sábado, 23 de noviembre de 2019

2019. AÑO NAZARENO. De la mano de Él

 
Ser cristiano es, a día de hoy, “poner en el centro de la propia vida a Cristo, reconocer que todo nace de su fuente y que todo tiende a él como a su fin”; de este modo podemos decir que “como la procesión empieza y termina en el templo, nuestra vida es el desfile de Cristo en medio de la humanidad: todo comienza y termina en él”, tal y como nos lo dice Manuel Amézcua.
Que mejor compañía en la vida del cofrade que la de Cristo en cualquiera de sus advocaciones. Y qué mejor compañía que caminar de la mano de él, tal y como muestra la fotografía. La mano izquierda del Nazareno logroñés siempre ha destacado, llamando la atención de las personas que lo ven y ha sido, es y será uno de sus elementos distintivos.
 Mano de obrero, carpintero, trabajador, mano que cuelga inerte, sin fuerza, como consecuencia del castigo recibido por Cristo antes de cargar el madero, tal y como ha comentado numerosas veces el autor de la imagen; mano que, en palabras de algún pastor diocesano de Calahorra y La Calzada- Logroño, se tiende, se ofrece a todo  aquel que quiere sumarse al proyecto universal de vida del Nazareno.
La figura de Narvaiza se puede considerar una continuación del modelo de la mano tendida que se pone de moda en el barroco; las figuras nazarenas intentan escapar del marco desde donde procesionan, para, con una mayor expresividad, entrar en contacto con el público que presencia la procesión. Pedro de la Cuadra para Valladolid, Francisco del Rincón en Medina del Campo o Nava del Rey o el mismo Gregorio Fernández con su obra Camino del Calvario de Valladolid, son ejemplos de lo anteriormente expuesto.
La interpretación de Alejandro Narvaiza consigue, con su mano caída y la mirada perdida realizada impregnado directamente pintura de carrocero en el rostro de Cristo, entrar en contacto  con el espectador y que éste, desde lo más profundo de su interior, se sume a una nueva manera de entender la vida que puede acabar, si se le sigue realmente, al igual que nuestro maestro y ejemplo, colgando de un madero.

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