viernes, 1 de mayo de 2020

CORONAVIRUS: LA BATALLA POR LA LIBERTAD

Cristo de los Enfermos.
Parroquia del Carmen, Logroño.
 
A cuenta de esta pandemia y sin apenas darnos cuenta, hemos sido desposeídos de una serie de derechos constitucionales entre los que están los de reunión, desplazamiento, etc. En resumen, a cuenta de la pandemia, las personas encargadas de regir los destinos de nuestro país han acabado con una serie de libertades. Igual debe ser así; estará bien si situamos el derecho a la sanidad y ponemos el bien común por encima del derecho individual; en determinados países donde los derechos civiles individuales están muy protegidos por los órganos de gobierno, como es el caso de los Estados Unidos de América, se están empezando a dar ya manifestaciones en contra del confinamiento, basadas en los derechos que garantiza su constitución a cada ciudadano.
Dejo un escrito de José María Rodríguez Olaizola, sj acerca de la libertad y el proceso que debemos realizar para poder ser realmente libres; aceptar la libertad como medio de vida. Como bien dijo Jesús será la verdad la que nos haga libres y no el trabajo, como indicaban los nazis en las puertas de los campos de concentración. Dejo una foto del origen  de la auténtica libertad. Los brazos de la cruz que se abren para acoger a todo aquel que quiera responder, con libertad, a la llamada que nos hace Dios todos y cada uno de los días de nuestra vida. El Cristo de los Enfermos de la parroquia carmelita de Logroño y que durante once años en las últimas décadas del siglo XX, procesionó por las calles de Logroño.
LA BATALLA POR LA LIBERTAD.
Hay quien piensa que eres más libre de joven, cuando tienes menos preocupaciones, menos responsabilidades. Cuando aún disfrutas del equilibrio entre el niño que ya no lo es, y va ganando autonomía, y el adulto que aún no ha llegado, por lo que te puedes refugiar en que aún estás decidiendo, eligiendo, creciendo y formándote.
Después empiezan a llegar las decisiones concretas. Los compromisos, que a veces tocará vivir como alianza y otras veces como atadura. El tiempo empieza a estrecharse, y los años, que antes te parecían eternos, vuelan. Quizás en ese momento pasas por un tiempo en el que añoras, y hasta envidias, cuando la ves en otros, esa otra libertad liviana y despreocupada.
Pero la verdadera libertad está aún adelante. Se va conquistando a lo largo de la vida. Es ir aceptando y venciendo en las luchas que toca afrontar: con Dios, contigo mismo, con los otros. Es aprender a bailar con las limitaciones (propias y ajenas), sin drama ni indiferencia. Es ir despojando de capas innecesarias la vida. Aprendiendo a ver la belleza sin quedar cegado por brillos efímeros. Es valorar lo que tienes, con la perspectiva de un mundo donde tantas necesidades hay. Y aprender a compartirlo. Es encontrar tu misión. Y volcarte en ella. Quizás, hasta la última hora, nunca seremos enteramente libres. Pero estamos en camino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario