sábado, 1 de febrero de 2020

NAZARENO DE LAS ANGUSTIAS. Medina del Campo.

 
Se retoma tras un año de dedicación exclusiva a la conmemoración de las bodas de oro del paso de Jesús Nazareno de Logroño, el acercar a los lectores una pequeña aproximación a otras figuras de la misma advocación, Jesús con la cruz a cuestas camino del Calvario, de otras partes de España. Este año 2020, como novedad, también se mostrarán otras advocaciones pasionales hechas no solo para procesionar.
En este caso se propone al denominado Nazareno de las Angustias de la vallisoletana villa de Medina del Campo, que ostenta con orgullo el título de celebrar las procesiones de disciplina más antiguas de España, datadas ya en 1411 cuando San Vicente Ferrer decide recorrer las calles de la villa practicando la disciplina. Semana Santa declarada de interés turístico internacional desde 2011, cuenta a día de hoy con casi tres mil cofrades que salen a la calle con sus pasos en sus trece desfiles procesionales que se celebran durante la Semana Santa.
La figura del Nazareno de las Angustias se localiza en la Colegiata de San Antolín, sede canónica de la Cofradía Penitencial de la Misericordia y Jesús Nazareno. En el lado del Evangelio de la capilla de las Angustias, presidiendo uno de los tres retablos de que consta la citada capilla. Llama la atención que sea una talla completa realizada en madera, cuando lo normal en aquella época era hacerlas en papelón, siendo, además, figuras de pequeño tamaño. El modelo cambia sobre todo en las imágenes de mayor devoción, que se van realizando en madera y con mayor tamaño que las realizadas anteriormente. Esta obra es uno de los modelos más antiguos que se tienen en bulto completo y no con un simple bastidor como cuerpo. Se le reviste de túnica tanto para estar en el altar como para salir en procesión, donde el dramatismo se acentúa con el vuelo de la túnica y la postura erguida; no aparece como caída, con Cristo vencido por el peso de la cruz, como solía ser en estos casos, por ejemplo el de Valladolid, atribuido a Pedro de la Cuadra y realizado hacia 1600.
Esta obra del maestro del Rincón muestra en su espalda los signos de la flagelación, lo cual hace suponer que, desde sus inicios, procesionaría con una túnica abierta para mostrar las heridas y, así, ser ejemplo para los cofrades de disciplina de la piadosa asociación.
El giro de cabeza dirigiéndose al público muestra los inicios del posterior modelo de la mano tendida, tan de moda en el barroco castellano. Cristo se dirige al público estableciendo un diálogo directo con él, olvidándose en algunos casos de las personas que le rodean, para que el espectador pueda sumarse a la cruz de Cristo, como símbolo máximo de la entrega por amor del primer cofrade en el primer Viernes Santo de la historia.
La figura está atribuida a Francisco del Rincón, considerado como el maestro de Gregorio Fernández.  Realizado a tamaño superior al natural, como ya se ha indicado,  esta iconografía la realizó el autor para otras localidades, como es el caso de Nava del Rey.
Algunos autores se lo atribuyan a Juan de Muniategui; el profesor Martín González indica que la calidad de este nazareno es superior a otras obras realizadas por Muniategui y, además, este se dedicaba sobre todo a ensamblar retablos. Aun así, es este el que firma el contrato en 1607, donde se indica que el nazareno de Nava debe ser “como el que tiene la cofradía de las Angustias de la villa de Medina del Campo”. También se atribuyó a Melchor de la Peña, escultor de la villa medinense y que en  1629 firmó un contrato para la realización de un Nazareno para la Cofradía de la Misericordia.
Procesiona en carroza realizada por Verdugo en 1943; ha sido restaurada recientemente por María Jesús Merino; se han añadido escenas de la Pasión de Cristo en bajorrelieve. Sale a la calle el Viernes Santo en las procesiones del Encuentro y del Silencio.
La cofradía medinense tiene casi quinientos cofrades en sus filas; se funda en 1542 y el 3 de febrero de 1620 pasa a ser penitencial; además del Nazareno de las Angustias, procesiona al Crucificado de la Vera Cruz, anónimo del siglo XVI, figura de la desaparecida cofradía de la Vera Cruz y que, tras ser restaurado en 2001, desde 2002 procesiona a modo de cruz guía de la cofradía.
El Cristo de la Paz, obra gubiada por Juan Picardo en 1554; fue conocido como el Cristo de los Adobes, por su peso o Cristo de los Artilleros, ya que era custodiado en la calle por el cuerpo homónimo. Procesiona el Viernes Santo en la procesión del Silencio.
También de la mano de Juan Picardo, salió el Jesús Flagelado. Es una de las primeras imágenes de Jesús apoyado en una columna baja mientras recibe el castigo de la flagelación. Este modelo se repetirá a lo largo del barroco por parte de todos los grandes imagineros. Sale el Jueves Santo en la procesión de la Vera Cruz.
Finalmente, el caso curioso del Nazareno de la Cruz, que también perteneció a la cofradía de la Vera Cruz. Figura de setenta y seis centímetros de altura, solo presenta madera en la cara, manos y pies. El resto es de papelón. Por la talla de pelo, barba y ojos, pudiera parecer del siglo XVII, pero el hecho de ser una figura erguida que camina con paso firme al Calvario, se podría datar en el siglo XVI. Sale el Sábado de Pasión en el traslado y el Jueves Santo en la procesión de la Vera Cruz.

 

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