sábado, 20 de febrero de 2021

ACERCA DE LOGROÑO, UN CARTEL, LA FE ADULTA Y LA SIMBOLOGÍA.

Cartel de Semana Santa Logroño 2021
Foto: Jaime Ocón Paillao

El pasado jueves tras Ceniza, 18 de febrero, la Junta de la Hermandad de Cofradías de la Pasión de la Ciudad de Logroño hizo, como es tradicional en los últimos años, la presentación del cartel, revista de la Semana Santa de Logroño 2021 y, los actos programados para la Cuaresma 2021.

Ya se podrá hablar sobre los citados actos y sobre la revista. Lo que me llamó la atención fue un comentario en las redes sociales, concretamente en Facebook, acerca del cartel, cuya fotografía abre este comentario. Cartel, por otro lado y en mi humilde opinión y en el tiempo que nos ha tocado vivir en los dos últimos años, muy acorde con esta realidad  que nos rodea. Un grupo  de cofrades, en este caso de la cofradía de la Santa Cruz, saliendo del templo de San Bartolomé, para portar o el Stabat Mater o la imagen de Nuestra Señora del Rosario en el Santo Rosario del Dolor que, cada Martes Santo por la tarde- noche, se reza por las calles del casco antiguo logroñés.

El cartel presentado iba acompañado de una explicación, ya que se le ha querido dotar, a mi entender muy correctamente, de varios y marcados caracteres simbólicos. En primer lugar, que los cofrades vuelvan a estar en la calle este año de no procesiones. En segundo lugar recordar que Logroño celebra este año los 500 años del cerco de ciudad por parte de las tropas francesas llevado a cabo en 1521 del cual salió victoriosa. La portada de San Bartolomé, gótica con aspectos tardorománicos, es de los pocos restos que quedan en pie y ya estaban construidos en el citado año. Finalmente, la acción se desarrolla en una puerta, señalado  como imagen de la misión diocesana Euntes, iglesia de puertas abiertas, en  que se halla inmersa la diócesis de Calahorra y La Calzada- Logroño. Finalmente el color negro que enmarca la foto será el luto que vivimos, como sociedad y como agrupación cristiana, por la muerte de tantas personas en el mundo a causa de la pandemia que nos azota.

Documento explicativo del cartel de 
Semana Santa 2021 de Logroño

Dicho esto, las críticas, como suele ser habitual, aparecieron en las redes sociales, aunque, también hay que reconocerlo, de manera mínima. Se basaban en dos puntos. Primero, que si un cartel necesita explicación no cumple su función y, posteriormente, que en tiempos de pandemia, era necesaria una imagen de Cristo, ya que estamos en una época en “la que más se le necesita”.

Uno que reflexiona bastante, que escribe todo el año sobre el tema de la religiosidad popular en este blogg, reconozco que poco cuidado en determinados aspectos todos ellos técnicos, ha seguido reflexionando no ya sobre  el tema del cartel, que también tiene aspectos a debatir y es mejorable como todo en la vida, sino sobre otros temas relacionados con los comentarios indicados.

En primer lugar, es justo decir que cada uno puede y debe pensar lo que le de la real gana, opinar del mismo modo y, además, hacerlo público. La libertad de expresión es un derecho de todos y cada uno de los ciudadanos de este país, tan en boga ý discutido estos días por razones que no vienen al caso. El problema aparece cuando la crítica es constante a todo lo que se hace y, sobre todo, proviene de quién muestra una actitud constante en el tiempo de espera, solo de espera. Parafraseando al refranero español, cuando proviene del perro del hortelano, que ni come ni deja comer.

De las críticas vertidas señalar tan solo dos puntos. El primero será la indicación que es necesaria la presencia de un Cristo en el cartel debido a la pandemia y a que su presencia puede ser símbolo de esperanza. El tema que, en el fondo, se está tratando es el de la fe adulta. Lo que se está poniendo encima de la mesa es si tengo o no una fe adulta o me he quedado en una fe de post-confirmación o, lo que suele ser más habitualmente, a día de hoy, en una fe de post-comunión. Indudablemente, la presencia de Jesús es, ha sido y será, el pilar sobre el que los cristianos fundamentamos nuestra esperanza, y más  en tiempos difíciles, como una pandemia, la muerte de un hijo pequeño o no poder despedirnos como nos hubiera gustado de un familiar fallecido; también fundamentamos nuestra vida diaria, sin aspavientos, sin grandes dramas siendo, como somos, personas necesitadas de Dios y su Palabra que se nos muestra en Jesús. Aun así debemos ser conscientes que, muchas veces, “no somos capaces de dar una respuesta adecuada a partir de la fe cristiana” [1]

