En el año 1976 el cartel de la Semana Santa
logroñesa decide tener como motivo principal al paso titular de la cofradía de
Jesús Nazareno. La figura ocupa con sus pies el centro del cartel,
desplazándose la figura hacia la izquierda del que mira. Debido a la largura de
la cruz, queda cortada en la parte final y en uno de los brazos del patibulum.
Llama la atención el adorno floral; está compuesto de claveles rojos y trozos
de boj. Dejan los pies de la figura al aire, pudiendo contemplarse por parte de
los espectadores.
La
Imperial Iglesia de Santa María de Palacio y su imponente aguja, es el fondo
sobre el que se recorta la imagen de Jesús con la cruz a cuestas camino del
Calvario. Decir que, a diferencia de otros carteles, el fondo no es nocturno
sino diurno, lo que permite difuminarlo más y que la figura resalte en todo su esplendor.
El
año anterior, 1975, se usó el mismo modo de hacer el cartel, cambiando el paso,
en este caso la Piedad y el fondo; ese año se usaron las torres de la
concatedral de Santa María de la Redonda. El uso de la arquitectura como fondo
en la cartelería semanasantera logroñesa no se volverá a usar como elemento
importante hasta bien entrado el siglo XXI; anteriormente su aparición será en
función de la fotografía sin más añadido. La culminación se alcanzará en estos
últimos años, sobre todo los años 2016, 2017 y el discutido cartel de 2019
donde el paso, el Nazareno de espaldas al espectador, queda reducido a mero
elemento de adorno ante la imponente muestra de la puerta del actual parlamento
de La Rioja, antiguo convento mercedario de la ciudad.
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