domingo, 26 de abril de 2020

CORONAVIRUS: DESPOJADO DE TODO COMO ÉL.

Jesús Despojado, Salamanca
obra de Francisco Romero Zafra.
 
Nuevamente nos asomamos a la pluma de Dani Cuesta para leer el análisis de una maravillosa imagen que tiene el honor de realizar estación de penitencia en Salamanca el Domingo de Ramos por la tarde, para alcanzar la Catedral salmantina tras partir de la Iglesia de la Purísima.
Quizá sea más interesante la visión y simbología que nos cuenta el autor que el mero análisis de la imagen. Humildad, paciencia, significado de la túnica, el concepto de despojado que asume Jesús desde el momento en que empieza su vida pública. Y, en esta pandemia que vivimos, hemos tenido gran cantidad de ejemplos de gente que se ha despojado de sí mismo, para entregarse a los demás hasta tal nivel que a muchos les ha costado la vida. Quizá sea otra manera de entender lo que puede ser la vivencia cristiana. Esta idea se plasma en esta otra obra de arte, en este caso de Dani Cuesta, sj, acerca del cambio radical que puede suponer el seguimiento de Jesús. Dejo la foto de la imagen en cuestión, obra de Francisco Romero Zafra.
DESPOJADOS DE TODO, COMO ÉL.
Lo crucificaron y se repartieron sus vestidos, echando a suertes lo que le tocara a cada uno (Mc 15, 24). Los evangelistas son escuetos al describir el momento en el que Jesús fue despojado de sus vestiduras. Francisco Romero Zafra esculpió en el año 2012 la impresionante imagen de Jesús Despojado de sus Vestiduras para la cofradía del mismo nombre de Salamanca. En ella, representó con sensibilidad contemporánea a un Cristo que, con lágrimas en los ojos y el cuerpo dolorido, extiende sus brazos para dejar que los soldados romanos le arrebaten su túnica.
Al mirar esta imagen impresiona sobremanera el gesto humilde y paciente de Jesús al dejarse arrancar lo único que le quedaba. Sin embargo, la túnica de Jesús no es más que un gesto visible de lo que había sido toda su vida. Antes se había despojado de su categoría de Dios, había abandonado su medio de vida como carpintero, se había apartado de su madre, había rechazado el que los demás hablaran bien de él, la influencia en la religión, el amparo de los poderosos, el bienquedismo que le hubiera hecho amigo de todos, y tantas otras cosas. De todo ello, Jesús se había despojado por fidelidad a Dios y por amor a los hombres. Con estos antecedentes, su imagen dejándose arrebatar sus vestiduras por los soldados, impresiona de una manera más honda.
En el fondo, la imagen de Jesús Despojado de sus Vestiduras nos llama a ahondar en nuestro seguimiento de Cristo, en nuestro modo de ser cristianos. Porque Jesús, con su vida y con su despojamiento radical nos llama a ser lo mismo. Nos enseña que si queremos seguir sus huellas, debemos estar dispuestos a despojarnos no de aquello que nos sobra o que nos es fácil dar, sino sobre todo de todas aquellas seguridades en las que nos apoyamos, de todo lo que nos parece seguro y razonable, para lanzarnos a aquellos caminos inestables y peligrosos (pero llenos de vida) por los que él se aventuró.
Dani Cuesta, sj

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