domingo, 28 de febrero de 2021

SEMANA SANTA, INTERNET Y LAS COFRADÍAS

 

Anuncio de una actividad de Cuaresma 2021 en Logroño

El mes de marzo de 2020 supuso un cambio brusco, radical y total para todo el mundo y la sociedad tal y como la habíamos conocido y vivido hasta ese momento. El confinamiento, la vivencia de una nueva pandemia, en este caso provocada por el coronavirus, supuso un antes y después en todos los aspectos de nuestra vida. Y, como no podía ser de otra manera, afectó de lleno a las agrupaciones penitenciales que, año tras año, hacían  presente en la calle los fastos que recordaban la Pasión, Muerte y Resurrección del primer cofrade de la historia, Jesús.

Aquella Semana Santa la consideramos todos como una experiencia excepcional que sería recordada en el año 2021 ya que, estábamos seguros, volveríamos a la normalidad y la Semana Santa se celebraría como siempre se había hecho, con los pasos y las cofradías en la calle. Pero, cosas de la vida, en  este año volvemos, con algunas grandes diferencias, a tener la misma sensación de fracaso que el pasado año, ya que, exactamente igual, las hermandades se quedan en casa, los pasos no se asoman a la calle y las procesiones no saldrán de las iglesias.

El pasado año la respuesta casi fue unánime. Como se pudo y a través de las redes sociales y de la red por excelencia, casi todo el mundo tiró de ingenio para acercar vivencias anteriores a los cofrades que nos quedamos en casa y a los que se les hacía extraño no poder procesionar y, en esas mismas horas en que sus pasos debieran salir a la calle, estar en casa.

La verdad sea dicha que en Logroño, tras la Semana Santa del pasado año, la respuesta casi unánime de cofradías, junta de cofradías y secretariado diocesano, ha sido parecida. Con mínimas excepciones, hemos vivido el silencio, la ausencia total y absoluta de presencia. Como si de un tsunami se tratara, no ha habido nada con la excepción de algún culto puntual; las citadas asociaciones han permanecido como si no existieran.

Llegada la Cuaresma y Semana Santa 2021, nos encontramos los cofrades, una vez más, casi abandonados. La solución se llama “redes sociales”, “internet”. A través de las mismas se hace todo, vía crucis, conferencias, didácticas, etc. Y el resultado, a día de hoy, no deja de ser cuando menos, cuestionable. ¿Por qué es cuestionable? Principalmente porque se puede y se debieran hacer actos públicos, abiertos a los cofrades. Comentaban ciertos cargos de la curia diocesana la preocupación que se tenía debido a la bajada de asistentes a las eucaristías dominicales; preguntados algunas personas de la razón de su ausencia, comentaban que, durante el confinamiento, se habían acostumbrado a ver las celebraciones por televisión o escucharlas por la radio y que, debido a la situación pandémica con las sucesivas olas de infección, no pensaban volver a los templos. El miedo es libre.

Cartel de la cofradía de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores
para la Semana Santa 2021. Logroño. 

En esta situación estábamos cuando una cofradía logroñesa, la de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores, anuncia para el día 25 de febrero la celebración de la presentación del cartel nazareno 2021 y el Primer Pregón Nazareno de la historia de la cofradía en  su sede canónica de Santiago, el Real de Logroño; sabiendo que solo podrían asistir ciento sesenta y seis personas, el tercio del aforo del templo, que debía mantenerse la distancia de seguridad entre los asistentes y tener gel hidroalcohólico a disposición de los asistentes.

Presentación del cartel nazareno.
Logroño, 25 de febrero de 2021

El acto fue un éxito; setenta personas, según dijeron, se acercaron al templo; se presentó el cartel, con fotografía de la hermana nazarena Noemí Ajamil, y  asistimos a un magnífico pregón realizado por la periodista riojana y hermana cofrade de la cofradía de las Siete Palabras y el Silencio logroñesa, Isabel Virumbrales. Del pregón se hablará en otra entrada, pues lo merece ya que fue impresionante pudiendo decir que, además de a los cofrades nazarenos, estaba hecho para cualquier cofrade o no cofrade que viva o de un sentido  especial a la Semana Santa. Todo ello acompañado por un pequeño piquete de la banda de tambores de la cofradía que, tras casi un año de silencio, pudo tocar unas breves marchas.

Isabel Virumbrales en el desarrollo del pregón. 

Resumiendo y como dijo un cofrade nazareno, si se quiere, se puede. Y los cofrades necesitamos actos presenciales; sentirnos parte de nuestra cofradía, nuestra comunidad, hombro con hombro, mano con mano, hermano con hermano, como cuando salimos a la calle con nuestras túnicas. Que tenemos restricciones, se aceptan, que tenemos que hacerlas de modo especial, se acepta, pero tenemos que sentir que nuestra cofradía, nuestra hermandad, está viva, se mueve y existe, exactamente igual que los cristianos sentimos que Jesús vive, se mueve, está entre nosotros y, además, nos ayuda, aunque, muchas veces, seamos incapaces de verlo. Por eso mismo, la gran lección de este año debiera ser la cuasi obligatoriedad de actos presenciales, donde nos sintamos comunidad, cofradía, en resumen, nos sintamos Iglesia.

Fotos de Iván Aguirre Caro. 

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