domingo, 21 de julio de 2019

2019. AÑO NAZARENO. Encuentro 1990.



El lugar donde los pasos procesionales alcanzan su máxima expresión es en el desfile procesional o en la estación de penitencia. Es su lugar natural. Partir del templo, del altar, lugar de reunión de la comunidad cristiana, para, después de procesionar por la calle, retornar otra vez al templo, al altar. Del santuario al santuario tras recorrer un camino en común.
En la procesión, como en la vida, procesionamos y vivimos con otras personas. Somos, en los dos caminos, ayuda para otros. Además, lo hacemos en un orden, de tal modo que todos y cada uno de los cofrades somos necesarios e imprescindibles para el perfecto desarrollo del acto procesional.
Por otro lado, procesionamos ante una sociedad que nos ve. Formamos parte de esos tres ríos que ya se han nombrado anteriormente que forman la dinámica de la procesión y, por extensión, de la vida. Lo importante es el paso, la figura, el río principal. Los cofrades serían  el segundo río que acompañan y  alumbran al paso. Finalmente, la gente que observa, será el tercer río, que, en determinado momento, puede tener la opción de sumarse al devenir procesional.
En el fondo las cofradías no hacen más que imitar al primer cofrade. Tomemos el ejemplo de Jesús con Bartimeo. Persona ciega, no de nacimiento, apartada, por su defecto, tanto del camino de la vida como de la sociedad. Esperaba apartado en el camino. No entraré a hablar del significado de la ceguera en el Evangelio. La ausencia de Dios en el hombre que le hace ir ciego por la vida. Bartimeo llama a Jesús y le dice que quiere ver. Reconoce su error, su pecado y pide perdón. Jesús le perdona. Bartimeo recupera la visión, su dignidad como persona  sumándose como hombre nuevo a la sociedad, pero de manera diferente. Retoma el camino bajo la nueva guía de Jesús, recorriendo el mismo camino que el maestro.
Quizá el Nazareno pueda ser ese “llamador” de la gente que, desde la acera, contempla el paso de una figura de madera bellamente ejecutada y finalizada, pero con un gran significado detrás y que llama a todo aquel que quiere escuchar.


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