viernes, 1 de febrero de 2019

2019. AÑO NAZARENO. Los faroles... aún existen...



 

 
Podemos decir que la sección infantil de la cofradía aparece a principios de los años 70 del siglo XX. Al paso, anteriormente, le acompañaban tan solo adultos. En los años sesenta portando los faroles ya mostrados anteriormente en esta sección. La primera noticia de un cofrade infantil procesionando con alguno de nuestros pasos es del año 1968, donde el actual Hermano Mayor acompañó al Nazareno Viejo vestido con el hábito de la Hermandad de la Pasión y el Santo Entierro. También se ha localizado otra fotografía del citado hermano delante del paso del Nazareno en la procesión del Encuentro del año 1971, con el mismo hábito de la Hermandad mientras los portadores del Nazareno llevaban ya el diseñado por Narvaiza.
A principios de los setenta, con los nuevos estatutos, se formó la sección infantil. Su cometido era el acompañamiento del paso junto al resto de los hermanos de fila. Sobre todo se hacían presentes en la procesión del Domingo de Ramos, acompañando al paso de la Borriquilla, más raro era verlos en la procesión del Encuentro, por el horario, y si salían más en el Santo Entierro.
Al principio  los hermanos infantiles, no llevaban nada. Posteriormente, los que podían, portaban los cetros; estos eran de madera y llevaban el escudo que corona los actuales cetros, atornillados a la misma. No era raro que alguno bailase por los propios golpes del movimiento e incluso cayera al suelo.
A finales de los años 70 y principios de los 80, quizá por imitación a la cofradía de las Siete Palabras cuyos hermanos infantiles portaban faroles con velas, la cofradía decidió realizar unos faroles. Muy bien hechos, perfectamente terminados y con el aislamiento suficiente para que no se apagara la vela, solo tenían un defecto: el exceso de peso. Esa fue la razón por la que se dejó de usarlos; por aquella época, al carecer la cofradía de local para guardar el patrimonio, escaso por otra parte, se dejaba todo en locales y almacenes particulares. Por esa razón, desaparecieron casi todos. El de la foto es el único que, a día de hoy, se ha podido encontrar y, además, se encuentra localizado.
Posteriormente, se dio paso a que los más pequeños portaran pequeñas cruces de madera con el escudo de la cofradía plastificado en el centro. Finalmente, se volvió a los cetros el que puede y el resto no porta nada.


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