jueves, 22 de abril de 2021

CUARESMA Y SEMANA SANTA 2021. I

 

Actos programados para la Cuaresma 2020 en Logroño. 

Cuando  cursé el CAP a finales de los 80 del siglo pasado, de lo poco útil que logramos  extraer los alumnos, fue la idea expuesta por un profesor de la Universidad de Zaragoza en una de aquellas charlas para una multitud de estudiantes; a los que, por otro lado, solo interesaba saber la fecha de entrega de los trabajos y la validez del título, con el fin de poder mandar currículums o presentarnos a las oposiciones. Dijo aquello de “programar, realizar y evaluar”. Este planteamiento, aparentemente tan simple y, la vez, tan complejo de llevar a la práctica, es el que debiera vertebrar el desarrollo de todas las actividades, no solo pasionales, sino de todos nosotros, prácticamente a lo largo de toda nuestra existencia. Esta simple idea deberá ser el eje en torno al que giren todas las actividades, actos, celebraciones y ceremonias que se desarrollan tanto en Cuaresma como en Semana Santa. ¿Es así? ¿Se hace en la ciudad de Logroño? Viendo lo visto y viviendo lo vivido uno se atrevería a decir que no, aunque entendiendo que, seguramente, habrá honrosas excepciones. La evaluación del desarrollo práctico de las actividades programadas debiera ser objetivo y, sobre todo, crítico. Teniendo en cuenta además que esto último conlleva o debiera llevar, un deseo de corregir y aprender de los errores cometidos para no reincidir en futuras acciones. 

Cartel para el Viernes de Dolor 2020
Cofradía de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores. 
Logroño.

Uno entiende que decir lo anteriormente expuesto,  en esta ciudad, en este mundo cofrade y en este momento, lleva asociado, quiérase o no, una respuesta, indudablemente más afectiva que racional y que suele desembocar en el talibanismo imperante en buena parte de la estructura que mantiene a la religiosidad popular en la ciudad. Dice Pedro Santamaría en su obra El Ateniense  que el arte de la política es el arte de buscar nuevos conflictos continuamente para alcanzar el poder o mantenerse en él”. No es esta la idea que se pretende con estos escritos aunque todos sabemos que si dices que algo no lo consideras correcto y, a pesar de razonarlo, siempre lo tuyo será peor, sin pararse muchas veces, a reflexionar sobre las razones expuestas; si dices que se copia en lugar de innovar, salen los defensores indicando cualquier cosa, tengan razón o no o sin pensar por que se dicen las cosas; si, de repente, te sueltan que no hay tradición cofrade en la ciudad y se les responde que hombre, tradición si hay, que esto se lleva haciendo desde el siglo XVI, que igual hay aspectos o realidades de otras épocas que desconocemos y seguramente jamás las conoceremos, te llaman no sé qué. Si no criticas salvajemente a la Junta de Cofradías es porque hay un amigo dentro, cuestión cierta y, si los demás no lo son, ellos sabrán, etc. etc. etc. Aun así, la esperanza no hay que perderla y como dijo Hannah Arent “la libertad de ser libres significa ante todo ser libre no solo del temor, sino también de la necesidad”

