Cartel anunciador de la procesión del año 2019
La procesión del Viernes de Dolor, en los últimos años,
siempre ha caminado entre ser considerada como acto de Semana Santa o de
Cuaresma. Era la culminación al septenario que se celebraba y hoy se celebra en
la iglesia de Santiago, el Real. Desde la fundación de la Hermandad de la
Pasión y el Santo Entierro en 1940, es esta asociación la que porta el paso en
la procesión que todos los Viernes de Dolor organiza la cofradía homónima cuya
sede canónica es la iglesia de Santiago, el Real. A mediados de los años
sesenta del siglo pasado aparecían fotografías en la prensa local donde se
observaba como la Dolorosa era portada por miembros de la cofradía de Jesús Nazareno
con su hábito completo, en aquella época, el mismo que la Hermandad.
Dice la crónica que “el procesional cortejo de la Dolorosa,
cuya venerada imagen portaban los miembros de la Hermandad de la Pasión y el
Santo Entierro, fue presidido por nuestras primeras autoridades e integrado por
gran cantidad de fieles de ambos sexos…” (Diario Nueva Rioja, 2/4/1966).
Salida de la Dolorosa de Santiago.
El recorrido que se hacía y que se mantuvo hasta ya entrado
el siglo XXI, partía de la iglesia de Santiago, el Real, Barriocepo, Plaza del
Parlamento, Mayor, La Merced, Portales, Sagasta, Mayor, Santiago, para acabar
en la iglesia de la que había partido. Posteriormente se modificó subiendo por
Once de Junio para bajar por Portales y continuar igual que antes.
La banda de tambores de la cofradía
en la calle Mayor de Logroño.
Hacia mitad de la década de los setenta, ante la crisis que
se estaba suscitando en todo el movimiento pasional logroñés, la parroquia
volvió a asumir la organización y celebración de la procesión. El abandono de
la parte norte de la ciudad de Logroño, al lado del río Ebro, siempre tenido
como frontera en la expansión de la ciudad, hizo pensar a los rectores en como
buscar más público e intentar mejorar la procesión. Los fieles de la parroquia pasaron a portar la
imagen de la Dolorosa y, desde 1977 se suman al desfile procesional las bandas de tambores de
la cofradía de Jesús Nazareno y de la Hermandad de la Pasión y el Santo
Entierro, que, posteriormente pasaría a integrarse en la cofradía de la Entrada
de Jesús en Jerusalén. Lo hicieron las dos ya que ensayaban juntas en el
antiguo colegio Navarrete, el Mudo de la capital logroñesa.
La Dolorosa en la calle Sagasta con
el Puente de Hierro de Logroño al fondo.
Con el paso de los años, la cofradía de la Dolorosa de la
parroquia de Santiago, tras conversaciones con la cofradía de Jesús Nazareno
para integrarse en ella y que no fraguaron por diversas razones, tras la
intervención de la Hermandad de la Pasión y el Santo Entierro, y el párroco de
Santiago, el Real, decidieron darle un cambio a la procesión. La imagen, desde
1981, sería portada por la cofradía de la Soledad, se uniría en 1982 la imagen
pequeña de la Magdalena y ese año 1981 salieron las cuatro bandas de tambores
que había en Logroño: Nazareno, Entrada de Jesús en Jerusalén, Siete Palabras y
Flagelación de Jesús. Se decidió no repetir al año siguiente tras no quedar
bien debido al exceso de ruido en el desarrollo de la procesión. Hasta 1996
procesionó en las andas de la Virgen de la Esperanza; las actuales andas son
del año 1997. Los años siguientes fueron de cuasi abandono, pasando a ser una
procesión menor, dejada en tierra de nadie, a la que asistía cada vez menos
cofrades y menos público.
Imagen de la Magdalena en la procesión
en los años 80 del siglo XX
En el año 2004, tras la reorganización de todas las cofradías
siguiendo instrucciones del Secretariado Diocesano de Hermandades y Cofradías,
la cofradía se pasa a integrarse en la de Jesús Nazareno, dentro de la misma
parroquia, pasando a denominarse cofradía de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de
los Dolores. Tras la integración, la procesión comienza un proceso de evolución
y mejora, hasta convertirse en lo que es hoy. Con los años, se cambia el
recorrido acercándose hasta la concatedral de la Redonda; se abandona el
hábito, el paso es portado por la cofradía titular y se le da una seriedad y
respeto hacia la figura, los cofrades y las personas que la ven en la calle,
que parecía que no existía algunos años. A día de hoy, es el pórtico para la
Semana Santa de Logroño y el aperitivo para los fastos pasionales en la calle. Aun
así el proceso de mejora no ha terminado. Queda camino por recorrer, aspectos a
mejorar con el fin de engrandecer la procesión y llevarla al nivel que se
merece.
Curiosa imagen de la Dolorosa delante
de un panel de publicidad.
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