Actos programados para la Cuaresma 2020 en Logroño.
Cuando cursé el CAP a
finales de los 80 del siglo pasado, de lo poco útil que logramos extraer los alumnos, fue la idea expuesta por
un profesor de la Universidad de Zaragoza en una de aquellas charlas para una
multitud de estudiantes; a los que, por otro lado, solo interesaba saber la
fecha de entrega de los trabajos y la validez del título, con el fin de poder
mandar currículums o presentarnos a las oposiciones. Dijo aquello de “programar,
realizar y evaluar”. Este planteamiento, aparentemente tan simple
y, la vez, tan complejo de llevar a la práctica, es el que debiera vertebrar el
desarrollo de todas las actividades, no solo pasionales, sino de todos
nosotros, prácticamente a lo largo de toda nuestra existencia. Esta simple idea
deberá ser el eje en torno al que giren todas las actividades, actos,
celebraciones y ceremonias que se desarrollan tanto en Cuaresma como en Semana
Santa. ¿Es así? ¿Se hace en la ciudad de Logroño? Viendo lo visto y viviendo lo
vivido uno se atrevería a decir que no, aunque entendiendo que, seguramente,
habrá honrosas excepciones. La evaluación del desarrollo práctico de las
actividades programadas debiera ser objetivo y, sobre todo, crítico. Teniendo
en cuenta además que esto último conlleva o debiera llevar, un deseo de
corregir y aprender de los errores cometidos para no reincidir en futuras acciones.

Cartel para el Viernes de Dolor 2020
Cofradía de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores.
Logroño.
Uno entiende que decir lo anteriormente expuesto, en esta ciudad, en este mundo cofrade y en
este momento, lleva asociado, quiérase o no, una respuesta, indudablemente más
afectiva que racional y que suele desembocar en el talibanismo
imperante en buena parte de la estructura que mantiene a la religiosidad
popular en la ciudad. Dice Pedro Santamaría en su obra El Ateniense que “el arte de la política es el arte de buscar
nuevos conflictos continuamente para alcanzar el poder o mantenerse en él”.
No es esta la idea que se pretende con estos escritos aunque todos sabemos que si dices que algo no lo consideras correcto y, a pesar de razonarlo, siempre lo tuyo será peor, sin
pararse muchas veces, a reflexionar sobre las razones expuestas; si dices que
se copia en lugar de innovar, salen los defensores indicando cualquier cosa,
tengan razón o no o sin pensar por que se dicen las cosas; si, de repente, te
sueltan que no hay tradición cofrade en la ciudad y se les responde que hombre,
tradición si hay, que esto se lleva haciendo desde el siglo XVI, que igual hay
aspectos o realidades de otras épocas que desconocemos y seguramente jamás las
conoceremos, te llaman no sé qué. Si no criticas salvajemente a la Junta de Cofradías
es porque hay un amigo dentro, cuestión cierta y, si los demás no lo son, ellos
sabrán, etc. etc. etc. Aun así, la esperanza no hay que perderla y como dijo
Hannah Arent “la libertad de ser libres
significa ante todo ser libre no solo del temor, sino también de la necesidad”

Cofradía del Descendimiento de Cristo. Logroño.
Jueves Santo 2020
El punto de partida para este 2021 fue el pasado 2020,
concretamente el 15 de marzo, cuando comenzó el confinamiento y podemos decir
que se paró el mundo y en él, la actividad cuaresmal y posteriormente, la de Semana Santa. Los
comunicados del Secretariado Diocesano, primero suspendiendo las actividades
cuaresmales y, posteriormente, las celebraciones en la calle. Con excepción,
claro está, del trabajo que deprisa, corriendo y sobre la marcha, se realizó
por parte de algunas cofradías donde es justo destacar el papel de la
Flagelación y la cofradía de Jesús Nazareno, que lograron, con precariedad de
medios y mucha, muchísima ilusión, llevar a cabo acciones que recordaran a los
cofrades el tiempo que se vivía y, en aquellos duros momentos de confinamiento,
que no estábamos solos, tal y como también realizó nuestra Diócesis, poniendo
toda la carne en el asador. Los dolores de María transmitidos el Viernes de
Dolor desde Santiago, los vídeos de las procesiones nazarenas o el de la
procesión del Santo Entierro con intervención de hermanos de todas las
cofradías quedará para el recuerdo de intentar algo y lograr mucho, muchísimo
para todos los cofrades que los vimos en esos días tan duros y difíciles que
pasamos en la primavera de 2020. Las cofradías de la Magdalena, el
Descendimiento el Cristo de las Ánimas también se unieron al proyecto de
sembrar algo de normalidad en el
inmenso, total y absoluto caos que se vivió en la primera mitad del pasado
2020, realizando la misma actividad los días que les tocaba procesionar.