Cofradía del Descendimiento de Cristo. Logroño. 
Jueves Santo 2020

El punto de partida para este 2021 fue el pasado 2020, concretamente el 15 de marzo, cuando comenzó el confinamiento y podemos decir que se paró el mundo y en él, la actividad cuaresmal y posteriormente, la de Semana Santa. Los comunicados del Secretariado Diocesano, primero suspendiendo las actividades cuaresmales y, posteriormente, las celebraciones en la calle. Con excepción, claro está, del trabajo que deprisa, corriendo y sobre la marcha, se realizó por parte de algunas cofradías donde es justo destacar el papel de la Flagelación y la cofradía de Jesús Nazareno, que lograron, con precariedad de medios y mucha, muchísima ilusión, llevar a cabo acciones que recordaran a los cofrades el tiempo que se vivía y, en aquellos duros momentos de confinamiento, que no estábamos solos, tal y como también realizó nuestra Diócesis, poniendo toda la carne en el asador. Los dolores de María transmitidos el Viernes de Dolor desde Santiago, los vídeos de las procesiones nazarenas o el de la procesión del Santo Entierro con intervención de hermanos de todas las cofradías quedará para el recuerdo de intentar algo y lograr mucho, muchísimo para todos los cofrades que los vimos en esos días tan duros y difíciles que pasamos en la primavera de 2020. Las cofradías de la Magdalena, el Descendimiento el Cristo de las Ánimas también se unieron al proyecto de sembrar algo de normalidad en  el inmenso, total y absoluto caos que se vivió en la primera mitad del pasado 2020, realizando la misma actividad los días que les tocaba procesionar.

Cofradía de María Magdalena. Logroño
Viernes Santo 2020

Por otro lado, dentro del mundo cofrade logroñés, y me atrevería a decir que el riojano, la principal sensación que se extendió entre todos y cada uno de los miembros de las cofradías fue de abandono. Abandono total y absoluto por parte de los gestores tanto cofrades como diocesanos. Asistimos, atónitos, a cómo, de la noche a la mañana, pareciera que hubiéramos dejado de existir. Observamos desde nuestras casas como nuestra Diócesis vivió la dura pandemia con el virus dentro del Hogar Sacerdotal, con el  fallecimiento de algunos sacerdotes, y como, a la vez, se trabajaba para estar al lado de todos y cada uno de los fieles. Se transmitía la Eucaristía en directo todos los domingos desde la capilla mayor del seminario o la de la curia, como se transmitió el Triduo Pascual, o se pudo asistir al Vía Crucis dirigido por nuestro anterior obispo; sabemos que algunas de las personas allí presentes pasaban del traje EPI a las vestiduras litúrgicas para volver al EPI nada más acabar la Eucaristía.

Cofradía del  Cristo de las Ánimas. Logroño
Viernes Santo 2020

¿Y los cofrades? La Junta de Cofradías y el Secretariado Diocesano dejaron de existir, como si se los hubiera tragado la tierra. Lo peor, es que, posteriormente al confinamiento, para gran tristeza de todos y cada uno de los cofrades, la situación siguió igual hasta, prácticamente, la Cuaresma 2021. Y sería importante que esta crítica se entienda, como un punto de partida. Punto de partida para algo que, entre todos, debemos cambiar si queremos que el mundo cofrade siga existiendo en nuestra ciudad.

Es indudable que hay una parte de la Semana Santa, muy importante, cuyo espacio celebrativo no es otro que la calle, aparte de los fastos litúrgicos. Quizá en Logroño no tengan la importancia de Sevilla, el impacto económico de Málaga, no se saquen imágenes como las de Valladolid, el número de cofrades que forman todas las cofradías logroñesas no lleguen ni siquiera a igualar a algunas de las homónimas de Zamora o que no tengamos un hecho tan famoso como la turba de Cuenca, pero sabemos que las cofradías logroñesas somos herederas de una tradición que desde hace más de cinco siglos sale a la calle todos los años para mostrar la Pasión, Muerte y, Resurrección de Jesús y que ese aspecto, abandonado y descuidado muchas veces por quién debiera esmerarse en mantenerlo, es básico para la vida de los cofrades, las cofradías, las parroquias, la Iglesia y, por extensión, para nuestra ciudad.

Cofradía de la Flagelación. Logroño
Vía Crucis Multimedia. Viernes Santo 2020

No olvidemos que fue Pío XII quien dijo en 1953 que “la fe religiosa y la vida popular forman una unidad comparable a la unidad del alma y cuerpo… el folklore no es una supervivencia curiosa de una época pasada, sino una manifestación de la vida actual que reconoce lo que debe al pasado, prueba de continuarlo y de adaptarlo inteligentemente a las nuevas situaciones”

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