Con
el correr del tiempo, el modo de entrar y sacar el paso de la iglesia de
Santiago, el Real, ha ido modificándose; sobre todo en función del gusto del
encargado de velar por los pasos en la calle, del hermano cabo de varas.
En
la foto, el Miércoles Santo de 1990, la cofradía, tras el Encuentro, regresaba
a su sede canónica. Se observa que los cofrades ya portan el capuz de raso
blanco con la corona morada; dicha corona servía, sobre todo, para sujetar el
capuz y que no bailara a la hora de procesionar.
Como
hecho importante, se observa a los portadores con el rostro tapado totalmente;
este hecho no impedía que se realizara correctamente la peculiar manera de
bajar el paso hasta el suelo para vencer el obstáculo de la puerta.
Dicho
modo de entrar el paso desaparecerá cuando se deje este capuz y se ponga el
capirote de color morado. La largura del cono impide cualquier maniobra pudiendo llegar a ser causante de accidentes.
Pero
ese capirote, todavía tardaría unos cuantos años en sumarse a la historia de la
cofradía nazarena logroñesa.
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