Cofradía de María Magdalena. Logroño
Viernes Santo 2020
Por otro lado, dentro del mundo cofrade logroñés, y me
atrevería a decir que el riojano, la
principal sensación que se extendió entre todos y cada uno de los miembros de
las cofradías fue de abandono. Abandono total y absoluto por parte de los
gestores tanto cofrades como diocesanos. Asistimos, atónitos, a cómo, de la
noche a la mañana, pareciera que hubiéramos dejado de existir. Observamos desde
nuestras casas como nuestra Diócesis vivió la dura pandemia con el virus dentro
del Hogar Sacerdotal, con el fallecimiento
de algunos sacerdotes, y como, a la vez, se trabajaba para estar al lado de
todos y cada uno de los fieles. Se transmitía la Eucaristía en directo todos
los domingos desde la capilla mayor del seminario o la de la curia, como se
transmitió el Triduo Pascual, o se pudo asistir al Vía Crucis dirigido por
nuestro anterior obispo; sabemos que algunas de las personas allí presentes
pasaban del traje EPI a las vestiduras litúrgicas para volver al EPI nada más
acabar la Eucaristía.

Cofradía del Cristo de las Ánimas. Logroño
Viernes Santo 2020
¿Y los cofrades? La Junta de Cofradías y el Secretariado
Diocesano dejaron de existir, como si se los hubiera tragado la tierra. Lo
peor, es que, posteriormente al confinamiento, para gran tristeza de todos y
cada uno de los cofrades, la situación siguió igual hasta, prácticamente, la
Cuaresma 2021. Y sería importante que esta crítica se entienda, como un punto
de partida. Punto de partida para algo que, entre todos, debemos cambiar si
queremos que el mundo cofrade siga existiendo en nuestra ciudad.
Es indudable que hay una parte de la Semana Santa, muy
importante, cuyo espacio celebrativo no es otro que la calle, aparte de los
fastos litúrgicos. Quizá en Logroño no tengan la importancia de Sevilla, el
impacto económico de Málaga, no se saquen imágenes como las de Valladolid, el
número de cofrades que forman todas las cofradías logroñesas no lleguen ni
siquiera a igualar a algunas de las homónimas de Zamora o que no tengamos un
hecho tan famoso como la turba de Cuenca, pero sabemos que las cofradías
logroñesas somos herederas de una tradición que desde hace más de cinco siglos
sale a la calle todos los años para mostrar la Pasión, Muerte y, Resurrección
de Jesús y que ese aspecto, abandonado y descuidado muchas veces por quién
debiera esmerarse en mantenerlo, es básico para la vida de los cofrades, las
cofradías, las parroquias, la Iglesia y, por extensión, para nuestra ciudad.
Cofradía de la Flagelación. Logroño
Vía Crucis Multimedia. Viernes Santo 2020
No olvidemos que fue Pío XII quien dijo en 1953 que “la fe religiosa y la vida popular forman
una unidad comparable a la unidad del alma y cuerpo… el folklore no es una
supervivencia curiosa de una época pasada, sino una manifestación de la vida
actual que reconoce lo que debe al pasado, prueba de continuarlo y de adaptarlo
inteligentemente a las nuevas situaciones”