domingo, 31 de enero de 2021

JESÚS NAZARENO DE ALEJANDRO NARVAIZA RUBIO.

 

Miércoles Santo 1969, primera salida del paso. 

Es el año 1967 cuando la entonces cofradía de Jesús Nazareno decide cambiar su paso titular debido al deterioro de la figura y al escaso tamaño de la que poseían. A la vez, se produce una reforma estatutaria donde se permite la inscripción a todas las personas que lo deseen, siempre y cuando se cumpliera lo indicado en los artículos 4 y 5. En el artículo 6 se indicaba que podían pertenecer mujeres a la cofradía, en la sección de Camareras del Nazareno.[1]

El encargo es a Alejandro Narvaiza Rubio, pintor, escultor e imaginero nacido en Chile, aunque hijo y residente en la ciudad de Logroño. Además del paso, se le encarga también, la confección de las andas, el diseño de hábito, el escudo de la cofradía, inexistente hasta esos días, y los cetros de representación. La cofradía, sin tener plena conciencia de ello, había dado el paso definitivo para adecuarse a la realidad de la sociedad en que se encontraba.[2]

La imagen que recibe la cofradía en 1969 es la primera y gran plasmación del espíritu del CVII llevado a la imaginería procesional. Como la obra de Quintín de Torre es de bulto redondo. Paso de una sola figura, huye de la realidad al mostrar una persona de doscientos veinte centímetros de altura, perfectamente vestido con túnica morada y cíngulo de cáñamo, no apreciándose los signos de las torturas padecidas anteriormente por Cristo. Tan solo la corona de espinas con algunos pequeños rastros de sangre por la frente. La cruz es portada en el brazo derecho, contrariamente a los diferentes modelos del resto de España que la portan en el brazo izquierdo. No asume el modelo de la mano tendida que plasmó Gregorio Fernández en el XVII en Valladolid donde vemos a un Jesús más portentoso en la carga expresiva en su actitud de diálogo con el espectador en el caso de los pasos de figura única, o con las personas que le rodean en pasos con más personajes, como la Verónica o las mujeres de Jerusalén. Su mano se levanta en actitud de dirigirse al  público o de bendecir. Tampoco asume el modelo sevillano de figura que agarra con las dos manos el madero. Sí asume, en parte, la intención del maestro Fernández de entrar en comunicación con el público para lo cual el papel de la mirada de la figura, la iluminación y los faroles que portaba en los varales de carga cobran importancia. Paso realizado para ser visto en la calle, los cuatro faroles que lleva en las varas de carga logran centrar la atención del espectador que lo ve venir desde lejos en el punto central que es la figura. La iluminación que llevaba era un simple foco de camión que le difuminaba la cara, llevando a un íntimo y profundo diálogo con el espectador. Finalmente, la iluminación se complemente  con la parte superior externa de las andas con una luz difusa para resaltar la alfombra de claveles rojos que cubrían el resto de la superficie.

Es un Nazareno con características especiales; realizado en madera de abebay comprada en Bilbao. Son planchas de catorce centímetros de anchas pegadas unas a otras con el fin de evitar posibles fracturas en la madera si sufriera algún golpe. Curiosamente, no está policromado sino que está revestido totalmente con pintura de carrocero con el fin de evitar los efectos de las inclemencias meteorológicas.

La figura, como se ha comentado anteriormente, es muy alta, superando los dos metros; está realizada siguiendo los cánones del clasicismo. Es siete veces la medida de la cabeza. La cruz, como también se ha apuntado, se porta en el hombro derecho, dejando la mano izquierda colgando. Cristo se encorva un poco bajo el peso de la cruz, desviando su mirada hacia la izquierda, buscando el contacto con el espectador que lo ve pasar. La mano izquierda queda colgada y, según el autor, será la representación del trabajador, carpintero, que fue Jesús antes de salir a su predicación, mientras que para los anteriores obispos diocesanos, será la mano que se tiende a los fieles para que se sumen a Cristo en un diálogo particular, intenso. La cruz, según explicación del autor a la asamblea de la cofradía en el año 1967, mostraría el peso de los pecados de los hombres, para lo cual se adorna con esmaltes rojos y un relieve. Se trata de un patrón que se repite a lo largo de toda la cruz y en todos los brazos. Incluso, buscando una explicación cuasiteológica, pudiéramos decir que en el autor existe una idea de pecado que es repetitiva en el hombre y que este hombre, en tanto en cuanto hombre, siempre volverá a pecar.[3]

