Tararús de diversas cofradías palentinas
Comienzo con esta
entrada un repaso a determinadas tradiciones semanasanteras tanto de Logroño
como de otras partes de España que, por ser específicas de determinados
lugares, suelen pasar desapercibidas para el resto de personas que, por las
razones que sean, no contemplan sus desarrollos pasionales.
Comenzamos con el
Tararú palentino. Tradición que se remonta a la Edad Media; consiste en el
llamamiento, mediante toque de trompeta, a los hermanos cofrades para avisarle
de su participación en la procesión de su cofradía. Por el sonido de la
trompeta pasó a denominarse como Tararú al cofrade que la tocaba. Por el contrario,
en el Oficio de Tinieblas en la noche del Miércoles al Jueves Santo, se usaba
la carraca. Antaño, el Tararú, llamaba, en la noche de Jueves Santo, a los
cofrades para su participación en la procesión de Viernes Santo. Se llegaba a
la casa del cofrade, se golpeaba con una vara en la puerta de la casa y,
posteriormente, el cofrade llamado invitaba a los dos cofrades a unas pastas.
De esa manera y por su uso, se pasó a denominar así a los cofrades palentinos,
sobre todo por parte de los más pequeños.
Tararú de la cofradía nazarena de la capital palentina.
El concepto hace
referencia a tres aspectos; en primer lugar al cofrade que lo toca, en segundo
al instrumento que toca y, finalmente, el tercero es el sonido que produce. El
instrumento es una trompeta alargada que puede llegar a medir un metro,
recordando a las trompetas romanas. Consta de una embocadura, cuerpo largo,
recto y delgado y un pequeño pabellón. Hecho en metal, suele portar una tela
colgando con los símbolos de la
hermandad a la que pertenece.
Trompetas romanas, donde algunos ven el origen del Tararú.
El sonido producido es
peculiar, al igual que su aspecto. Se emiten dos notas graves muy cortas
seguidas de “una nota dos tonos y medio más aguda que se alargará tanto como el
intérprete sea capaz” (https://tabernacofrade.net/web/el-tararu-de-palencia/).
Esta última nota se interrumpe en un rápido decrescendo cuando el cofrade que
toca no puede más. Puede llegar a durar casi un minuto. A veces se emite un
triple toque con el siguiente esquema: dos notas graves cortas y una aguda
corta; le sigue una repetición del anterior sonido para acabar con dos notas
graves cortas y una aguda todo lo larga que pueda el cofrade.
Ya se ha comentado que
se usaba para llamar a los hermanos a procesión. Según cuentan diversas fuentes
este hecho era una de las tradiciones más arraigadas en Palencia. Aún sin tener
el esplendor de antaño, se sigue manteniendo, sobre todo por parte de todas las
cofradías de la ciudad, ya que todas tienen su propio Tararú. A día de hoy no
se produce la llamada en los domicilios; tan solo, simbólicamente, se realiza
en la puerta de las iglesias de donde parten las diferentes procesiones de la
ciudad. Se suele usar por parte de determinadas hermandades en sus desfiles
procesionales, por ejemplo, al saludar a otros pasos con los que se encuentre,
al pasar por las iglesias, o al llegar a puntos emblemáticos de la ciudad como
la Plaza Mayor, la Diputación Provincial o el lugar conocido como Cuatro
Cantones. La cofradía penitencial de
Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Madre la Virgen de la Amargura realiza
tres toques de Tararú en su procesión de la madrugada del Viernes Santo
recordando las tres caídas de Jesús en la Vía Dolorosa camino al Calvario.
Algunas cofradías
palentinas usan unas pequeñas carracas en los desfiles procesionales; serán los
casos de la Hermandad Franciscana de la Santísima Virgen de la Piedad, del
Santo Cristo Señor de la Vida y de la Muerte y de San Francisco de Asís; la
franciscana hermandad usará la citada carraca en las llamadas para levantar el
paso de la Piedad. La cofradía penitencial de Jesús Crucificado y Nuestra Madre
Dolorosa, la usa para marcar el cambio de turno de los portadores del
crucificado que procesiona.
Carracas de la cofradía de la Piedad.
Procesión extraordinaria por el Encuentro Nacional de Jóvenes Cofrades, Palencia 2016.
La Semana Santa
palentina fue declarada de Interés Turístico Nacional en el año 2006; a partir
de ahí, el Ayuntamiento de la ciudad decidió, como homenaje y recuerdo a todos
los cofrades erigir un monumento a la Semana Santa palentina y a los cofrades
palentinos. Encargó al escultor Óscar Albariño la confección. Se decidieron a
realizar dos figuras; por un lado un cofrade con una vara llamando a una
supuesta puerta y otro tocando el “tararú”. La llamada a los hermanos y el
toque del Tararú, los dos elementos más significativos de la Semana Santa
palentina quedaban inmortalizados en la Plaza de San Pablo, al lado de la
Iglesia dedicada al mismo santo, sede canónica de la cofradía de la Vera Cruz,
la más antigua de la capital castellana. Dicho monumento fue inaugurado en el
año 2008.
Monumento al cofrade de Palencia.
Tararú y cofrade que, con un palo, llama a la puerta.
Añadir, para finalizar,
que la Semana Santa palentina fue declarada de Interés Turístico Internacional
el año 2012, haciendo que la comunidad castellano leonesa tenga ocho
celebraciones pasionales con esta denominación: Valladolid, Zamora, Salamanca,
Medina de Rioseco, Medina del Campo, Léon y Ávila, junto a Palencia completan
el elenco.
Finalmente darle las
gracias a mi buen amigo y cofrade palentino Gregorio Marlasca, por ayudarme y
corregir el borrador; si algo es erróneo o está mal, es responsabilidad únicamente
del que lo ha escrito.
Bibliografía:
Marlasca,
Gregorio: “La Semana Santa en la provincia palentina: historia, imaginería y
tradiciones”, Agilice Digital, Valladolid, 2016.
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