Hoy día 21, a las 9,30 horas de la mañana se han cumplido los
75 años de la primera salida procesional del paso de la Entrada de Jesús en
Jerusalén. Será en 1973, hace cincuenta años, cuando la Entrada estrene las
famosas andas blancas que, desde aquel año, han acompañado la infancia y
juventud de muchos cofrades logroñeses. Además, aquel año, se restauraron las
figuras. Hoy, dejamos la crónica que el día 23/03/1948 publicó el entonces
diario “Nueva Rioja” sobre el evento, acompañado de algunas fotos de aquel día y de otros
años.
LA FESTIVIDAD DEL DOMINGO DE RAMOS EN LOGROÑO.
La sección infantil
de la Hermandad de la Pasión y el Santo Entierro
realiza su primera
salida en solemne procesión.
La expectación con que Logroño ansiaba ver renovados los
cultos de Semana Santa no ha sido defraudada. La severidad de las procesiones
de Viernes Santo ha sido acentuada con la presencia austera de los cofrades de
la Hermandad y el Santo Entierro. La procesión del Encuentro ha sacado a la
calle una de las páginas más conmovedoras de las últimas horas del Señor.
Ayer tocó a la sección infantil de la Hermandad de la Pasión
y Santo Entierro hacer su primera pública aparición en las calles de nuestra
ciudad, recordando la entrada triunfante de Jesús en Jerusalén, aclamado por la
multitud que, entusiasmada, extendía sus ropas sobre el suelo para que pasara
el Salvador, entre cantos jubilosos y el grito de ¡Hosanna, Hijo de David!
Multitud de personas se congregaron en el trayecto de la
procesión; y no pudieron ser más favorables los comentarios sobre la vistosidad
del cortejo y la unción y seriedad con que los niños con la nívea túnica de la
Hermandad figuraban en las filas como conscientes del importante papel piadoso
que representaban. No pocos que no pudieron presenciar la procesión,
manifestaban el deseo de que fuera posible asociar a los niños, con su paso, al
cortejo de Jueves o Viernes Santo.
A las nueve y media de
la mañana, ya se hallaban reunidos los niños en el Colegio de la Enseñanza, de
donde había de salir procesionalmente el paso de la entrada triunfal de
Jesucristo en Jerusalén, que lo forman Jesús sentado sobre un pollino,
acompañado de otras tres figuras casi de tamaño natural expresivas en su
actitud y extraordinariamente decoradas. Inmediatamente púsose el séquito en
movimiento hacia la Colegiata, donde, después de la bendición de las palmas y
ramos y la entrega de los mismos al cabildo, sacerdotes y monaguillos, inicióse
la procesión por el quiñón de la parroquia. Formaban en la procesión los niños
y jóvenes de ambos sexos de las escuelas y colegios, tanto oficiales como
particulares, figurando con los alumnos no pocos profesores.
En dos filas y rodeando al paso en que figura el Salvador, marchaban los benjamines de la Hermandad de la Pasión y el Santo Entierro, en medio y en el centro las jerarquías a cara descubierta, el capuchón morado recostado en un brazo y la mano derecha llevando la palma; serios, en actitud piadosa, reflejo, no obstante sus pocos años, de la misión que en aquellos momentos cumplían de portavoces del sentimiento cristiano en los días solemnes de nuestras mayores festividades religiosas, centro de toda la religión cristiano-católica.
Con no menos unción desfilaban los escolares entonando
cánticos y el ¡Hosanna! Durante todo el trayecto.
La banda de cornetas y tambores de Infantería acompañó la
procesión.
De regreso por las calles de Sagasta, Muro de la Mata, Muro
del Carmen y calle del General Mola (actual Portales) a la Colegiata,
termináronse los oficios siendo devuelto el paso con el mismo ceremonial y
acompañamiento al Colegio de la Enseñanza, donde quedará depositado durante el
año.
Momento sumamente emotivo resultó el de la entrada de Jesús
sobre el pollino en el Colegio de la Enseñanza. En el mismo instante todos los
asistentes arrojaron sus palmas y no pocos velos que formaron alfombra sobre la
que pasara Jesús, a imitación de Jerusalén, mientras las jóvenes y claras voces
entonaban cánticos.
Como hemos adelantado, la multitud que fue testigo presencial de esta innovación quedó gratamente impresionada; que bien pudiera ser tal impresión preludio de gran afluencia de cofrades infantiles que sumarse a los setenta y tantos que ayer desfilaron tan religiosamente por las calles de nuestra ciudad, certificando una vez más, los sentimientos religiosos de nuestro pueblo.
En todas las iglesias y capillas la afluencia de fieles,
tanto a las misas de comunión como a los oficios, fue notable, acudiendo
cientos de niños con los tradicionales ramos con golosinas o blancas u erguidas
palmas.
Diario Nueva Rioja,
23/03/1948, Martes
Santo.
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