Miércoles Santo 1990, procesión del Encuentro

Destaca el autor al realizar la anatomía de Jesús; el perfecto trabajo que realiza con la madera, es donde la labor de la gubia de Narvaiza alcanza su mejor nivel de expresividad. El perfecto desarrollo del cuello donde se aprecia perfectamente toda su anatomía, incluso el agujero que aparece entre el músculo esternocleidomastoideo y la tráquea; sucede lo mismo con los inicios de las dos clavículas, las cuales desaparecen bajo la túnica en un nivel superior del trabajo de la madera; incluso se puede apreciar un inicio de la nuez. Destaca también como resuelve la cara del nazareno; nariz recta y perfecta, el trabajo espectacular de los pómulos donde son marcados un poco más respecto al resto de la fisonomía. Se ve la boca ligeramente entreabierta, adivinándose la dentadura. Barba, cejas bigote y pelo perfectamente realizados con un estudio particular y puntilloso hasta el mínimo detalle de las mismas. Incluso aparece perfectamente peinado, las cejas perfiladas; lo mismo se puede decir de barba y bigote. Ojos realizados en madera, sin ayuda de elementos extraños, es la pintura de esta parte del cuerpo, lo que le hace acentuar el dramatismo y la soledad que llega al espectador. Al girar la cabeza a su izquierda, como se ha indicado anteriormente, parte del pelo cae por detrás de la cabeza llegando a tapar una mínima porción de la cruz. Marcando perfectamente las piernas del Nazareno, realiza de manera primorosa la túnica donde se aprecia el movimiento de la ropa que cubre el cuerpo en su parte superior. La caída de la manga de la túnica se ve perfectamente en la mano que porta la cruz; lo mismo pasa con la mano que cuelga. La cintura ceñida por un cíngulo blanco apenas visible en su lado izquierdo por la caída de dos cuerdas, y una mínima aparición adelante, separa la parte inferior del cuerpo donde se dibujan perfectamente las dos piernas. Como ejemplo diremos que es sensacional el trabajo de Narvaiza en la madera de abebay, al realizar los pliegues del hombro derecho, justo debajo del lugar donde apoya la cruz. La disposición de los pies, el derecho avanzando y el izquierdo cruzado es el modo en que el autor transmite el esfuerzo que realiza Cristo al arrastrar la cruz.

Se asienta en unas andas de madera de roble, realizadas por la fábrica de muebles Ruperto Grijalba de la capital riojana; están adornadas por 34 puntas de diamante que separan los dos espacios que el imaginero crea; el superior, donde está Cristo y el inferior donde está el hombre. Conviene prestar atención, en este sentido, al significado que juegan los números en el desarrollo del conjunto; el número tres es la plenitud, es decir, Dios. El cuatro es el mundo, pues muestra los cuatro puntos cardinales; el número doce (cuatro por tres) plasma la unión Dios- mundo. Ejemplos: en Israel los doce patriarcas; la nueva alianza son doce apóstoles. Finalmente el siete (cuatro más tres): la Alianza, la plenitud. Los siete sacramentos de la Iglesia. [4]

Añadir a esto que los portadores no llevaban capirote, sino una sola tela blanca que cubría la cabeza y, además de no impedir la visión del paso, evitaba que el hombre invadiera el terreno de la divinidad. Con lo cual, el autor, estaba, por decirlo de una manera, negando la posibilidad del encuentro Hombre- Dios.[5]

El hábito es de algodón color marrón, significando la unión del hombre con la tierra. Cíngulo de cáñamo, guantes blancos y calzado oscuro. El autor rompe con la uniformidad manifiesta de la semana santa logroñesa en el hábito, creado en 1940, de la Hermandad de la Pasión y el Santo Entierro, blanco y con capirote morado, a imitación de la Hermandad de los Gitanos de Sevilla; dicha uniformidad se había trastocado ya con la aparición de los hábitos de las cofradías logroñesas de la Soledad, de las Siete Palabras y la Flagelación.[6] Pero la aparición del hábito nuevo del Nazareno, rompe de manera definitiva, como se ha señalado, con el uniformismo heredado del nacionalcatolicismo triunfante en 1939 y que se extendió a lo largo de unas cuantas décadas por toda la geografía española, la logroñesa incluida.[7]

Delante de la puerta de Santiago, el Real, Miércoles Santo 2015

Por otro lado, también es importante el significado de los colores: el blanco: significa a Dios; es la pureza, la perfección; en este caso en el capuz de los cofrades. El marrón es el  color de la tierra, que aporta estabilidad y realismo. Hábito marrón claro y cetros de representación color marrón oscuro. El gris, color de las primeras varas de portar el paso y el de las horquillas por aquel entonces de madera, el un color sin fuerza pero que significa responsabilidad, constancia y disciplina. Finalmente, el morado, color actual del hábito y capuz, como todas las cofradías nazarenas es el color penitencial cofrade por excelencia. .