Añadir respecto a este tema, siguiendo al autor anteriormente citado, que la fe tiene dos dimensiones; “una, a nivel intelectivo, abstracto, teórico; la otra, en una dimensión práctica, concreta, influyendo en la realidad de la vida”[2] Son complementarias, pero deben existir las dos, ya que es la única manera en que “podremos dar una respuesta creíble, válida, plausible”. [3]

Desde el punto de vista de una fe adulta, de una fe fundamentada en la experiencia de la presencia de Dios en la vida, tal y como se ha indicado anteriormente, del cofrade, no será necesaria la presencia de un Cristo, según mi corto entender; las imágenes que vemos en la calle de Cristo suelen ser sufriendo el tormento de la Pasión, siendo éstas de carácter evidentemente doliente; por ejemplo pensemos en el crucificado de Miñarro para la hermandad universitaria cordobesa. Aún así, debemos decir que las imágenes que suelen salir a la calle muestran una idealización de Jesús no llegando a expresar realmente lo salvaje que fue el castigo que recibió el primer cofrade de la historia desde la noche de Jueves Santo hasta su muerte en la tarde del día siguiente.

Crucificado de Miñarro para la Hermandad Universitaria de Córdoba.

Por otro lado, aparece una velada crítica al carácter simbólico que se le quiere dar al cartel, tal y como se ha indicado. Indudablemente, toda obra de arte tiene o puede tener un carácter simbólico; o se lo podemos dar nosotros. No es lo único; cualquier conocedor de la Biblia, sabe que los números tienen un marcado carácter simbólico. El tres, el  cuatro, el siete, el doce, por poner un ejemplo tienen un carácter más amplio que la simple significación numeral.

“El número tres simboliza la plenitud y, por tanto, también a Dios… El número cuatro, como los cuatro puntos cardinales, simboliza el mundo. Por ello, la combinación de los dos números es significativa: … el doce simboliza la unión entre Dios y el mundo… el siete simboliza también la plenitud, es por ello que en la Iglesia católica hay siete sacramentos” [4]

Otro ejemplo del significado simbólico de los números será el del cuarenta y dos. El Apocalipsis, indica que serán los paganos los que pisotearán la Ciudad Santa cuarenta y dos meses (11,2). Cuarenta y dos meses no señalan una fecha exacta, sino que indica tres años y medio, la mitad de siete. Viene a indicar que no durará siempre, que no hay mal que cien años dure. Y esta idea, nos puede venir muy bien en estos tiempos pandémicos que están arrasando el mundo. Posteriormente (11,3) cuenta que se profetizará solo 1260 días que, casualmente, son también tres años y medio. [5] Texto e idea que puede venir muy bien para que los cristianos, desde cualquier tipo de fe, no perdamos la esperanza en la presencia salvífica de Dios en nuestras vidas. [6]

Por poner otro ejemplo concreto del que, casualmente, también se habla residualmente y que es un compendio de simbología más allá de la propia imagen en sí misma, se puede abordar la obra de Alejandro Narvaiza, como es el paso de Jesús Nazareno para la cofradía homónima de Logroño. Medidas de la figura, andas de procesionar con treinta y cuatro puntas de diamante recorriendo todas las andas; los espacios diferentes que crea el autor para lo cual puso en las cabeza de los portadores un capuz tipo verdugo, conocido como “servilleta” por los cofrades. Los colores, todos ellos también con su significado. El color blanco del capuz no es casual como tampoco el de la túnica, color marrón, conocido en la cofradía como “café con leche”. Las horquillas como las primeras varas de carga no se hacen en color gris por casualidad. Todo forma parte de un estudiado plan. [7]

Paso de Jesús Nazareno de Alejandro Narvaiza
primera salida procesional, abril 1969. Logroño. 

Por eso, quizá, sobre la crítica y será necesaria la colaboración de todos y cada uno de los cofrades de todos los sitios para, en una vivencia de la fe como donación hacia los demás  y caritativa, lograr superar, todos juntos, los tiempos de pandemia en que hayamos inmersos, reconociendo que, como indica el Apocalipsis, algún día, esperemos que pronto, desaparecerán.


[1] Viejo, José Luis: “Jesús nos sale al paso”, pág. 1, Ed. Particular, Vico, 2014

[2] Viejo, José Luis  Op. Cit., pág 3

[3] Viejo, José Luis  Op. Cit. pág. 5

[4] Alegre, Xavier, sj: Resistencia y esperanza cristiana en un mundo injusto. Introducción al Apocalipsis” Ed Cristianisme i Justicia, Barcelona, 2010 pág. 9

[5] Alegre, Xavier, sj Op. Cit. Pág. 9

[6] VV AA: La Biblia, libro del Apocalipsis, Sociedad Bíblica, Madrid, 2008, pág. 276

[7] Para más información véase Ugarte Pereira, José Manuel, Modelos iconográficos de Jesús Nazareno en la Semana Santa de Logroño del Siglo XX en Actas del VI Congreso Nacional de Cofradías, Medina del Campo, 2016, pág. 185-198. 

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