sábado, 21 de marzo de 2020

EL "TARARÚ" PALENTINO.

Tararús de diversas cofradías palentinas
 
Comienzo con esta entrada un repaso a determinadas tradiciones semanasanteras tanto de Logroño como de otras partes de España que, por ser específicas de determinados lugares, suelen pasar desapercibidas para el resto de personas que, por las razones que sean, no contemplan sus desarrollos pasionales.
Comenzamos con el Tararú palentino. Tradición que se remonta a la Edad Media; consiste en el llamamiento, mediante toque de trompeta, a los hermanos cofrades para avisarle de su participación en la procesión de su cofradía. Por el sonido de la trompeta pasó a denominarse como Tararú al cofrade que la tocaba. Por el contrario, en el Oficio de Tinieblas en la noche del Miércoles al Jueves Santo, se usaba la carraca. Antaño, el Tararú, llamaba, en la noche de Jueves Santo, a los cofrades para su participación en la procesión de Viernes Santo. Se llegaba a la casa del cofrade, se golpeaba con una vara en la puerta de la casa y, posteriormente, el cofrade llamado invitaba a los dos cofrades a unas pastas. De esa manera y por su uso, se pasó a denominar así a los cofrades palentinos, sobre todo por parte de los más pequeños.
Tararú de la cofradía nazarena de la capital palentina.
El concepto hace referencia a tres aspectos; en primer lugar al cofrade que lo toca, en segundo al instrumento que toca y, finalmente, el tercero es el sonido que produce. El instrumento es una trompeta alargada que puede llegar a medir un metro, recordando a las trompetas romanas. Consta de una embocadura, cuerpo largo, recto y delgado y un pequeño pabellón. Hecho en metal, suele portar una tela colgando con los símbolos de  la hermandad  a la que pertenece.
Trompetas romanas, donde algunos ven el origen del Tararú.
 
El sonido producido es peculiar, al igual que su aspecto. Se emiten dos notas graves muy cortas seguidas de “una nota dos tonos y medio más aguda que se alargará tanto como el intérprete sea capaz” (https://tabernacofrade.net/web/el-tararu-de-palencia/). Esta última nota se interrumpe en un rápido decrescendo cuando el cofrade que toca no puede más. Puede llegar a durar casi un minuto. A veces se emite un triple toque con el siguiente esquema: dos notas graves cortas y una aguda corta; le sigue una repetición del anterior sonido para acabar con dos notas graves cortas y una aguda todo lo larga que pueda el cofrade.
Ya se ha comentado que se usaba para llamar a los hermanos a procesión. Según cuentan diversas fuentes este hecho era una de las tradiciones más arraigadas en Palencia. Aún sin tener el esplendor de antaño, se sigue manteniendo, sobre todo por parte de todas las cofradías de la ciudad, ya que todas tienen su propio Tararú. A día de hoy no se produce la llamada en los domicilios; tan solo, simbólicamente, se realiza en la puerta de las iglesias de donde parten las diferentes procesiones de la ciudad. Se suele usar por parte de determinadas hermandades en sus desfiles procesionales, por ejemplo, al saludar a otros pasos con los que se encuentre, al pasar por las iglesias, o al llegar a puntos emblemáticos de la ciudad como la Plaza Mayor, la Diputación Provincial o el lugar conocido como Cuatro Cantones. La cofradía  penitencial de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Madre la Virgen de la Amargura realiza tres toques de Tararú en su procesión de la madrugada del Viernes Santo recordando las tres caídas de Jesús en la Vía Dolorosa camino al Calvario.
Algunas cofradías palentinas usan unas pequeñas carracas en los desfiles procesionales; serán los casos de la Hermandad Franciscana de la Santísima Virgen de la Piedad, del Santo Cristo Señor de la Vida y de la Muerte y de San Francisco de Asís; la franciscana hermandad usará la citada carraca en las llamadas para levantar el paso de la Piedad. La cofradía penitencial de Jesús Crucificado y Nuestra Madre Dolorosa, la usa para marcar el cambio de turno de los portadores del crucificado que procesiona.
Carracas de la cofradía de la Piedad.
Procesión extraordinaria por el Encuentro Nacional de Jóvenes Cofrades, Palencia 2016. 
 
La Semana Santa palentina fue declarada de Interés Turístico Nacional en el año 2006; a partir de ahí, el Ayuntamiento de la ciudad decidió, como homenaje y recuerdo a todos los cofrades erigir un monumento a la Semana Santa palentina y a los cofrades palentinos. Encargó al escultor Óscar Albariño la confección. Se decidieron a realizar dos figuras; por un lado un cofrade con una vara llamando a una supuesta puerta y otro tocando el “tararú”. La llamada a los hermanos y el toque del Tararú, los dos elementos más significativos de la Semana Santa palentina quedaban inmortalizados en la Plaza de San Pablo, al lado de la Iglesia dedicada al mismo santo, sede canónica de la cofradía de la Vera Cruz, la más antigua de la capital castellana. Dicho monumento fue inaugurado en el año 2008.
Monumento al cofrade de Palencia.
Tararú y cofrade que, con un palo, llama a la puerta.
 
Añadir, para finalizar, que la Semana Santa palentina fue declarada de Interés Turístico Internacional el año 2012, haciendo que la comunidad castellano leonesa tenga ocho celebraciones pasionales con esta denominación: Valladolid, Zamora, Salamanca, Medina de Rioseco, Medina del Campo, Léon y Ávila, junto a Palencia completan el elenco.
Finalmente darle las gracias a mi buen amigo y cofrade palentino Gregorio Marlasca, por ayudarme y corregir el borrador; si algo es erróneo o está mal, es responsabilidad únicamente del que lo ha escrito.
Bibliografía:
Marlasca, Gregorio: “La Semana Santa en la provincia palentina: historia, imaginería y tradiciones”, Agilice Digital, Valladolid, 2016.

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