo de Diego, miembro de la cofradía y antiguo cabo
de varas del antiguo paso nazareno quien estaba al cuidado y vigilancia del
mismo. Decir también que, por aquellos años, el actual paso titular se bajaba
de las andas después de la Semana Santa y en la misma capilla de San Pablo
donde está ahora, se dejaba en una pequeña peana que colgaba de la pared.
Como
dato curioso de la entrevista destacar dos aspectos; por una parte, el abandono
que dicen padecía el templo, enclavado en la parte antigua de la ciudad, al
lado del río y que se había degradado mucho al salir casi toda la población a
las zonas de expansión de la ciudad hacia el sur; solo quedaron en su entorno
minorías y población marginal.
Por
otro, indica que el paso poseía una corona de espinas tallada en madera.
Apareció rota; como consecuencia, el paso abandonaría la iglesia, para acabar
en un almacén particular donde estuvo “desaparecido” hasta que pocos años
después, volvió a procesionar camino de la ermita del Humilladero. Entonces, se
le confeccionaron dos coronas de espino natural que son las que actualmente porta
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