Domingo de Ramos. Javier Vidal, portador de
la Entrada de Jesús en Jerusalén.
El veinticinco de diciembre del pasado año, festividad de
Navidad y día en que celebramos el abajamiento de Dios a la condición humana
siendo igual a cualquiera de nosotros en
todo, excepto en el pecado, ese día, nos enterábamos de la triste noticia del
fallecimiento de nuestro Hermano Cofrade Francisco Javier Vidal Bravo a la edad
de cincuenta y nueve años tras una dura lucha contra la enfermedad por
excelencia de estos tiempos.
Hablar de Javier, es hablar de pasión y amor por la Semana
Santa, en este caso, la de su ciudad, la de Logroño. Su biografía cofrade
comienza a los diecisiete años cuando “se apunta”, como otros muchos jóvenes de
mediados de la década de los setenta de la pasada centuria, a la incipiente
cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén. Recogió los papeles que se hicieron en aquella época
solicitando portadores y cofrades para la Entrada en la logroñesa parroquia de
Carmelitas, presentándose en el colegio de la Compañía de María, sede de la
cofradía en aquellos años. Desde ese mismo año, hasta hace un par de años,
todos o casi todos los Domingos de Ramos era normal verlo portando el paso por
el que sentía auténtica devoción. Además, se sumó y ayudó a formar, dar cuerpo
jurídico y práctico, a hacer crecer a la incipiente cofradía de la
“Borriquilla”.
Siempre dispuesto a ayudar y echar una mano, entra, de la
mano de Félix Cenea Soriano, entonces Hermano Mayor de la Hermandad de la
Pasión y el Santo Entierro. Como nadie quería asumir los cargos importantes,
Javier pasó a ser secretario y Ricardo Ochoa Urízar, también miembro de la
Entrada de Jesús en Jerusalén, Hermano Tesorero. Desde sus puestos, los dos y
dentro de las escasas posibilidades que había en aquella época, intentaron
sacar adelante y darle nuevo brillo a la Semana Santa logroñesa, inmersa en una
grave crisis de la que consiguió salir casi indemne gracias al trabajo, muchas
veces anónimo e inadvertido, de muchos cofrades, entre los cuales se puede
destacar a Javier. Uno de sus logros, junto al resto de miembros de la Junta de
Gobierno de la Hermandad será que el Nazareno Viejo, abandonado en un almacén,
vuelva a asomarse a las calles logroñesas en el Vía Crucis de la Juventud, que
desde 1980 volvió a recorrer las calles de Logroño en su peregrinar a la ermita
del Cristo del Humilladero.
Presentación del cartel de la Semana Santa de 1980
junto al resto de la Junta de la Hermandad de la Pasión y el Santo Entierro.
Ya dentro de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén,
ayudó a la consolidación de la cofradía como la gran dinamizadora de la Semana
Santa de Logroño en la década de los ochenta de la pasada centuria.
Cristo de los Enfermos.
Javier Vidal, Cabo de Varas.
1983 supone la aparición de la primera procesión del Cristo
Resucitado; su presencia se nota cada año ese festivo día para trasladar el
paso desde la Compañía de María al cementerio, celebrar la eucaristía y
regresar al punto de partida. La cofradía absorbió el paso de la Oración en el
Huerto en 1984 y lo sacan, además del Viernes Santo en el Santo Entierro, los
Lunes Santo desde 1984 hasta 2009 en un Vía Crucis que recorría las
proximidades de la sede canónica de la cofradía, en los primeros años el
colegio de la Compañía de María. En 2009 dejará de procesionar los lunes para
ser sustituido por el Cautivo.
En 1985 fue designado Hermano Secretario de la Cofradía de la
Entrada de Jesús en Jerusalén, siendo, además, el cabo de varas del paso del
Cristo de los Enfermos. Dicho Cristo fue sacado en procesión por la citada
cofradía desde 1985 y durante once años por las calles del quiñón parroquial de
Carmelitas llevando la comunión a los vecinos que estuvieran impedidos de
acudir al templo y lo hubieran solicitado.
Cristo de los Enfermos en la calle Doctores Castroviejo.
A mediados de la década de los años noventa de la pasada
centuria se incorpora a la cofradía de Jesús Nazareno y, casi por inercia y por
el conocimiento que se tenía de su manera de trabajar, pasa a colaborar con la
Junta de Gobierno de la cofradía nazarena durante unos cuantos años. Se
incorpora, también, como portador del paso titular nazareno y pasa a ser uno
más de los pies de Cristo en que se convierten los cofrades nazarenos cuando
sacan sus pasos titulares a la calle.
Miércoles Santo.
Javier Vidal preparado para portar a Jesús Nazareno.
Su interés por reflejar y plasmar la Semana Santa, hizo que se
dedicara, algunos años que no pudo salir como portador, a realizar diferentes
vídeos que plasmó en películas sobre nuestra Semana Santa y que, para desgracia
nuestra y salvo contadas ocasiones, no vieron la luz.
Los últimos años, aquejado ya de una grave enfermedad, no
participó activamente en la Semana Santa, pero si lo vimos acercarse todos y
cada uno de los días grandes a contemplar las procesiones semanasanteras
logroñesas a las que tanto se entregó y por las que tanto luchó, pudiendo ver
en su mirada la tristeza de no poder participar, pero también, el orgullo de
saber que cierta culpa de lo que estaba pasando era suya, consecuencia de un
trabajo bien realizado. Y como él, otros muchos cofrades, anónimos que con su
trabajo engrandecen a nuestros desfiles pasionales.
Descansa en paz Javier y, por favor, saludo a todos nuestros
cofrades que nos precedieron y ya descansan al lado del primer gran cofrade,
Jesús.
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