28 de enero de 2021. Capilla de San Pablo, parroquia de Santiago, el Real, Logroño. 

En 2008 se decide mediante acuerdo de Asamblea General Extraordinaria de fecha 30/05/2008 la confección de unas nuevas andas para el paso titular, debido al deterioro estado que mostraban las anteriores[8]. El resultado no es el esperado y se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que, desde el punto de vista artístico, no cumplen las exigencias que necesita la figura titular.[9] Están hechas en madera de iroko y las vuelve a realizar una empresa especializada en muebles, también riojana, “Artesanía en vivo”. Se le practican importantes novedades como cambiar el aspecto recto que tenían por uno redondeado; se cierran las cuatro esquinas superiores e inferiores de las andas con unos remaches de plata con el escudo de la cofradía. Por otro lado, se respetan las puntas de diamante. En las salidas procesionales la sexta punta de diamante de cada lateral, se sustituye por una tapa del mismo material con el escudo de la cofradía en plata. Lo único que este detalle consigue es confundir al espectador que mira a ese escudo que está más atrás de la figura, la cual, va en la parte delantera del paso. Desaparecen también los faroles de las varas de carga y la iluminación pasa a ser una serie de focos halógenos que rodean los pies de la figura y proyectan mucha luz lo que dificulta la visión del conjunto del paso. En la parte superior de las andas y entre los pies del Nazareno y el final de la cruz, se añade un cristal con el escudo de la cofradía el cual, los cuatro primeros años, fue iluminado degradando aún más la visión de la figura. Aun así, año a año, la cofradía, gracias al trabajo de todos y cada uno de los cofrades, va arreglando y haciendo que poco a poco, esas andas, vuelvan a ser lo más parecidas posibles a las originales que se hicieron hace casi ya cincuenta años. Dichas andas fueron inauguradas en 2010.

BIBLIOGRAFÍA.

* HOBSBAWM, Eric: “Un tiempo de rupturas. Sociedad y cultura en el siglo XX”. Crítica, Barcelona, 2013.

*LABARGA GARCÍA, Fermín:

“Diolo y dotolo. El legado de don Gabriel de Unsáin y la Semana Santa logroñesa”. Instituto de Estudios Riojano y Ayuntamiento de Logroño, Logroño, 2015.

“Las cofradías  de la Vera Cruz en La Rioja. Historia y espiritualidad.” Diócesis de Calahorra y La Calzada- Logroño, Logroño, 2000.

 “El Nazareno en La Rioja” Revista Gracurris, Alfaro 1995.

*PRIETO, Javier: “El Nazareno de la mano tendida. Una aportación de la imaginería castellana.” En http://patrimoniocofrade.blogspot.com.es 2013.

*RAMÍREZ MARTÍNEZ, José Manuel:

“Retablos mayores de La Rioja”. Obispado de Calahorra y La Calzada- Logroño”, Logroño 1993.

“Guía turístico- histórica de la Muy Noble y Muy Leal ciudad de Logroño” Ochoa Impresores, Logroño, 2012. 

*SAN FELIPE ADÁN, María Antonia: “Una voz disidente del nacionalcatolicismo. Fidel García Martínez, obispo de Calahorra y La Calzada, 1880-1973” Universidad de La Rioja, Logroño 2015.

 

 

*UGARTE ALONSO, Eugenio:

            “Historia de la cofradía de Jesús Nazareno de Logroño”. Ed. Particular, Logroño, 1992.

            “Historia de la Semana Santa de Logroño”. Ed. Particular, Logroño, 1992, reeditado en 2013.

            “Un Viernes Santo en Logroño”. Ed. Particular, Logroño 1996.

            “El nuevo paso de Jesús Nazareno de Logroño” Ed. Particular, Logroño 1996.

