domingo, 14 de marzo de 2021

¿UN CRISTO ESPECTACULARIZADO?


¿UN CRISTO ESPECTACULARIZADO?

Van pasando los días cuaresmales y, conforme nos vamos acercando a la Semana Santa, pareciera que el mundo cofrade cambia. Se acelera, se hacen cosas o se intentan, aparecen publicaciones por doquier con el tema pasional. Todas las personas de este mundo parecieran sufrir, de repente, una especie de enajenación y se desbordan noticias, medios, fotografías, etc. Y revisando documentación de hace cincuenta años, en Logroño, me encuentro con un artículo publicado en un diario local de Logroño. Escrito por un jesuita que poco o nada tenía que ver con el mundo cofrade; pero que, sentía muy dentro de  él la vivencia de ser hijo de Dios y, como dijo muchas veces, seguidor de Jesús. Dejo el artículo, ya que, a pesar de determinados aspectos que pertenecen a aquél lejano 1971, está plenamente de actualidad.

¿UN CRISTO ESPECTACULARIZADO?

“De nuevo, Semana Santa. Con su fervor más o menos de fachada, más o menos auténtico. Y, claro, detrás de eso la ilusión de tranquilizar la conciencia hasta el próximo año, hasta la siguiente Semana Santa.

Todo me parece volver a aquellos días de la primera Semana Santa. También entonces hubo procesiones y trompetas, soldados romanos –entonces de verdad-; hubo cabalgata y muchedumbres en las aceras, muchedumbres venidas de Galilea, de Judea, de la costa, de la montaña, de… Hubo emoción, gritos, apretujones, curiosidad… Hubo espectáculo. Merecía la pena. Se trataba de ver al Profeta, al Mesías, al Dramaturgo, al que había conmovido a tanta gente…

Sí, aquel primer Viernes Santo Jerusalén era un espectáculo como no lo había sido nunca. Era la primera gran procesión. Era novedad. No había que perdérselo. No se veía todos los días. La gente miraba, comentaba y luego… se olvidaba.

Claro, era el espectáculo de contradicción. Ya lo había dicho Cristo. Lo había anunciado muchas veces. Dios estaba puesto en escena. Era un espectáculo nunca visto. Dios haciendo teatro. ¡Perdón!, los hombres haciendo de Dios un espectáculo.

Nos extraña. Nosotros no lo hubiéramos hecho. Protestamos de los judíos, de los soldados romanos, de los poderes públicos y de quienes secundaron y jalearon la farsa.

Me parece muy bien la indignación. No es para menos. Nuestra indignación debería ser mayor y, sobre todo, deberíamos proyectarla sobre nuestros Viernes Santos.

Sí. Es tremendo. Pero real. Seguimos espectacularizando a Cristo. Sí. Al Cristo de nuestras procesiones y al Cristo Místico –la Iglesia-, y al Cristo que es el hombre individual o colectivo.

Nuestras procesiones son folklore, son mirones, son pasar el rato, son… Ojalá la decisión de una procesión en silencio y respetuosa, se llegue a realizar. Sería un gran triunfo de la Hermandad del Santo Entierro. Ánimo y adelante. ¡Ojalá las procesiones de Logroño no sean un espectáculo más!... A luchar… No está bien aclamar a Dios, lucir capuchones o no, para terminar crucificando a Cristo.

Pero hoy se está espectacularizando  con el Cuerpo Místico que es la Iglesia. Jerarquía, fieles… son noticia en los medios de comunicación social… Lo terrible no es que sean noticia, sino espectáculo. Son esas tendencias anticlericales y antieclesiales. Tendencias coreadas por mucha gente de buena voluntad. Como aquel primer Viernes Santo en Jerusalén.

Hoy se siente aversión a todo lo eclesial por ser sagrado. Así a secas. Porque lo sagrado sigue molestándonos como la Verdad, la Justicia y el Amor de Cristo… Acusarán a la Iglesia de política, de burguesía, de… de lo que sea. Lo importante es hacerla espectáculo y crucificarla. Que la gente la comente y se ría.

Otros hablarán de una Iglesia anacrónica, desfasada, inmovilista… Y así, Cristo es hecho un espectáculo de museo y su Iglesia de Historia.

Otros escenificarán una Iglesia ultraprogresista, tan desfasada como la anterior y que tampoco tiene nada que decir a los hombres de hoy. Así, dramatizan a un Cristo Imaginario y una Iglesia- utopía.

Da lo mismo una escena que otra. Lo importante es seguir la comedia. Interesa lo sensacional. Que las masas se diviertan. Que las gentes griten y olviden oras cosas…

Espectáculos, espectáculos… No importa que las risas y los gritos y los aplausos sean contra lo religioso, contra Dios… Lo importante es que los hombres no oigan esos gritos de justicia, de libertad, de equidad, de austeridad, de pureza, de verdad, de…, de caridad y amor que la Iglesia de Cristo.

La procesión del primer Viernes Santo en Jerusalén… tuvo éxito. Hoy es muy imitada en  muchas partes del mundo. En Jerusalén se tuvo una vez… En la geografía del mundo es casi a diario.

Cristo, su Iglesia y sus seguidores siguen siendo espectáculo del mundo… Ojalá ese espectáculo no fuese de Viernes Santo, sino de resurrección y vida”

Emilio Velasco, sj

Diario Nueva Rioja, Miércoles Santo, 7 de abril de 1971. 
 

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