martes, 2 de abril de 2019

2019. AÑO NAZARENO. Primera salida del paso de Alejandro Narvaiza.

El dos de abril de 1969 el paso que Alejandro Narvaiza Rubio hizo para la cofradía de Jesús Nazareno, salió a la calle desde la parroquia de Santiago, el Real, por primera vez para participar en la procesión del Encuentro.
“… este año se hacen algunas modificaciones en el itinerario de la procesión del Encuentro. La razón fundamental de este cambio es el estreno del paso del Nazareno… En esta obra, el escultor Alejandro Narvaiza ha dejado una parte de si (sic) mismo, la ha trabajado con un amor y un cuidado especiales”, rezaba la prensa local del Domingo de Ramos de 1969.
La aparición del paso supuso la apertura de la cofradía, abandonando los “numerus clausus”. Decía Eugenio Ugarte en la prensa que “en la actualidad es deseo de la Cofradía aumentar el número de Hermanos sin término fijo, y se aclara que pueden pertenecer a la misma feligreses de cualquier parroquia de la ciudad”
La crónica del periódico Nueva Rioja del día siguiente lo relata del siguiente modo: “Este año ha revestido la procesión del Encuentro especial fervor e interés. A ello ha contribuido, en primer término, el nuevo paso, obra de Alejandro Narvaiza, que atrajo la curiosidad de los logroñeses. A ello hubo de unirse el itinerario prolongado, que sirvió para descongestionar los alrededores del punto crucial del desfile, en la esquina de Víctor Pradera con Bretón de los Herreros. Numeroso público estuvo presente en el recorrido, a pesar de la hora avanzada y de la amenaza de lluvia, y escuchó los fervorines que don Félix Ochagavía se encargó de pronunciar  como complemento del devoto desfile. El estreno del Nazareno ha resultado un éxito, que se corroborará sin duda, en el desfile procesional de mañana, viernes, dentro de la procesión general del Santo Entierro”.
Como dato curioso, se dirá que el paso fue bendecido el Lunes Santo, día treinta y uno de marzo, en la celebración del pregón de la Semana Santa logroñesa que, desde su creación en el año 1952, se celebraba cada año en la sede canónica nazarena de Logroño. Aquel año el pregón corrió a cargo de Fermín Mugueta, escritor colaborador de prensa a nivel nacional y propagandista misionero seglar. Se dio la casualidad que, en aquel pregón, la parte musical tuvo lugar toda ella al principio y, al finalizar; bastante público abandonó la iglesia pensando que el pregón había finalizado. Aun así, según la prensa de la época, quedó suficiente público para escuchar al orador y participar como público en la posterior bendición de la obra de Narvaiza.
 

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