*UGARTE PEREIRA, José Manuel:

            “Paso de Jesús Nazareno de Logroño”. Charla dada el 12/01/2016 en la Tertulia Cofrade organizada por la Cofradía de La Flagelación de Jesús” en su casa de Hermandad de Logroño

            “Cofradía de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores. Historia y vivencias”. Charla impartida en Cambrils el 12-03-2016 dentro del programa “Altres Mirades 2016” organizado por la Asociación de Antiguos Alumnos La Salle de Cambrils en colaboración con el Ayuntamiento de Cambrils, la Congregación de la Purísima Sangre de Cristo y la Cofradía de la Madre de Dios de los Dolores, ambas de Cambrils.

*VV. AA.:

            “Historia de la ciudad de Logroño. Tomo III, Edad Moderna. Tomo IV Edad Contemporánea”. Ibercaja- Ayuntamiento de Logroño, Logroño 1994.

            “Dalmati- Narvaiza, 1913- 2013” Cultural Rioja, Logroño 2013.

            “Imaginería versus escultura. Ricardo Flecha”. En http://www.tertuliacofradepasion.com, Salamanca 2016.

 

*ARCHIVOS CONSULTADOS.

            - Archivo cofradía de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores, parroquia de Santiago el Real, Barriocepo 6 Logroño (La Rioja)

            - Archivo particular de José Manuel Ugarte Pereira.

            - Archivo sonoro particular de José Manuel Ugarte Pereira

            - Archivo municipal de la ciudad de Logroño, Avda. La Paz 11, Logroño (La Rioja).

*REVISTAS Y BOLETINES.

            “Semana Santa Logroño”. Revista publicada por la Hermandad de Cofradías de la Pasión de la ciudad de Logroño los años 2011, 2012, 2013, 2014, 2015 y 2016.

            “Cofradía de Jesús Nazareno. Boletín Informativo” Boletines informativos de la cofradía de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores, publicados ininterrumpidamente desde 1993.

            “Pasos” Revista publicada en dos épocas; primera con la denominación “Pasos de Semana Santa” desde 1997 hasta 2002 y como “Pasos de arte y cultura” desde 2006 hasta 2011. Madrid.

José Manuel Ugarte Pereira.

Comunicación presentada al VI Congreso Nacional de Cofradías

Medina del Campo, 2016

Titulada ”Modelos iconográficos de Jesús Nazareno en Logroño en el siglo XX”

 



[1] Estatutos de la Cofradía de Jesús Nazareno. Parroquia de Santiago, el Real. Logroño, mayo 1970. Archivo particular de José Manuel Ugarte Pereira.

[2] Toda la información del paso titular está extraída de “Paso de Jesús Nazareno de Logroño”, charla dada por José Manuel Ugarte Pereira el 12/01/2016 en la Tertulia Cofrade organizada por la Cofradía de La Flagelación de Jesús” en su casa de Hermandad de Logroño. También en Ugarte Alonso, Eugenio, “Historia de la Cofradía de Jesús Nazareno de Logroño”, Logroño 1992, págs. 14-17 y en Ugarte Alonso, Eugenio  “Historia de la Semana Santa de Logroño”, Logroño 2013.

 

[3] No olvidemos que el autor, fue discípulo de su tío Alejandro Rubio Dalmati; juntos son autores de todo el programa iconográfico de la catedral chilena de Chillán; anteriormente su tío Alejandro realizó diversos encargos para las catedrales también chilenas de Concepción y Talca. En “Dalmati- Narvaiza 1913-2013”,  Cultural Rioja, Logroño 2013.

 

[4] Alegre, Xabier s.j.,  “Resistencia y esperanzas cristianas a un mundo injusto. Introducción al Apocalipsis”; Cuaderno 165 de Cristinisme y Justicia., Barcelona, enero 2010

[5] Entrevista a Alejandro Narvaiza Rubio por José Manuel Ugarte Pereira y Antonio Bonet Salamanca, Logroño, septiembre 2014.

[6] La cofradía de la Soledad estrena hábito de raso en 1966 siendo la túnica negra y el capirote blanco. Las Siete Palabras, en 1966, usa túnica de algodón verde, capirote medio verde y esclavina blanca; la Flagelación, en 1967, por su parte, usa raso granate y capuz color oro. En Ugarte Alonso, Eugenio, “Historia de la Semana Santa de Logroño”, Logroño 2013.

[7] Bonet Salamanca, Antonio. “La Semana Santa logroñesa. Medio siglo de imaginería procesional (1940-1990), Madrid, 2014, pág. 4

[8] Libro de Actas de la cofradía de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores

[9] Ver Isla Pero, Imanol Joseba “Andas Nuevas” en Pasos de Arte y Cultura, Madrid, diciembre 2010, págs. 30-31, donde se analiza en profundidad esta reforma.

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