El
primer día de abril de 1904 salía por última vez en procesión, el Nazareno del
Humilladero portado por los miembros de la cofradía de Jesús Nazareno. El
deterioro de la figura, que se sabe procesionaba desde principios del siglo
XVII, se acentuó de tal manera que la cofradía estimó necesario sustituirlo por
otra figura.
Como
curiosidad, de aquella procesión del Santo Entierro, decía la prensa local al
día siguiente que “aumenta el número de penitentes, principalmente de ellas,
que por grupos se presentan muy recatadas con tupido velo, y suponemos
descalzas, lo cual, en nuestras bien cuidadas calles, no es gran peligro”.
Se
comenta la presencia de dos bandas militares, diciendo el cronista que “siempre
hemos creído que la música civil haría
mejor papel colocada detrás de la Oración del Huerto, procurando alternar con
la militar para que el trayecto no resulte tan desairado”. Acaba la crónica
diciendo “hasta otro año, y que el bacalao nos sea leve”. Cuenta el mismo
periódico que, durante la procesión, se produjo un robo de dos mil pesetas en
el número 18 de la calle Bretón de los Herreros, en la casa propiedad de la
pescatera Gregoria Sáenz, popularmente conocida como la Goya”.
Tras
esta procesión el Nazareno del Humilladero regresó a su ermita, siendo la
última vez que se asomó a las calles logroñesas en los días pasionales.
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