Comienzo de la Semana
Santa; primera procesión. Primer día de despertarse, levantar la persiana y
mirar el cielo esperando que no llueva. Durante una semana los cofrades parecen
llevar un muelle en el cuello mirando el cielo todo el día;
observando las nubes, si vienen de Álava, de Castilla o de Navarra. Dependiendo
de su procedencia llevarán más o menos agua y la probabilidad de lluvia será
mayor o menor. En los últimos años, esa predicción se ha sustituido por las
aplicaciones meteorológicas de los móviles, las cuales, alguna vez fallan, como
no podía ser de otra manera.
El desfile procesional del Domingo de Ramos, siempre se ha
caracterizado por un erróneo sentido eminentemente infantil; no faltan los
niños que, acompañando a los pasos de la borriquilla, portan palmas o ramos
adornados con chucherías que, posteriormente, comerán. De todos modos conviene
recordar, tal y como indica Benedicto XVI, que “la escena del homenaje mesiánico
a Jesús tuvo lugar al entrar en la ciudad, y que sus protagonistas no fueron los
habitantes de Jerusalén, sino los que acompañaban a Jesús entrando con Él en la
Ciudad Santa”
Domingos de Ramos de ilusión infantil, de tocar el tambor
junto a todas las bandas de Logroño, de escuchar a los escolapios de Zaragoza
que llegaban como grandes maestros en el arte del tambor. De no salir ya al
pasar a portador del paso, y de volver a participar otra vez en la procesión,
pasados unos cuantos años. De recorridos largos atravesando el centro de
Logroño para llegar, nuevamente, a la Enseñanza, tras pasar por la concatedral
de La Redonda.
Domingos de Ramos de enfrentamientos; de capuz si- capuz no
en esa procesión. De abandono a los cofrades en la calle, de ruido, de ilusión,
de tristeza; como no, recuerdos de la boda de dos hermanos cofrades de la
Entrada justo antes de participar en la procesión. Con el discurrir de los
años, la procesión que inaugura nuestra Semana Santa se ha empequeñecido hasta
límites insospechados cuando empezaba el siglo XXI, quedándose reducida a una
pequeña vuelta a una manzana, con cada vez menos hermanos participantes. Dicho
día ha sido aprovechado por muchos cofrades para acercarse a otras ciudades
cercanas. El éxodo de secciones instrumentales a diversos sitios, pueblos o
ciudades; Zaragoza y el bajo Aragón atraen a cada vez más cofrades que
abandonan su cofradía, su ciudad, su Semana Santa, en uno de los días más
importantes desde el punto de vista cofrade, junto con el Viernes Santo. O
cofradías que no participan por hacerlo en sus celebraciones parroquiales.
Esperemos que, poco a poco, esta procesión recupere el
prestigio y esplendor perdido en este siglo XXI
y que tanto trabajo costó en las dos últimas décadas del siglo pasado. Y
que se vean, como antaño, a todas las secciones instrumentales logroñesas en
ese desfile, así como a la mayoría de los cofrades en la calle, acompañando a
Jesús entrando en Jerusalén, siendo, como dice el Papa emérito, los que
acompañamos a Jesús.
Buenas noches. Pienso como tu y muchas personas mas,hay que volver a darle a la procesion del Domingo de Ramos el caracter que tuvo durante casi dos decadas,incluyendo en Ella ademas de todas las bandas con su respectivasa secciones infantiles,niños y niñas de los colegios de Logroño como se hacia uniendo todo eso a concursos de palmas y ramos decorados y alguna otra cosa mas que en su moemnto se hizo, Todo ello le daria mas luz a nuestra querida procesion y seria tambien una catequesis tan necesaria en estos momentos llegando a muchas mas personas que a las que se llega ahora. Seguro que con ganas e ilusion se conseguira. Como dice esa gran frase llena de verdad,"no olvidemos que trabajamos todos para el mismo,Nuestro Padre JESUS". Paz Salud y Bien.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo.
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